La COVID-19 es una llamada de atención sobre la equidad en materia de salud: aprovechémosla para ayudar a las mujeres a salir de la pesadilla del cáncer del cuello uterino

17 de noviembre de 2021

La COVID-19 ha despertado la conciencia colectiva del mundo, quizá más que nunca en la historia moderna, sobre la necesidad de un acceso equitativo a la salud para todos.

Sin embargo, conocemos muy bien otra pesadilla sanitaria mundial que, durante muchas décadas, ha sido uno de los ejemplos más visibles de desigualdad en materia de salud y uno de los factores desencadenantes de muertes evitables de mujeres en todo el mundo, especialmente en África, que más se pueden prevenir.

Si no se adoptan las medidas que están a nuestra disposición, se prevé que los nuevos casos de cáncer del cuello uterino aumenten de los 570 000 registrados en 2018 a 700 000 en 2030. Según las previsiones, el número anual de muertes aumentará de 311 000 a 400 000. 

Al igual que en el caso de la COVID-19, la desigualdad está en el centro de la crisis del cáncer del cuello uterino: la incidencia del cáncer del cuello uterino es casi dos veces mayor en los países de ingresos bajos y medios que en los de ingresos altos. Casi el 90% de las muertes a nivel mundial se producen en países de ingresos bajos y medios.

Esta tragedia está afectando especialmente a África, donde  las perspectivas y la vida de muchas niñas y mujeres se están viendo truncadas. El impacto en sus familias y comunidades es grande, al igual que en los esfuerzos nacionales por avanzar y en las metas de salud y desarrollo establecidas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En el Día Mundial de Acción para la Eliminación del Cáncer del Cuello Uterino, nos unimos con el fin de hacer un llamamiento a la acción urgente para poner a disposición vacunas, pruebas y tratamientos, de modo que todas las niñas y mujeres, independientemente de donde vivan, de su edad o de sus ingresos, puedan acceder a estas herramientas básicas que salvan vidas. 

Las carencias son evidentes y deben ser subsanadas de inmediato. 

Por ejemplo, 6 de cada 10 casos de cáncer del cuello de útero se registran en 79 países. Sin embargo, la vacuna que protege contra el cáncer del cuello de útero previniendo la infección por el virus del papiloma humano que causa la enfermedad aún no se ha introducido en ninguno de esos países. En cambio, los países de ingresos altos, donde la carga de cáncer del cuello uterino tiende a ser la más baja, han podido introducir la vacunación a gran escala, la mayoría ellos incluso para los varones. 

Este desequilibrio debe ser corregido. 

La búsqueda de la eliminación del cáncer del cuello uterino es una tarea en la que todos estamos comprometidos y aquella en la que se centra la iniciativa mundial de la OMS que los países adoptaron hace un año para eliminar el cáncer del cuello uterino durante la vida de las jóvenes que hoy viven.

Para lograr este objetivo, todos los países deben alcanzar y mantener una tasa de incidencia inferior a cuatro casos por cada 100 000 mujeres. A tal fin es necesario actuar en tres áreas clave para 2030.

Debemos vacunar al 90% de las niñas contra el virus del papiloma humano, causante del cáncer, antes de los 15 años.

Debemos proporcionar servicios de cribado para que el 70% de las mujeres puedan acceder a una prueba de alto desempeño antes de cumplir los 35 años  y, de nuevo, antes de cumplir los 45 años.

Y debemos garantizar que el 90% de las mujeres con lesiones precancerosas puedan recibir el tratamiento que necesitan, así como que el 90% de las mujeres con cáncer invasivo reciban los servicios que necesitan para controlar su enfermedad y el dolor.

Somos optimistas en cuanto a la posibilidad de conseguir todo esto.

No obstante, al igual que en el caso de la COVID-19, la acción recae en los hombros de quienes toman las decisiones de inversión y de quienes producen las herramientas.

En este sentido, hacemos un llamamiento a los gobiernos para que adopten un enfoque integral cuando decidan dónde invertir sus recursos y proporcionen las condiciones necesarias para que las niñas y las mujeres prosperen y sobrevivan. Como ha demostrado la pandemia, la buena salud es una base necesaria para el desarrollo.

Y los fabricantes de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos deben hacer que estas herramientas sean asequibles y estén disponibles en cantidades suficientes para que los gobiernos de toda África y de otros lugares puedan desempeñar su papel en la eliminación del cáncer del cuello uterino a nivel mundial. 

Las vacunas están disponibles en el mercado desde hace más de una década, pero su elevado costo las ha puesto fuera del alcance de la mayoría de quienes que las necesitan. Por tanto, es necesario poner a disposición suministros suficientes a un precio asequible para inmunizar a todas las niñas de entre 9 y 14 años y protegerlas del cáncer del cuello uterino en entornos de ingresos bajos y medios.

Su futuro es importante. 

Para avanzar, debemos equipar a los países de forma justa y eficaz para que puedan eliminar el cáncer del cuello uterino. Porque conseguirlo ya no es un sueño. Está en nuestras manos levantar el velo de esta pesadilla y dar a nuestras hijas, hermanas, esposas y madres de todo el mundo la oportunidad de tener un futuro brillante y saludable.

Autores

Sra. Adjoavi Sika Kabore

Primera Dama de Burkina Faso

Sra. Jeannette Kagame

Primera Dama de Rwanda

Sra. Neo Jane Masisi

Primera Dama de Botswana

Dra. Tsepho Ramaphosa

Primera Dama de Sudáfrica

Dr Tedros Adhanom Ghebreyesus

Director General
OMS

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