Dr. Oleg Chestnov, Subdirector General de la OMS, Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental, y Dr. Tim Evans, Director Superior, Prácticas Mundiales de Salud, Nutrición y Población, Grupo del Banco Mundial
En 2015 se cumplen 10 años desde la entrada en vigor del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), y en este tiempo se han realizado espectaculares progresos en la lucha contra la epidemia del tabaquismo.

Animados por este emblemático Convenio, la mayoría de los países del mundo han puesto en marcha programas integrales de control del tabaco. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para prevenir la mala salud, la discapacidad y los 1000 millones de muertes por enfermedades provocadas por el tabaco que está previsto que se produzcan en este siglo.
Esta epidemia mortífera puede minar el desarrollo económico y social en todo el mundo, y esto es lo que impulsa a la OMS a apoyar a los países en su lucha contra el tabaco. Una estrategia que ha optimizado los esfuerzos de los países contra el tabaco es la iniciativa MPOWER, puesta en marcha en 2008. En ella se identifican seis políticas clave del CMCT de la OMS —una por cada letra del acrónimo MPOWER— para acabar de raíz con la epidemia del tabaquismo, a saber:
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Monitor: Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención
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Protect: Proteger a la población del humo de tabaco
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Offer: Ofrecer ayuda para el abandono del tabaco
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Warn: Advertir de los peligros del tabaco
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Enforce: Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio
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Raise: Aumentar los impuestos al tabaco

La OMS, en su quinto y más reciente Informe sobre la epidemia mundial de tabaquismo (Report on the global tobacco epidemic, 2015), aboga firmemente por la aplicación de la estrategia MPOWER. El informe evidencia que la adopción de políticas sólidas de control del tabaco permite reducir su consumo y hacer un seguimiento de los esfuerzos realizados para aminorar el impacto de la epidemia del tabaquismo. En él también se detallan los esfuerzos de los países por cumplir las metas de control del tabaco y las medidas adicionales que pueden adoptar.
Los progresos son notablemente patentes. Actualmente, debido a las medidas decisivas adoptadas por muchos países, casi una de cada dos personas del mundo están cubiertas por al menos una medida de la estrategia MPOWER aplicada al más alto nivel. El número de países casi se ha duplicado desde 2007, lo que ha permitido salvar millones de vidas.
No obstante, en el último Informe OMS sobre la epidemia mundial de tabaquismo se pone de manifiesto que la mayoría de los países no están aplicando una de las medidas más baratas y eficaces para reducir el número de muertes y el sufrimiento provocados por el tabaco: la fiscalización de los productos de tabaco.
El aumento de los impuestos provoca que el tabaco sea menos asequible, lo que ayuda a los consumidores a abandonar el hábito y a quienes no fuman —especialmente los jóvenes, las mujeres y los pobres— a no empezar a consumirlo. A pesar de la probada eficacia del aumento de los impuestos, esta es la medida menos aplicada de la iniciativa MPOWER.
Como demuestra un estudio reciente de la OMS, solo 33 países gravan el tabaco con impuestos suficientemente elevados, equivalentes a al menos el 75% del precio al por menor de los cigarrillos. Esto equivale tan solo a una de cada 10 personas de todo el mundo.
El aumento de los impuestos sobre el tabaco es una medida que no cuesta nada aplicar y que genera muchos beneficios. Y lo que es más importante, la carga de enfermedades no transmisibles se reducirá enormemente y la salud pública mejorará. También habrá menor necesidad de prestar la cara atención médica que precisan las enfermedades relacionadas con el tabaco.
Asimismo, el aumento de los impuestos puede ayudar a los países a obtener ingresos adicionales para financiar programas de salud vitales y otros servicios esenciales de los que nos beneficiamos todos. De hecho, el gravamen del tabaco es una fuente no explotada de financiación nacional que también será importante para la aplicación exitosa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible posteriores a 2015.
La industria tabacalera y otros agentes con intereses creados aducen que el aumento de los impuestos sobre los productos de tabaco aviva el comercio ilícito de estos productos mortíferos. Sin embargo, la experiencia internacional acumulada indica que este argumento es erróneo.
En los países de ingresos altos en los que el aumento de los impuestos ha elevado los precios del tabaco, el comercio ilícito sigue siendo menos frecuente que en los países de escasos ingresos con impuestos bajos sobre el tabaco. De hecho, el Reino Unido, Hungría, Chile, Brasil y España, por ejemplo, han aumentado los impuestos sobre el tabaco al tiempo que han reducido el comercio ilícito.
Muchos países han aplicado de forma óptima múltiples medidas de MPOWER. Sin embargo, está claro que no es suficiente. Todos los países están obligados a proteger y contribuir al bienestar de su población, y pueden hacerlo. La plena aplicación del CMCT de la OMS, incluidas todas las medidas de la iniciativa MPOWER, puede ayudar a los países a lograr mejores resultados sanitarios y contribuir a un desarrollo socioeconómico sostenible.
Tanto la OMS como el Grupo del Banco Mundial siguen comprometidos a apoyar, como imperativo moral y de desarrollo, las medidas mundiales de control del tabaco esbozadas en este informe, especialmente las relacionadas con el programa de fiscalización del tabaco.
Estamos convencidos de que, trabajando juntos en apoyo de los países, podremos contribuir a revertir la epidemia del tabaquismo y a evitar la tragedia humana de las enfermedades y muertes provocadas por el tabaco, así como a salvar innumerables vidas cada año.