Los atentados contra la atención de salud siguen en aumento, pero no podemos permitir que se normalicen

19 de agosto de 2024

Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra el 19 de agosto, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, pide que cesen los ataques cada vez más frecuentes contra el personal de salud, los hospitales y otros servicios de salud, ya que, a menudo, son la única esperanza de salvar la vida a las personas afectadas por conflictos bélicos innecesarios.

Muchos sudaneses se han visto obligados a abandonar Jartum para ponerse a salvo de la violencia que asola la ciudad. Numerosas familias han tenido que huir con urgencia ante las perturbaciones que la guerra ha causado en el sistema de salud de la capital.

Los atentados contra establecimientos de salud perpetrados 2023 causaron una escasez de medicamentos en la ciudad, y muchos enfermos crónicos dejaron de disponer de los fármacos que necesitaban.

Esta es la realidad de millones de personas afectadas por conflictos y necesitadas de asistencia médica vital en todo el mundo, incluidos los propios profesionales de la salud y otros trabajadores humanitarios.

En 2023, los múltiples bombardeos de hospitales en Gaza causaron centenares de muertos y heridos, entre ellos trabajadores de la salud y personas desplazadas que buscaban refugio en lugares que consideraban seguros. En el este de la República Democrática del Congo, médicos y enfermeros fueron asesinados mientras atendían a desplazados procedentes de la ciudad de Goma. En Kiev (Ucrania), el Hospital Infantil Ohmatdyt se llenó de humo debido a los disturbios que azotan la ciudad. En la convulsa región sudanesa de Darfur, varios trabajadores del Comité Internacional de la Cruz Roja fueron abatidos a tiros, y en varias zonas del Pakistán se asesinó a personal de vacunación contra la poliomielitis.

Como Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), he condenado repetidamente estos ataques y he pedido que se proteja y se respete al personal de salud tanto en los lugares donde presta ayuda humanitaria como fuera de ellos.

Sin embargo, mis llamados y los de nuestros asociados humanitarios sobre el terreno y en todo el mundo no han sido atendidos, a pesar de que las leyes y convenciones internacionales protegen a los establecimientos de salud, su personal, los pacientes y otros civiles durante los conflictos.  

Solo en 2023, la OMS contabilizó 1520 ataques contra la atención de salud que causaron al menos 1250 heridos y 750 víctimas mortales entre pacientes y trabajadores de la salud, algunos de ellos de la OMS, y, en lo que va de 2024 se han registrado más de 700 atentados. Es importante señalar que, por muy alarmantes que sean estas cifras, es probable que no reflejen la magnitud real del problema.

Cualquier muestra de violencia contra instalaciones de salud es reprobable, pero hay lugares en los que los atentados se han producido con gran intensidad en poco tiempo. Uno de ellos es Gaza, donde la situación es particularmente desoladora. Desde que estalló el conflicto en octubre de 2023, al menos 287 trabajadores humanitarios han perdido la vida. Muchos de ellos trabajaban en el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), y también ha fallecido Dima Alhaj, funcionaria de la OMS. Al igual que en Ucrania, el Sudán, Haití y otros lugares, estas víctimas mortales dejan tras de sí familias y comunidades desconsoladas. Las partes implicadas en los distintos enfrentamientos no respetan a los trabajadores humanitarios y de la salud, ni a las personas a las que atienden.

Incluso cuando hacen frente a amenazas evidentes para la salud pública, como la pandemia de COVID-19 y el brote de ébola registrado en la República Democrática del Congo entre 2018 y 2020, los trabajadores humanitarios y de la salud sufren agresiones mortales, amenazas físicas e intimidación psicológica a un nivel sin precedentes.

El 19 de agosto es el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. Este año, la atención se centra en evitar que se normalicen los atentados contra trabajadores humanitarios. Por ello, reitero mi condena de todas las formas de violencia, amenazas y ataques contra este personal, incluido el de salud, y, junto con otro responsables humanitarios y de las Naciones Unidas, pido a todos los países que asuman su responsabilidad colectiva y actúen para protegerlos plenamente. Estas personas necesitan trabajar en espacios seguros para poder salvar vidas.

Hoy, más que nunca, debemos recordar la razón de ser de nuestro trabajo: proteger a todas las personas, en todas partes y en todo momento, independientemente de las circunstancias. Más allá de sus repercusiones jurídicas, estos ataques perturban la labor de los trabajadores de la salud, la distribución de material sanitario y los servicios esenciales en los establecimientos, como la vacunación, la asistencia prenatal y el tratamiento de enfermedades crónicas, lo que provoca sufrimiento y muertes que se podrían evitar.  

Cuando se bombardea el único hospital de una determinada zona se causan consecuencias devastadoras para la prestación de asistencia médica a toda la población, tanto a corto como a largo plazo. En muchos lugares, los hospitales no brindan solamente atención de salud, sino que sirven de refugio y mejoran la salud y el bienestar colectivos, merced al trabajo de parteras, vacunadores y personas que vigilan voluntariamente la salud de la población.

En la Constitución de la OMS se afirma que la salud de todos los pueblos es un requisito básico para lograr la paz y la seguridad y que ello depende de la cooperación amplia de las personas y de los Estados.

La OMS conoce bien el valor incalculable de la labor de los trabajadores humanitarios, y lamenta profundamente su muerte innecesaria a causa de la violencia armada. Gracias a su esfuerzo y su dedicación, estos trabajadores mejoran la calidad de vida de millones de personas. Pedimos que se los proteja en respeto de los principios de compasión y solidaridad y a fin de reafirmar nuestro compromiso en favor de un mundo más humano.

Autores

Dr Tedros Adhanom Ghebreyesus

Director General
OMS