Datos y cifras
- Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la causa principal de defunción en todo el mundo.
- Se estima que 17,9 millones de personas fallecieron en 2019 como consecuencia de una enfermedad cardiovascular, lo que representa el 32% de todas las muertes a escala mundial. De estas, el 85% se debieron a infartos de miocardio y a accidentes cerebrovasculares.
- Más de tres cuartes partes de las muertes ocasionadas por las enfermedades cardiovasculares se dan en países de ingreso bajo y mediano.
- De los 17 millones de muertes prematuras (menores de 70 años) debidas a enfermedades no transmisibles en 2019, el 38% son atribuibles a enfermedades cardiovasculares.
- La mayoría de las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir si se tratan los factores de riesgo conductuales y ambientales, como el consumo de tabaco, una alimentación poco saludable y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol y la contaminación atmosférica.
- Es importante detectar las enfermedades cardiovasculares lo antes posible para poder iniciar el tratamiento con acompañamiento y medicamentos.
Panorama general
Las enfermedades cardiovasculares son un grupo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen:
- la cardiopatía coronaria: una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco;
- las enfermedades cerebrovasculares: unas enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro;
- la arteriopatía periférica: una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan los brazos y las piernas;
- la cardiopatía reumática: lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas a la fiebre reumática y causadas por unas bacterias denominadas estreptococos;
- las cardiopatías congénitas: defectos congénitos que afectan el desarrollo y el funcionamiento normales del corazón debidos a malformaciones de la estructura cardíaca presentes desde el nacimiento; y
- las trombosis venosas profundas y las embolias pulmonares: coágulos de sangre en las venas de las piernas, que pueden desprenderse y alojarse en el corazón y los pulmones.
Los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares suelen ser episodios agudos debidos principalmente a una obstrucción que impide que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. La causa más frecuente de esto es la acumulación de depósitos de grasa en las paredes internas de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro. Los accidentes cerebrovasculares pueden deberse a hemorragias de los vasos cerebrales o a coágulos de sangre.
Factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares
Los factores de riesgo conductuales más importantes de las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares son una dieta poco saludable, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Entre los factores de riesgo ambientales, cabe destacar la contaminación atmosférica. Los efectos en las personas de los factores de riesgo conductuales pueden manifestarse en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso y obesidad. En los establecimientos de atención primaria pueden medirse estos «factores de riesgo intermedios», que son indicativos de un mayor riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones.
Está demostrado que el abandono del tabaco, la reducción de la sal en la dieta, el consumo de frutas y verduras en mayor cantidad, la actividad física periódica y evitar el consumo nocivo de alcohol reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las políticas de salud que crean entornos propicios para que las opciones saludables sean asequibles y estén disponibles, así como para mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación, son esenciales para animar a las personas a que adopten y mantengan unos comportamientos saludables.
También hay una serie de determinantes subyacentes de las enfermedades cardiovasculares, que son un reflejo de los principales vectores del cambio social, económico y cultural: la globalización, la urbanización y el envejecimiento de la población. Otros determinantes de estas enfermedades son la pobreza, el estrés y los factores hereditarios.
Además, tratar con fármacos la hipertensión, la diabetes y una alta presencia de lípidos en la sangre es una medida necesaria para reducir el riesgo cardiovascular y prevenir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares entre las personas con esas afecciones.
¿Cuáles son los síntomas comunes de las enfermedades cardiovasculares?
Síntomas de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares
La enfermedad subyacente de los vasos sanguíneos no suele presentar síntomas, y su primera manifestación puede ser un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Los síntomas de un infarto de miocardio incluyen:
- dolor o molestias en el centro del pecho; y/o
- dolor o molestias en los brazos, el hombro izquierdo, los codos, la mandíbula o la espalda.
Además, la persona puede experimentar dificultades para respirar o disnea, náuseas o vómitos, sensación de mareo o desmayo, sudores fríos y palidez. Las mujeres son más propensas que los hombres a tener dificultades para respirar, náuseas, vómitos y dolor de espalda o mandíbula.
El síntoma más habitual de un accidente cerebrovascular es una debilidad repentina en la cara, el brazo o la pierna, a menudo en un lado del cuerpo. Otros síntomas incluyen la aparición súbita de:
- entumecimiento en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo;
- confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice;
- problemas visuales en uno o ambos ojos;
- dificultad para caminar, mareos y/o pérdida del equilibrio o la coordinación;
- dolor de cabeza intenso de causa desconocida; y/o
- desmayos o pérdida del conocimiento.
Las personas que experimenten estos síntomas deben buscar atención médica de inmediato.
¿Qué es la cardiopatía reumática?
La cardiopatía reumática está causada por la lesión de las válvulas cardiacas y el miocardio derivada de la inflamación y la deformación cicatrizal ocasionadas por la fiebre reumática. Esta fiebre se debe a una respuesta anormal del organismo a una infección con bacterias estreptocócicas, que suele manifestarse en forma de dolor de garganta o amigdalitis en los niños.
La fiebre reumática afecta principalmente a los niños de los países en desarrollo, especialmente ahí donde la pobreza está generalizada. En todo el mundo, alrededor del 2% de las defunciones por enfermedades cardiovasculares están relacionadas con cardiopatías reumáticas.
Síntomas de la cardiopatía reumática
Los síntomas de la cardiopatía reumática incluyen dificultad para respirar, fatiga, latidos cardiacos irregulares, dolor torácico y desmayos.
Los síntomas de la fiebre reumática incluyen fiebre, dolor y tumefacción articulares, náuseas, cólicos abdominales y vómitos.
¿Por qué motivo las enfermedades cardiovasculares son un problema de desarrollo en los países de ingreso bajo y mediano?
Al menos tres cuartas partes de las defunciones en todo el mundo debidas a enfermedades cardiovasculares se concentran en los países de ingreso bajo y mediano. Los habitantes de estos países no suelen beneficiarse de programas de atención primaria de salud para la detección precoz y el tratamiento temprano de las personas con factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Los habitantes de los países de ingreso bajo y mediano aquejados de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles tienen un menor acceso a servicios de atención de la salud eficaces y equitativos que respondan a sus necesidades. En consecuencia, en el caso de muchos habitantes de estos países, la detección suele llegar en una etapa tardía en el curso de la enfermedad y las personas mueren a una edad más temprana a causa de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles, a menudo en sus años más productivos.
Las personas más pobres de los países de ingreso bajo y mediano son las más afectadas. A nivel de los hogares, empieza a haber pruebas de que las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles contribuyen a la pobreza debido a los gastos catastróficos en atención de salud y a los elevados gastos directos en atención de salud en que se incurre. A nivel macroeconómico, las enfermedades cardiovasculares imponen una pesada carga para las economías de los países de ingreso bajo y mediano.
¿Cómo puede reducirse la carga de las enfermedades cardiovasculares?
La clave para reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares radica en incluir intervenciones de manejo de estas enfermedades en los paquetes de cobertura sanitaria universal; no obstante, son muchos los países cuyos sistemas de salud requieren cuantiosas inversiones y una reorientación importante para gestionar eficazmente las enfermedades cardiovasculares.
De la evidencia obtenida de 18 países se desprende que es posible implementar programas para combatir la hipertensión de manera eficiente y rentable en el nivel de atención primaria, lo que, en última instancia, comportará una reducción de las cardiopatías coronarias y los accidentes cerebrovasculares. Los pacientes con enfermedades cardiovasculares deben tener acceso a la tecnología y a una medicación adecuadas. Los fármacos básicos que deben estar disponibles incluyen:
- ácido acetilsalicílico;
- betabloqueantes;
- inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina; y
- estatinas.
Un episodio agudo, como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, debe tratarse de inmediato.
En ocasiones, será necesaria la cirugía para tratar una enfermedad cardiovascular. Estas intervenciones incluyen:
- derivaciones de la arteria coronaria;
- angioplastia con globo (introducción de un pequeño dispositivo, similar a un globo, en una arteria obstruida para abrirla);
- reparaciones y sustituciones de válvulas;
- trasplante de corazón; e
- implantación de un corazón artificial.
El tratamiento de algunas enfermedades cardiovasculares hace necesario el uso de dispositivos médicos, como marcapasos, válvulas protésicas y parches para cerrar orificios entre las cavidades del corazón.
Respuesta de la OMS
En 2013, los Estados Miembros de la OMS acordaron unos mecanismos mundiales para reducir la carga evitable de las enfermedades no transmisibles, en particular un «Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2013-2020». Este Plan tiene como objetivo reducir en un 25% el número de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para 2025 a través de nueve metas mundiales de aplicación voluntaria. Dos de estas metas se centran directamente en la prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares.
Meta 6: Reducir la prevalencia a escala mundial de la hipertensión arterial en un 25% entre 2010 y 2025.
Meta 8: Al menos el 50% de las personas que reúnen los requisitos deberían recibir farmacoterapia y asesoramiento (incluido el control de la glucemia) para prevenir los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares para 2025.
Además, la meta 9 establece que debería alcanzarse un 80% en lo que respecta a la disponibilidad de tecnologías básicas y de medicamentos esenciales asequibles, incluidos los genéricos, necesarios para tratar las principales enfermedades no transmisibles, en centros tanto públicos como privados.
Para lograr estas metas, será necesaria una cuantiosa inversión en los sistemas de salud y fortalecerlos.
Actualmente, la OMS trabaja para aumentar las orientaciones normativas disponibles para el manejo del síndrome coronario agudo y del accidente cerebrovascular, que mostrarán el camino a seguir en estas importantes esferas.