Lo que es bueno para el planeta es bueno para la salud

11 de noviembre de 2016

Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS
El Houssaine Louardi, Ministro de Salud de Marruecos
Hakima El Haite, Ministra del Medio Ambiente de Marruecos

Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud
Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud
OMS

Deténgase y respire. Dondequiera que viva, hay grandes posibilidades de que el aire que entra a sus pulmones esté contaminado. A nivel mundial, aproximadamente 9 de cada 10 personas viven en lugares donde la mala calidad del aire supera los límites de seguridad establecidos por la Organización Mundial de la Salud.

Lamentablemente, la calidad del aire que respiramos no mejora, sino todo lo contrario. Entre 2008 y 2013, los niveles de contaminación del aire aumentaron en un 8% en las ciudades en las que se hizo un seguimiento de dicha contaminación. Todos los años mueren alrededor de 6,5 millones de personas de cáncer de pulmón, neumopatía obstructiva crónica, accidentes cerebrovasculares o cardiopatías relacionadas con la contaminación del aire.

Las consecuencias devastadoras de la contaminación del aire afectan tanto al clima como a la salud. Se ven en todas partes, desde las megalópolis rodeadas de esmog hasta las viviendas de aldeas llenas de humo por cocinar en el interior. Casi toda la contaminación del aire es causada por el hombre y, a menudo, excesiva.

El cambio climático pone en riesgo los requisitos previos indispensables para una buena salud: agua salubre, vivienda segura y seguridad alimentaria, sin los cuales, cada año se pierden innecesariamente decenas de miles de vidas. Entre 2030 y 2050, según las estimaciones de la OMS, el cambio climático causará aproximadamente 250 000 muertes adicionales al año como consecuencia de la desnutrición, el paludismo, la diarrea o el estrés calórico.

Punto de inflexión en la historia del clima

Afortunadamente, el cambio climático se dirige hacia una vía de corrección de rumbo. El año pasado, el Acuerdo de París marcó un punto de inflexión en la esfera del cambio climático, cuando más de 190 países acordaron mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 ºC durante este siglo.

No obstante, queda mucho por hacer para que esto sea una realidad.

El Houssaine Louardi, Ministro de Salud de Marruecos
El Houssaine Louardi, Ministro de Salud de Marruecos
MOH Morocco

Con la entrada en vigor del Acuerdo de París y la reunión en Marruecos de las partes en el Acuerdo, «el derecho a la salud» debe seguir siendo un aspecto central de las medidas climáticas aplicadas por todos los países. Si repasamos la historia, en el sector sanitario se encuentran las mejores pruebas y argumentos para hacer sonar la alarma y obligar a los países a adoptar medidas.

En el siglo XIX, el sector sanitario aportó pruebas de que el agua contaminada contribuía en gran medida a la enfermedad y la muerte, lo que impulsó las inversiones en agua y saneamiento que evitaron brotes, aumentaron los niveles de vida y mejoraron los resultados sanitarios.

En el siglo XX, el sector sanitario permitió documentar el exceso de enfermedades y defunciones asociadas con la contaminación del aire. Esas pruebas impulsaron un cambio para tener una energía más limpia, sistemas de transporte más sostenibles y una planificación urbana que pudieran reducir la exposición a las emisiones nocivas.

Actualmente, destacamos que es posible medir las consecuencias sanitarias del deterioro del medio ambiente y su costo, lo que resalta la urgencia de adoptar medidas y contar con recursos.

Se necesitan inversiones climáticas centradas en la salud

«Las consecuencias devastadoras de la contaminación del aire se ven en todas partes: desde las megalópolis rodeadas de esmog hasta las viviendas de aldeas llenas de humo por cocinar en el interior».

Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS
El Houssaine Louardi, Ministro de Salud de Marruecos
Hakima El Haite, Ministra del Medio Ambiente de Marruecos

Pero las inversiones en medidas climáticas centradas en la salud siguen siendo escasas.

En muchos países en desarrollo, los propios centros de salud pueden ser vulnerables a los fenómenos climáticos extremos y estar mal equipados para soportar las olas de calor, los fuertes vientos, las inundaciones y las sequías que, según las previsiones, aumentarán de forma generalizada en frecuencia e intensidad.

Asimismo, es necesario aumentar las inversiones en vigilancia de las enfermedades y mejorar el uso de la información climática para garantizar que estemos en condiciones de detectar, e incluso predecir, la propagación de enfermedades sensibles al clima, como el paludismo o el dengue.

Los países deberían invertir en centros de salud con energías limpias para que el sector sanitario ayude a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en vez de contribuir a ellas.

La creación de sistemas de salud integradores y resilientes, en consonancia con la meta de la cobertura sanitaria universal, puede servir mucho para que los sistemas de salud tengan una mayor capacidad de adaptación y sean más equitativos, un aspecto fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Una agenda de medidas sanitarias y climáticas

Si bien queda mucho por hacer para garantizar que «el derecho a la salud» sea un componente básico de las medidas climáticas, la comunidad sanitaria, trabajando con sus colegas del sector del medio ambiente y el clima, ya ha adoptado algunas medidas importantes.

En julio, la segunda conferencia mundial de la OMS sobre salud y clima, celebrada en asociación con los Gobiernos de Francia y Marruecos, congregó a los ministros de medio ambiente y salud con el fin de crear una agenda de medidas mutuamente beneficiosas para la lucha contra el cambio climático que favoreciera a ambos sectores.

Hakima El Haite, Ministra del Medio Ambiente de Marruecos
Hakima El Haite, Ministra del Medio Ambiente de Marruecos
MOE Morocco

En el 22.º periodo de sesiones de la Conferencia de las Partes, la OMS y los ministros de medio ambiente y salud de Marruecos han convocado otra reunión de ministros de salud y medio ambiente con el objeto de elaborar planes sobre la forma en la que colaborarán en el futuro para crear ambientes más limpios y saludables.

Asimismo, hemos aunado fuerzas con la Coalición Clima y Aire Limpio para lanzar una nueva campaña, BreatheLife, que permita fomentar una mayor conciencia de los efectos de la contaminación del aire en la salud y el clima. En la campaña se exhorta a las personas, las ciudades y los países a devolver la vida a nuestras ciudades y se ofrecen soluciones que todos pueden poner en práctica.

Trabajando juntos, en todos los sectores y con los asociados, podemos contribuir a que las personas, sus medios de subsistencia, su bienestar y, en particular, su salud ocupen un lugar central en la respuesta al cambio climático.