El ebola y los viajes: vigilancia, no prohibiciones

5 de noviembre de 2014

Dra. Isabelle Nuttall, Directora de Capacidad, Alerta y Respuesta Mundiales, OMS

Impedir a todo el mundo que viaje no es la solución para contener este brote de enfermedad por el virus del Ebola (EVE). Sabemos qué medidas hacen falta para detener este brote, y entre ellas no se encuentra la prohibición de los viajes desde África Occidental hacia los EE.UU. o hacia Europa Occidental. Las prohibiciones de los viajes son perjudiciales e ineficaces.

El aislamiento de las naciones afectadas de África Occidental sería una catástrofe para sus habitantes y sus economías. Por otra parte, la población de los países alejados de la zona afectada podría adquirir una falsa sensación de seguridad por creer que la EVE nunca les llegaría si se detuvieran los vuelos.

En realidad, es imposible detener los desplazamientos de personas que quieren ver a sus seres queridos o buscar una vida mejor para sus hijos.

Cada día hay millones de personas que se desplazan por el planeta, no solo en avión, sino también cruzando fronteras terrestres no controladas en zonas remotas o como tripulantes de los miles de embarcaciones que transportan mercancías de un lado para otro.

La clave para detener la propagación internacional de esta enfermedad es la vigilancia mundial. Una de las funciones importantes de la OMS consiste en preparar a los países para que respondan eficazmente a las amenazas de importancia internacional para la salud pública, entre las que se encuentran no solo los brotes de enfermedades infecciosas, sino también los peligros alimentarios, químicos y nucleares, entre otros.

Todos los países tienen que disponer de sistemas sólidos para identificar cuanto antes a las personas en riesgo y aplicar medidas estrictas de prevención y control a todos los casos detectados.

Medidas para detener la propagación internacional de la EVE

Los gobiernos pueden optar por implantar todos los pasos fronterizos, puertos y aeropuertos internacionales exámenes sistemáticos de todos los pasajeros que incluyan una toma de la temperatura y un cuestionario sobre sus antecedentes de viajes. Aunque no sean infalibles, esos exámenes pueden identificar algunos viajeros en riesgo y sin duda servirán para reforzar los conocimientos sobre la forma de mantenerse a salvo en estos tiempos inciertos.

Los puntos de entrada tienen que disponer de planes de actuación eficaces en caso de que se detecten fiebre u otros síntomas en viajeros procedentes de países afectados por la EVE. La OMS está colaborando estrechamente con los sectores aeronáutico y marítimo para ofrecer orientaciones a las tripulaciones de aerolíneas y embarcaciones y al personal que trabaja en los puntos de entrada para que sepan cómo reconocer los síntomas de la EVE y qué hacer para protegerse a sí mismos y a los demás hasta que al enfermo pueda ser conducido a un lugar donde se le atienda en condiciones de seguridad.

La clave para detener la propagación internacional de esta enfermedad es la vigilancia mundial.

Dra. Isabelle Nuttall, Directora de Capacidad, Alerta y Respuesta Mundiales, OMS

Todos los profesionales sanitarios que trabajan en primera línea han de estar alerta ante la presentación de pacientes con fiebre u otros síntomas de EVE (algias gripales, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas o hemorragias), a quienes deben interrogar siempre sobre sus antecedentes de viaje. Todo el personal médico, de enfermería o paramédico de toda ambulancia, servicio de urgencias o consulta médica debe estar preparado. Los departamentos de salud locales tienen que poder rastrear todos los contactos que la persona infectada haya tenido en los últimos 21 días y mantenerlos en observación por si presentaran síntomas.

Todos los países tienen que disponer también de técnicos capacitados que puedan extraer y transportar muestras de sangre, y analizarlas en un laboratorio diagnóstico cualificado de forma segura.

Los pacientes sintomáticos necesitan cuidados que les salven la vida, proporcionados en salas de aislamiento que dispongan de profesionales sanitarios capacitados específicamente para poner en práctica los meticulosos procedimientos de control de las infecciones que son necesarios para protegerse a sí mismos y a los demás. Una medida de eficacia demostrada para salvar la vida de los pacientes consiste en una hidratación intensa que permita que su sistema inmunitario luche contra el virus.

La preparación necesaria para responder

Para complementar estas medidas, los países deberían proporcionar a sus ciudadanos que viajen a países afectados información exacta y pertinente sobre el brote y las medidas que permiten reducir el riesgo de exposición.

Estas medidas tienen una eficacia demostrada para detener la propagación internacional de la EVE. Nigeria y Senegal las han puesto en práctica de forma efectiva. Ambos países se están acercando a los 42 días sin notificación de nuevos casos de EVE, el periodo que requiere la OMS para que un país declare el fin de un brote de EVE.

La actual epidemia de EVE en África Occidental tiene una magnitud sin precedentes. La enfermedad es mortal, pero en realidad el virus es débil. En otras palabras, para que haya riesgo de infectarse hay que tener contacto directo estrecho con los líquidos corporales de una persona infectada y sintomática.

Para acabar con esta epidemia y evitar brotes en el futuro hemos de centrarnos menos en el debate sobre la prohibición de los viajes, y más en velar por que todos los países estén preparados para hacer frente a un posible caso de EVE. Si queremos seguridad mundial tenemos que trabajar juntos para lograr que los países pobres tengan sistemas de salud más sólidos, y en particular sistemas de alerta temprana para notificar los brotes con más prontitud.

El papel de la OMS

Ahora mismo, la prioridad de la OMS en materia de preparación mundial son los países que potencialmente corren mayor riesgo de sufrir brotes de EVE. Esos países, cercanos al epicentro del brote, son Côte d’Ivoire, Guinea-Bissau y Malí. Escribo este artículo desde la Oficina Regional de la OMS para África en Brazzaville (Congo), donde estamos elaborando listas de verificación prácticas que esos países puedan utilizar para garantizar que están preparados para prevenir la introducción de casos de EVE, detectarla y responder a ella.

Esto sentará los cimientos de sistemas que persistirán una vez terminado este brote de EVE, de modo que los países estarán mejor preparados para cualquier otra emergencia sanitaria que pueda aparecer en los próximos años.