Enfermedades infecciosas endémicas: los próximos 15 años

17 de agosto de 2016

Dr. Ren Minghui,
Subdirector General de la OMS para VIH/sida, Tuberculosis, Paludismo y Enfermedades Tropicales Desatendidas
 

He vuelto recientemente de la Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada en Durban (Sudáfrica). Como muchos han señalado, ha sido un acontecimiento histórico: la oportunidad de celebrar el notable éxito de la respuesta al VIH en los últimos 15 años.

Sin embargo, también ha sido una dura llamada de advertencia. Pese a los resultados tangibles, como el hecho de que se hayan salvado millones de vidas, cada vez está más claro que, si se quiere poner fin a la amenaza para la salud pública que representa la epidemia del sida de aquí a 2030, la lucha se tiene que intensificar a nivel mundial.

Acelerar los progresos respecto de todas las enfermedades infecciosas

Dr. Ren Minghui, Subdirector General de la OMS para VIH/sida, Tuberculosis, Paludismo y Enfermedades Tropicales Desatendidas
Dr. Ren Minghui, Subdirector General de la OMS para VIH/sida, Tuberculosis, Paludismo y Enfermedades Tropicales Desatendidas
OMS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados el pasado mes de septiembre por las Naciones Unidas en Nueva York, representan una gran oportunidad para acelerar los progresos respecto de todas las enfermedades infecciosas. El énfasis en la equidad, el fortalecimiento de los sistemas de salud, la cobertura sanitaria universal y la acción multisectorial transformará el modo en que luchamos contra estas enfermedades.

Los ODS se sustentan en el impulso generado durante el periodo relativo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en las enseñanzas aprendidas durante los 15 primeros años de este siglo. Asimismo constituyen un reconocimiento de que, aunque la respuesta mundial ha reducido considerablemente la carga de enfermedades infecciosas y salvado más de 50 millones de vidas, todavía queda mucho por hacer.

En 2000, ¿quién habría pensado que en 2015 habría 17 millones de personas de países de ingresos bajos y medianos bajo tratamiento antirretrovírico, que las tasas de paludismo se habrían reducido en un 60% y que las muertes por tuberculosis habrían disminuido en un 47%? ¿Quién habría predicho que, en el espacio de 15 años, el número de casos de dracunculosis se reduciría de 75 000 a solo 22? Y sin embargo, esto es lo que ha ocurrido.

Lo que tenemos que hacer ahora es mantener nuestra determinación e intensificar aún más nuestros esfuerzos.

«Nuestro principal objetivo en los próximos 5 años debería ser crear cimientos sólidos para poner fin a las epidemias de enfermedades infecciosas en todo el mundo. No es el momento de levantar el pie del acelerador. Es de sobra conocido que, si bajamos el ritmo, estas enfermedades volverán con más fuerza».

Dr. Ren Minghui, Subdirector General de la OMS para VIH/sida, Tuberculosis, Paludismo y Enfermedades Tropicales Desatendidas

Las enfermedades infecciosas siguen teniendo consecuencias de gran alcance para la vida de las personas. En algunos de los países más pobres del mundo siguen devastando las economías y minando los sistemas de salud. Los progresos siguen siendo desiguales, y las medidas de prevención y el tratamiento no llegan a millones de personas.

Desde el inicio, la lucha contra las enfermedades infecciosas se ha visto minada por obstáculos sociales, jurídicos y económicos, y los déficits de financiación han sido considerables. Estas son algunas de las principales razones por las que el VIH, la tuberculosis, el paludismo, las hepatitis víricas y las enfermedades tropicales desatendidas siguen matando a más de 4 millones de personas cada año.

En todo el mundo, 480 000 personas enferman de tuberculosis multirresistente cada año, y la farmacorresistencia está empezando a complicar también la lucha contra el VIH y el paludismo. Será necesario un esfuerzo coordinado para abordar con éxito este desafío en el marco del Plan de acción mundial de la OMS sobre la resistencia a los antimicrobianos.

Estrategias mundiales contra las enfermedades infecciosas

Para ayudar a los países a cumplir su promesa de «poner fin a las epidemias» de aquí a 2030, la Asamblea Mundial de la Salud ha adoptado estrategias mundiales contra el VIH, la tuberculosis y el paludismo. Este año aprobó la primera estrategia mundial contra las hepatitis y fijó las primeras metas mundiales para la lucha contra las hepatitis. En 2012 la OMS elaboró una hoja de ruta para guiar los esfuerzos mundiales encaminados a luchar contra las enfermedades tropicales desatendidas, que afectan a más de mil millones de personas.

Las estrategias se sustentan en un conjunto de documentos de orientación basados en datos probatorios para ayudar a los países a diseñar y aplicar sus propios planes. Ponen énfasis en las oportunidades para maximizar las repercusiones de los servicios de prevención, tratamiento y atención y mitigar las consecuencias de los desafíos biológicos, como la resistencia a los medicamentos y los insecticidas y el cambio climático.

Al mismo tiempo, la OMS está ayudando a los países a avanzar hacia el logro de la cobertura sanitaria universal velando por que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud que necesiten sin que por ello se vean abocadas a la pobreza.

Para ello, además de establecer sistemas sólidos de financiación de la asistencia sanitaria, es preciso crear una fuerza de trabajo cualificada e invertir esfuerzos en la mejora de la calidad de los tratamientos, los medios de diagnóstico y las herramientas de prevención. Es necesario garantizar suministros suficientes de productos sanitarios asequibles, seguros y eficaces y acabar con el desabastecimiento, así como promover una mayor integración de los servicios, tal y como estamos viendo en muchos lugares.

Nuestro principal objetivo en los próximos 5 años debería ser crear cimientos sólidos para poner fin a las epidemias de enfermedades infecciosas en todo el mundo. No es el momento de levantar el pie del acelerador. Es de sobra conocido que, si bajamos el ritmo, estas enfermedades volverán con más fuerza.