Día Mundial contra la Hepatitis 2019

Los 10 mensajes principales para los responsables de la formulación de políticas

1. Las hepatitis víricas B y C son una de las principales causas de muerte de origen infeccioso, pero la mayoría de los líderes mundiales y el público en general siguen sin ser conscientes de ello. Las hepatitis víricas B y C afectan a 325 millones de personas y causan alrededor de 1,4 millones de muertes al año. Son la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis, y hay 9 veces más personas infectadas por el VHB y el VHC que por el VIH. Las muertes por hepatitis han ido en aumento en los últimos 20 años, lo que indica una falta de concienciación y acción a nivel mundial, incluso entre los principales responsables de la toma de decisiones.

2.  A pesar de esta situación, es mucho lo que se puede hacer: las hepatitis se pueden prevenir, diagnosticar y tratar. La vacuna contra la hepatitis B tiene una eficacia del 98-100% para prevenir nuevas infecciones. Hay que hacerse pruebas de la hepatitis B y, si resultan positivas y está indicado, se debe proporcionar tratamiento de por vida. Por su parte, la hepatitis C puede curarse con 

3. Sin embargo, la mayoría (más del 80%) de las personas con hepatitis víricas no tienen acceso a las pruebas ni a los tratamientos. En 2016, sólo el 10% (27 millones) de las personas con hepatitis B sabían que estaban infectadas, y solo el 17% de estas (4,5 millones) recibían tratamiento. En 2017, solo el 19% (13,1 millones) de las personas con hepatitis C sabían que estaban infectadas, y solo el 15% de estas (2 millones) recibieron tratamiento curativo ese mismo año. En general, entre 2014 y 2017, 5 millones de personas han recibido tratamiento curativo para la hepatitis C.

4.  Al mismo tiempo, sigue habiendo nuevas infecciones debido a la falta de servicios de prevención. En 2017, 1,1 millones de personas contrajeron infecciones crónicas por el VHB, y 1,75 millones por el VHC. Juntas, las hepatitis B y C representan el mayor número de nuevas infecciones, entre otras enfermedades infecciosas importantes como el VIH y la tuberculosis. Es urgente mejorar la reducción de daños, los servicios de control de la sangre y de las infecciones y la vacunación contra la hepatitis B.

5. Para eliminar las hepatitis de aquí a 2030 será necesario un importante aumento de la financiación para la prevención, la detección y el tratamiento en el contexto de la cobertura sanitaria universal. Un nuevo análisis de costos realizado por la OMS señala que para alcanzar las metas de eliminación de las hepatitis se necesitarán US$ 6000 millones más al año en los países de ingresos bajos y medianos entre 2016 y 2030. El análisis se ajusta a la factura sanitaria de los ODS calculada por la OMS en 2017. En 2016 sólo se invirtieron US$ 500 millones, y esta suma consistió principalmente en financiación nacional.

6. Los países deben asegurarse de que los planes nacionales de detección y tratamiento de las hepatitis incluyan financiación e inversiones específicas. Hasta abril de 2019, 124 países habían elaborado, o estaban elaborando, planes y estrategias nacionales contra las hepatitis, pero muchos de estos planes carecen de financiación. En 2017, sólo el 58% de los 82 países de ingresos bajos y medianos habían incluido la financiación nacional en sus planes nacionales de lucha contra las hepatitis. Se pueden conseguir mayores progresos cuando los países inviertan en servicios de detección y tratamiento de las hepatitis.

7. Los países deben buscar precios óptimos para los medicamentos y pruebas diagnósticas. El nuevo análisis de la OMS muestra que las pruebas y el tratamiento de la hepatitis son intervenciones de alto impacto que pueden ayudar a los países a acelerar los avances hacia la cobertura sanitaria universal, pero dichos precios son muy desiguales y pueden ser muy altos en algunos países. Por ejemplo, los medicamentos contra la hepatitis C pueden costar hasta US$ 120 000 en algunos países de ingresos altos, pero en Pakistán el mismo tratamiento curativo se puede obtener por US$ 20. Los países y los asociados deben trabajar juntos para lograr precios óptimos para los medicamentos y pruebas diagnósticas, y posibilitar así el acceso a más personas.

8. Invertir en la lucha contra las hepatitis es una decisión inteligente para obtener resultados de salud más generales. Las inversiones para lograr eliminarlas incrementarían la factura sanitaria mundial en un 1,5%, pero generarían mayores beneficios por los mejores resultados sanitarios generales. La financiación de la detección y el tratamiento de las hepatitis en el contexto de la cobertura sanitaria universal puede reducir las muertes mundiales en un 5% y aumentar los años de vida saludable en un 10% para el año 2030.

9.   Invertir en la detección y el tratamiento de las hepatitis significa prevenir el cáncer de hígado. Las infecciones crónicas por VHB y VHC pueden ser asintomáticas durante años o decenios, pero lenta y silenciosamente dañan el hígado, y acaban por causar cáncer. Más del 60% de los casos de cáncer de hígado se deben a la detección y tratamiento tardío de las infecciones por VHB y VHC. Dos tercios de estos casos de cáncer son causados por la hepatitis B, y un tercio por la hepatitis C.

10. En el Día Mundial de la Hepatitis 2019, unámonos a la causa para ayudar a 325 millones de personas. Detengamos la ignorancia y la desatención de las hepatitis víricas. Compartamos información al respecto. Conozcamos los riesgos y hagámonos las pruebas. Si ha sido diagnosticado de hepatitis B o C, hable con los profesionales sanitarios sobre un posible tratamiento, seguimiento o curación. Si se detecta a tiempo, se puede evitar el riesgo de enfermedad crónica y la carga financiera para el paciente y su familia. Tome medidas hoy mismo.

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