Datos y cifras
- La dracunculosis es una enfermedad parasitaria incapacitante que está a punto de ser erradicada. En 2023 se notificaron 14 casos en humanos y en 2022, 13 casos.
- Tras la infección se inicia un ciclo de transmisión de entre 10 y 14 meses, al final del cual sale del cuerpo un gusano hembra maduro.
- El parásito se transmite principalmente al ingerir agua estancada contaminada con pulgas de agua infestadas.
- A mediados de la década de 1980, la dracunculosis era endémica en 20 países. (1)
Panorama general
La dracunculosis está causada por el parásito Dracunculus medinensis, también denominado «gusano de Guinea». Aunque rara vez es mortal, puede incapacitar durante semanas o meses. Afecta a personas de zonas rurales, desfavorecidas y aisladas donde el agua estancada en superficies abiertas, como charcas o estanques, puede ser la única fuente disponible para beber.
Magnitud del problema
Se calcula que, a mediados de la década de 1980, había en el mundo 3,5 millones de casos en 20 países, de los que 17 eran africanos y los otros tres asiáticos. El número de casos notificados disminuyó hasta situarse por debajo de 10 000 por primera vez en 2007, cifra que siguió bajando hasta 542 en 2012 y 126 en 2014. Desde 2015, las cifras se han mantenido en los dos dígitos (desde los 22 en 2015 a los 14 de 2023). En 2023 solo se notificaron casos humanos en 11 aldeas de cinco países: Chad (9 casos), Malí (1 caso), Sudán del Sur (2 casos), Camerún (1) y República Centroafricana (1). En estos dos últimos países se ha certificado la eliminación de la enfermedad, ya que los casos fueron importados desde el Chad.
Actualmente, se considera que hay cinco países donde la dracunculosis es endémica (Angola, Chad, Etiopía, Malí y Sudán del Sur), mientras que el Sudán se encuentra en la fase de precertificación.
Transmisión, ciclo vital y periodo de incubación
Aproximadamente un año después de la infección se forma una ampolla muy dolorosa —en el 90% de los casos en la parte inferior de la pierna—, a través de la cual salen uno o varios gusanos, causando una intensa sensación de quemazón. Para aliviar el dolor urente, los pacientes suelen sumergir la parte infectada del cuerpo en agua. En ese momento, los gusanos liberan al agua miles de larvas, que alcanzan su fase infectiva tras ser ingeridas por pequeños crustáceos o copépodos, también denominados pulgas de agua.
Las personas ingieren estas pulgas al beber agua contaminada. Las pulgas mueren en el estómago pero liberan sus larvas infectivas, que atraviesan la pared intestinal y migran por el cuerpo. El gusano hembra fecundado (que mide entre 60 y 100 cm) se desplaza por debajo de la piel hasta llegar a su punto de salida, por lo general en las extremidades inferiores, donde forma una ampolla o tumefacción por la que sale al exterior. Desde la infección hasta la salida del gusano transcurren entre 10 y 14 meses.
Prevención
No existe ninguna vacuna para prevenir la enfermedad ni medicamentos para tratarla. Sin embargo, se han aplicado estrategias preventivas que han permitido acercarnos a la erradicación, como las siguientes:
- intensificar la vigilancia para detectar los casos humanos y las infecciones en animales en las 24 horas siguientes a la aparición de gusanos;
- prevenir las complicaciones, como las infecciones de la herida y la septicemia, tratando las heridas de las que hayan salido gusanos y limpiando y vendando periódicamente las zonas de piel afectadas hasta que el organismo expulse los gusanos por completo;
- prevenir la contaminación del agua de bebida impidiendo que las personas y los animales infectados (perros y gatos) de los que salgan gusanos caminen por las fuentes de agua;
- dar acceso a fuentes mejoradas de agua potable;
- filtrar el agua de las masas de agua abiertas y estancadas antes de beberla;
- implantar medidas de control de vectores mediante el larvicida temefos; y
- fomentar la educación en salud y los cambios de comportamiento.
Hacia la erradicación
La Asamblea Mundial de la Salud, que es el órgano decisorio de la OMS, ha respaldado la eliminación y posterior erradicación de la dracunculosis en las resoluciones WHA39.21 (1986), WHA42.29 (1989), WHA44.5 (1991), WHA57.9 (2004), WHA64.16 (2011). En mayo de 1981, el Comité Directivo interinstitucional encargado de promover la acción cooperativa del Decenio Internacional del Agua Potable y del Saneamiento Ambiental (1981‑1990) propuso que la eliminación de la dracunculosis se utilizase como indicador para evaluar los resultados del Decenio. Ese mismo año, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución WHA34.25, en la que se reconoció que ese Decenio era una buena oportunidad para eliminar esta enfermedad. En consecuencia, la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de América formularon una estrategia y unas directrices técnicas para llevar a cabo una campaña de erradicación.
En 1986, el Centro Carter se sumó a la lucha contra esta enfermedad y, en alianza con la OMS y el UNICEF, ha liderado las actividades de erradicación. Para darle un impulso final, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó en 2011 su resolución WHA64.16, en la que exhortó a todos los Estados Miembros donde la dracunculosis era endémica a que agilizasen la interrupción de la transmisión y reforzaran la vigilancia a nivel nacional para lograr la erradicación.
Certificación en los países
Para ser declarados libres de dracunculosis, los países no deben haber notificado casos en animales y humanos durante al menos tres años consecutivos, manteniendo una vigilancia activa en ese periodo.
A continuación, un equipo de certificación internacional visita el país para evaluar la idoneidad del sistema de vigilancia y examinar los registros de los estudios de los casos sospechosos o los animales infectados, así como las medidas adoptadas posteriormente.
Se analizan indicadores como el acceso a fuentes mejoradas de agua potable en las zonas afectadas, y se realizan evaluaciones en las aldeas para confirmar la ausencia de transmisión. Además, se determina el riesgo de reintroducción de la enfermedad. Por último, se presenta un informe a la Comisión Internacional para la Certificación de la Erradicación de la Dracunculosis (ICCDE), para su examen.
Desde 1995 la ICCDE se ha reunido 16 veces y, siguiendo sus recomendaciones, la OMS ha certificado a 199 países, territorios y zonas (pertenecientes a 187 Estados Miembros) como libres de la enfermedad. La República Democrática del Congo, donde la enfermedad había sido endémica, fue el último país en obtener tal certificación, en diciembre de 2022.
La OMS actualizó por última vez en 2023 los criterios empleados para certificar la dracunculosis.
Vigilancia continua
La OMS recomienda que los países o las zonas donde la transmisión de la dracunculosis se haya interrumpido recientemente mantengan una vigilancia activa durante al menos tres años consecutivos. La vigilancia continua es fundamental para asegurarse de que no se pasa por alto ningún caso humano o animal infectado e impedir así la reaparición de la enfermedad.
Dado que la incubación del gusano dura entre 10 y 14 meses, pasar por alto un solo caso de gusano emergido podría retrasar la erradicación por un año o más. Hay datos que demuestran que esto ocurrió en Etiopía en 2008, después de que el programa nacional de erradicación declarara que se había interrumpido la transmisión, y en 2010 en el Chad, donde reapareció la transmisión después de que el país no notificara casos durante casi 10 años.
Se considera que la transmisión se ha interrumpido en los países que no notifican casos durante 14 meses consecutivos. A partir de ahí, comienza una fase de precertificación que dura al menos tres años desde el último caso autóctono, durante la cual debe mantenerse una vigilancia intensa. Incluso después de la certificación, la vigilancia debe continuar hasta que se declare la erradicación mundial.
Obstáculos
Las etapas más difíciles y onerosas del proceso de erradicación son la localización y contención de los últimos casos y animales infectados restantes, pues suelen ocurrir en zonas rurales remotas y, a menudo, inaccesibles.
La inseguridad y la consiguiente falta de acceso a las zonas endémicas constituyen un obstáculo importante.
Además, cada vez se notifican más infecciones en humanos y animales (sobre todo en perros) en países certificados que son fronterizos con países donde sigue habiendo transmisión, lo que supone un riesgo de reintroducción. Por esta razón es necesario mantener la debida vigilancia tras la certificación, incluso en las fronteras, hasta que se declare la erradicación mundial.
La infección de perros por Dracunculus medinensis sigue siendo un problema para la campaña mundial de erradicación, sobre todo en el Chad, Etiopía y Malí. Este fenómeno se observó en el Chad en 2012. Desde entonces se siguen detectando en la misma zona de riesgo gusanos en varios perros, que son genéticamente idénticos a los que infectan a los humanos. En 2023, el Chad notificó la infección en 406 perros y 88 gatos, Etiopía la notificó en un perro, y Malí, en 41 perros, cinco gatos y un burro.
La transmisión en los animales se puede interrumpir reforzando la vigilancia para detectar y contener a todos los animales infectados (atando a los animales infectados e incluso a los que no lo están, por precaución), educando a la población y los propietarios de animales sobre temas de salud, y aplicando intervenciones enérgicas e integrales de control de vectores.
Respuesta de la OMS
En respuesta a la dracunculosis, la OMS, en colaboración con sus Estados Miembros y sus asociados, aboga por la erradicación, proporciona orientaciones técnicas, coordina las actividades de erradicación, vela por el cumplimiento de las medidas de vigilancia en las zonas libres de la enfermedad, hace un seguimiento de los progresos realizados e informa sobre ellos.
La OMS es la única organización con el mandato de certificar la ausencia de transmisión de la enfermedad en los países, siguiendo las recomendaciones formuladas por la ICCDE. Esta Comisión se reúne cuando es necesario para evaluar la situación de la transmisión en los países que solicitan la certificación, determinar si procede certificar la ausencia de transmisión en un país y formular una recomendación al respecto.
Notas
(1) Sudán del Sur formaba parte del Sudán hasta que obtuvo su independencia el 9 de julio de 2011. Hasta entonces, los casos de dracunculosis en Sudán del Sur se notificaban como casos del Sudán; por consiguiente, entre la década de 1980 y 2011, la enfermedad era endémica en 20 países.