En 2002, La OMS publicó su Informe mundial sobre salud mental, un documento fundamental y de referencia para los gobiernos, el mundo académico, los profesionales de la salud, la sociedad civil y otros interesados en ayudar a transformar la atención a la salud mental en el mundo.
Uno de los problemas más extendidos de los que trata el informe es la estigmatización, que, junto con la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental, están muy presentes en las sociedades y los sistemas de atención de todo el mundo. Por eso es tan importante y oportuna la labor que desarrolla la Comisión de The Lancet para poner fin a la estigmatización y la discriminación de las personas con problemas de salud mental. Pero, ¿cómo lograr que se traduzca en cambios reales?
La estigmatización tiene muchas caras. Por lo general, enseguida pensamos en la forma en que tratamos a los demás, pero eso no es más que una parte del problema, ya que el sufrimiento psicológico que viven en silencio las personas estigmatizadas pasa muchas veces inadvertido. Debemos habituarnos a hablar de los problemas de salud mental y de sus numerosas formas como algo normal, porque la estigmatización es un obstáculo que impide hacer frente a estos trastornos.
Uno de los aspectos más interesantes del informe mundial sobre salud mental de la OMS son los diversos testimonios que incluye de personas que presentan o han presentado problemas de salud mental. Debemos estar muy agradecidos a las más de 30 personas que decidieron hacernos partícipes de su experiencia. La valentía y la humildad con que relatan la perseverancia con que superaron sus problemas deben ayudarnos a ofrecerles ayuda más eficazmente y a normalizar las conversaciones sobre esta cuestión.
Lo mismo puede decirse de las directrices de la OMS sobre salud mental en el trabajo recientemente publicadas. Según los cálculos, cada año se pierden 12 000 millones de jornadas laborales a causa de la depresión y la ansiedad. Por eso, en las directrices se recomiendan medidas para hacer frente a los factores de riesgo para la salud mental en el lugar de trabajo, como las conductas negativas, el exceso de trabajo y otros factores que nos generan malestar.
Cada semana enfrentamos nuevos retos para nuestra salud mental personal y colectiva. Los conflictos, las enfermedades y el cambio climático nos obligan a desarrollar nuevas formas de resiliencia para proteger nuestra salud mental. Si no aprendemos a expresar y comprender nuestros problemas, no haremos más que poner parches sin aportar soluciones duraderas.
Para llevar a la práctica la propuesta que se formula este año con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, la OMS ha establecido cuatro prioridades:
- Financiar los servicios de salud mental: se calcula que los países destinan menos del 2% de su presupuesto sanitario a los servicios de salud mental. Si se tiene en cuenta que, en 2019, cerca de mil millones de personas tenían un trastorno mental, es evidente que este porcentaje es muy inferior al necesario.
- Mejorar nuestros conocimientos y los de las personas responsables de la atención a la salud mental, escuchar las experiencias vividas por otras personas y aprender a prestar apoyo más eficazmente. Un buen punto de partida es el curso en línea sobre salud mental de la iniciativa QualityRights de la OMS, que se ha concebido para mejorar la calidad de la atención en este ámbito y en otros servicios conexos y para promover los derechos de las personas con discapacidades psicosociales, intelectuales y cognitivas.
- Dar prioridad a la salud mental por medio del autocuidado, reflexionando sobre las prácticas que se aplican en el lugar de trabajo para velar por que los empleados se desarrollen y asegurándose de que se ofrece suficiente atención a la salud mental a nivel comunitario.
- Escuchar lo que nos cuentan las personas que han presentado problemas de salud mental, porque su experiencia nos mostrará la mejor manera de prestarles apoyo y atención.
Los problemas de salud mental suelen causar sufrimiento a los afectados y, por desgracia, la estigmatización no hace más que agravarlo. Apliquemos las sabias palabras del lema del Día Mundial de la Salud Mental de este año y prioricemos en todo el mundo el cuidado de la salud y el bienestar mentales.