OMS
Rociado para el control de mosquitos en la República Dominicana
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Chikungunya

14 de abril de 2025

Datos y cifras

  • La enfermedad que causa el virus chikungunya se transmite al ser humano a través de mosquitos infectados. Se registran grandes brotes y casos esporádicos sobre todo en las Américas, Asia y África, y brotes ocasionales de menor envergadura en Europa.
  • Dado que los síntomas del chikungunya son similares a los del dengue y el zika, es fácil que se diagnostique de forma errónea, lo que dificulta que los países conozcan con precisión el número de infectados.
  • Además de fiebre y fuertes dolores articulares, que a menudo resultan debilitantes y prolongarse durante mucho tiempo, esta enfermedad provoca otros síntomas, como inflamación de las articulaciones, dolores musculares, cefalea, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.
  • Varios países han aprobado o recomendado dos vacunas contra el chikungunya en poblaciones de riesgo, aunque todavía no están disponibles ni se utilizan de forma generalizada. La OMS y algunos asesores especializados independientes están examinando la información de los ensayos y los datos posteriores a la comercialización de las vacunas teniendo en cuenta el contexto epidemiológico mundial de la enfermedad, a fin de fundamentar posibles recomendaciones de uso.
  • No existe un tratamiento antivírico específico para la infección por el virus chikungunya, pero pueden utilizarse antipiréticos y analgésicos (como el paracetamol) para aliviar la fiebre y el dolor.
  • En raras ocasiones, el chikungunya provoca síntomas graves y causa la muerte de bebés y de personas mayores con otros problemas de salud.


Descripción general

El chikungunya (o fiebre chikungunya) es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos cuyo agente etiológico es el virus chikungunya, un virus ARN del género Alphavirus, familia Togaviridae. «Chikungunya» es una voz de la lengua makonde, hablada en el sur de Tanzanía, que significa «en postura retorcida». Ello alude a la posición que adoptan las personas que padecen los intensos dolores articulares característicos de la enfermedad.

Distribución y brotes

El virus chikungunya se describió por primera vez en 1952 en la actual República Unida de Tanzanía y, posteriormente, se detectó en otros países de África y Asia (1). Los primeros brotes en zonas urbanas se registraron en Tailandia en 1967 y en la India en la década de 1970 (2). Desde 2004, los brotes han aumentado tanto en frecuencia como en extensión, lo que obedece en parte a adaptaciones del virus que favorecen su propagación a través del mosquito Aedes albopictus y, también, al hecho de que el virus ha infectado a personas no inmunizadas. Hasta ahora, se ha detectado el virus chikungunya en más de 110 países de Asia, África, Europa y las Américas. La transmisión ha llegado a interrumpirse durante años en algunas islas donde un alto porcentaje de la población se ha vuelto inmune tras haberse infectado, aunque suele persistir en países donde gran parte de la población aún no ha contraído la infección.

Todas las regiones donde hay poblaciones establecidas de mosquitos Ae. aegypti o Ae. albopictus han registrado ya casos de transmisión local vehiculada por ellos.

Transmisión

El virus chikungunya se transmite por medio de mosquitos hembras infectados, casi siempre Aedes aegypti o Aedes albopictus, que también pueden transmitir los virus del dengue y de Zika. Estos mosquitos pican principalmente de día, y depositan huevos en los recipientes y cavidades donde hay agua estancada. Ambas especies se alimentan al aire libre y Ae. Aegypti puede hacerlo también en interiores.

Los mosquitos no infectados pueden ingerir virus al alimentarse de la sangre de una persona en cuya sangre circule el patógeno. A continuación, los virus se replican durante días en el interior del insecto y acaban penetrando en sus glándulas salivales, desde donde podrán transmitirse a un nuevo hospedador humano cuando el mosquito lo pique. El virus vuelve a replicarse en la persona recién infectada hasta alcanzar concentraciones sanguíneas elevadas, momento en el cual puede transmitirse a nuevos mosquitos y perpetuar así el ciclo de transmisión.

Sintomatología

En los pacientes sintomáticos, el chikungunya suele manifestarse entre cuatro y ocho días después de la picadura de un mosquito infectado (aunque el intervalo puede oscilar entre dos y 12 días). La enfermedad se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de fuertes dolores articulares, que suelen ser debilitantes y remiten en pocos días, aunque también pueden prolongarse durante semanas, meses o incluso años. Otros signos y síntomas frecuentes son: inflamación de las articulaciones, dolores musculares, cefalea, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Dado que estos síntomas coinciden con los de otras infecciones, sobre todo el dengue y el zika, el diagnóstico de los casos puede ser erróneo. En ausencia de dolores articulares de consideración, los infectados suelen presentar síntomas leves, por lo que la infección puede pasar desapercibida.

La mayoría de los pacientes se recuperan completamente, aunque en algunos casos se han descrito complicaciones oculares, cardiacas o neurológicas. Los pacientes de edad muy corta o muy avanzada corren más riesgo de presentar cuadros clínicos graves; entre ellos se incluyen los recién nacidos que se infectan durante el parto o que son picados por mosquitos infectantes en las semanas posteriores al parto, así como las personas mayores con dolencias preexistentes. Los enfermos graves pueden requerir hospitalización debido al riesgo de sufrir daños orgánicos e incluso la muerte.

A la luz de los datos disponibles, es probable que las personas que se recuperan de la enfermedad queden inmunizadas frente a futuras infecciones por el virus chikungunya.

Medios de diagnóstico

El virus chikungunya se puede detectar directamente en muestras de sangre extraídas durante la primera semana de enfermedad, mediante técnicas como la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR).

Hay otras pruebas que permiten reconocer la respuesta inmunitaria de una persona frente a la infección por el virus chikungunya. Se suelen utilizar tras la primera semana de infección para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus. Lo más habitual es que se alcancen concentraciones detectables de anticuerpos a partir de la primera semana después del inicio de la enfermedad y que estos niveles perduren durante unos dos meses.

Tratamiento y vacunas

La atención a los infectados consiste en aliviar la fiebre y los dolores articulares con antipiréticos y analgésicos, administrar líquidos y procurar que el enfermo descanse. No existe ningún antivírico específico para tratar las infecciones por el virus chikungunya.

Para aliviar el dolor y hacer bajar la fiebre se recomiendan fármacos como el paracetamol hasta que se descarte un eventual diagnóstico de dengue, ya que en este último caso los antiinflamatorios no esteroideos pueden aumentar el riesgo de hemorragias.

Varios países han aprobado o recomendado dos vacunas contra el chikungunya en poblaciones de riesgo, aunque todavía no están disponibles ni se utilizan de forma generalizada. La OMS y algunos asesores especializados independientes están examinando la información de los ensayos y los datos posteriores a la comercialización de las vacunas teniendo en cuenta el contexto epidemiológico mundial de la enfermedad, a fin de fundamentar posibles recomendaciones de uso.

Prevención y control

La mejor forma de protegerse contra el chikungunya consiste en evitar la picadura de los mosquitos que lo transmiten. Los pacientes presuntamente infectados por el virus chikungunya deben evitar que lo piquen mosquitos durante la primera semana de enfermedad, para que el virus no se transmita a un nuevo mosquito que, a su vez, pueda infectar a otras personas.

Los principales métodos para reducir la transmisión del virus chikungunya consisten en combatir los mosquitos vectores y reducir la cantidad de lugares donde puedan reproducirse. Ello exige movilizar a las comunidades, que son fundamentales para reducir los criaderos, vaciando y limpiando una vez por semana los recipientes que contengan agua, eliminando los desechos y apoyando a los programas locales de lucha contra los mosquitos.

Durante los brotes se pueden usar insecticidas, ya sea por vaporización, para matar a los mosquitos adultos en vuelo, o rociando las superficies y los alrededores de los recipientes y depósitos donde suelen posarse. También se puede tratar con insecticidas el agua almacenada para eliminar las larvas inmaduras. Además, las autoridades de salud pueden llevar a cabo estas operaciones como medida de emergencia para controlar las poblaciones de mosquitos.

Se recomienda a las personas que vivan en zonas donde se transmite el chikungunya, o que las visiten, que utilicen ropa que reduzca al mínimo la exposición de la piel a las picaduras durante el día. Para impedir la entrada de mosquitos en las viviendas, se aconseja colocar mosquiteros en puertas y ventanas. También se pueden aplicar repelentes sobre la piel o la ropa, siguiendo estrictamente las instrucciones de uso del producto. Estos repelentes deben contener DEET, IR3535 o icaridina.

Las personas que duermen durante el día, como los niños pequeños, los enfermos y los ancianos, deben utilizar mosquiteros tratados con insecticida para protegerse de los mosquitos que pican de día.

Respuesta de la OMS

La OMS, a través de la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus (en inglés), presta apoyo a los países en las tareas de vigilancia y control de arbovirus.

Para ayudar a combatir la fiebre chikungunya, la OMS:

  • ayuda a los países a confirmar los brotes por medio de su red de laboratorios colaboradores;
  • asesora y presta apoyo técnico a los países para que respondan eficazmente a los brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos;
  • sigue de cerca el desarrollo de nuevas herramientas, como insecticidas o medios tecnológicos para aplicarlos;
  • elabora planes, políticas y estrategias con una base científica sólida para hacer frente a los brotes;
  • proporciona orientación y apoyo técnico a los países para mejorar la respuesta a los casos y brotes;
  • ayuda a los países a reforzar sus sistemas de notificación;
  • imparte formación a escala regional y mundial en materia de atención clínica, diagnóstico y lucha antivectorial;
  • publica guías y manuales dirigidos a los Estados Miembros sobre vigilancia epidemiológica, diagnóstico en laboratorio, atención clínica de los enfermos y lucha antivectorial; y
  • por medio de la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus, promueve soluciones integradas de carácter multidisciplinar que aplicables a las distintas enfermedades arbovíricas.

La OMS alienta a los países a desarrollar y mantener la capacidad necesaria para detectar y confirmar casos, atender a los pacientes e implantar estrategias de comunicación social que ayuden a reducir la presencia de mosquitos vectores.

 


Referencias

  1. Bettis AA, L’Azou Jackson M, Yoon IK, et al. The global epidemiology of chikungunya from 1999 to 2020: a systematic literature review to inform the development and introduction of vaccines. PLoS Negl Trop Dis 2022;16:e0010069. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0010069.
  2. Wimalasiri-Yapa BMCR, Stassen L, Huang X, et al. « Chikungunya virus in Asia - Pacific: a systematic review”. Emerg Microbes Infect. 2019;8( 1):70-79. doi:10.1080/22221751.2018.1559708.
  3. Russo G., et al. “Chikungunya fever in Africa: a systematic review”. Lancet Glob Health. 2020;114(3):136-144. doi:10.1080/20477724.2020.1748965.
  4. Auerswald H, Boussioux C, In S, et al. “Broad and long-lasting immune protection against various Chikungunya genotypes demonstrated by participants in a cross-sectional study in a Cambodian rural community”. Emerg Microbes Infect. 2018;7(1):13.
  5. Organización Panamericana de la Salud. Preparación y respuesta ante la eventual introducción del virus de chikungunya en las Américas, Washington D. C.; 2011: https://iris.paho.org/handle/10665.2/4009.