OMS / Blink Media - Tali Kimelman
Motherboards from computers wait to be recycled at Triex Company in Montevideo, Uruguay on 15 March 2021
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Desechos eléctricos y electrónicos

18 de octubre de 2023

Datos y cifras

  • Los desechos eléctricos y electrónicos son los residuos sólidos que más aumentan en el mundo (1).
  • Se estima que en 2019 se produjeron 53,6 millones de toneladas de estos desechos en todo el mundo, pero solo el 17,4 % se registró oficialmente como material recogido y reciclado (2).
  • El plomo es una de las sustancias que se liberan con frecuencia al medio ambiente al reciclar, almacenar o verter incorrectamente estos desechos, como sucede cuando se queman al aire libre (3).
  • Las actividades de reciclaje de este tipo de residuos pueden tener varios efectos adversos en la salud humana, y los niños y las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a ellos.
  • La OIT y la OMS han calculado que millones de mujeres y niños que trabajan en la economía sumergida del reciclaje en todo el mundo pueden estar expuestos a estos desechos (4).

Panorama general

Cada año, millones de aparatos eléctricos y electrónicos se desechan porque se rompen o se quedan obsoletos. Estos desechos eléctricos y electrónicos pueden convertirse en una amenaza para el medio ambiente y la salud humana si no se tratan, eliminan y reciclan correctamente. Algunos de los desechos eléctricos y electrónicos más habituales son los ordenadores, los teléfonos móviles y los grandes electrodomésticos, así como los equipos médicos. Cada año, millones de toneladas de este tipo de residuos se reciclan con técnicas poco respetuosas con el medio ambiente y, a menudo, se acumulan en casas y almacenes, se vierten, se exportan o se reciclan en condiciones inadecuadas, lo que puede liberar al medio ambiente hasta 1000 sustancias químicas diferentes, algunas de ellas neurotóxicas, como el plomo (3). Las embarazadas y los niños son especialmente vulnerables a estas sustancias por estar expuestos por vías específicas y por su estado de desarrollo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó en 2020 que 16,5 millones de niños trabajaban en el sector industrial, incluido el subsector del tratamiento de desechos (4).

Magnitud del problema

Los desechos eléctricos y electrónicos son los residuos sólidos que más aumentan en el mundo, con un incremento tres veces superior al de la población mundial (1). Se sabe que menos de una cuarta parte de este tipo de desechos generados en el mundo en 2019 se recicló de manera oficial. No obstante, en muchos casos estos artículos pueden reciclarse y reutilizarse para aprovechar los recursos valiosos y finitos que contienen; así, se han convertido en una importante fuente de ingresos para particulares e incluso comunidades. En contrapartida, los habitantes de los países de ingresos medianos y bajos, en especial los niños, son los que más expuestos están a los riesgos que entrañan estos desechos debido a la falta de normativas, infraestructuras de reciclado y formación apropiadas. Aunque hay normativas internacionales para controlar el transporte de estos desechos de un país a otro, se siguen transportando a través de las fronteras hacia países de ingresos medianos y bajos, a menudo de forma ilegal. Estos desechos son peligrosos, ya que contienen o pueden generar materiales tóxicos si no se tratan debidamente. Se sospecha que diversos de estos materiales tóxicos son nocivos para la salud de las personas y ya se ha demostrado que muchos de ellos son muy perniciosos. Es el caso de las 10 sustancias químicas peligrosas para la salud pública, como las dioxinas, el plomo y el mercurio. El reciclado deficiente de estos desechos constituye una amenaza para la salud y la seguridad públicas.

Exposición a los desechos eléctricos y electrónicos

Los artículos eléctricos y electrónicos contienen muchas sustancias tóxicas diferentes. Aunque la exposición a ellas es poco probable al utilizar los productos que los contienen, su eliminación mediante prácticas y actividades incorrectas puede liberar sustancias tóxicas al medio ambiente. En los vertederos de desechos eléctricos y electrónicos se han observado varias prácticas que entrañan riesgos:

  • personas que rondan los vertederos para llevarse aparatos desechados;  
  • vertidos en tierra o en masas de agua;
  • descarga en vertederos junto con los desechos habituales;
  • quema o calentamiento al aire libre;
  • baños de ácido o lixiviación ácida;  
  • descompactación y trituración de revestimientos plásticos; y
  • desmontaje manual de equipos.

Estas actividades se consideran peligrosas para el medio ambiente y la salud humana, ya que liberan contaminantes tóxicos que dañan el aire, el suelo, el polvo y el agua en los lugares de reciclaje y en las comunidades vecinas. La quema o calentamiento se considera una de las actividades más peligrosas debido a los humos tóxicos que generan. Una vez en el medio ambiente, los contaminantes tóxicos procedentes de los desechos eléctricos y electrónicos o producidos a través de actividades de reciclado inadecuadas pueden recorrer distancias considerables desde el punto de contaminación y afectar a la salud de la población de zonas lejanas.

Los niños son los más vulnerables

Se ha señalado una serie de resultados adversos para la salud relacionados con las actividades de reciclaje de estos desechos.

Los niños y las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a los efectos de los contaminantes peligrosos que se liberan al reciclar estos desechos sin controles oficiales. Muchos niños hurgan en los contenedores, queman desechos eléctricos y electrónicos o desmontan manualmente los componentes de los aparatos eliminados. En algunos países, se encarga a los niños que desmonten los objetos más pequeños porque el tamaño de sus manos se lo facilita. Estos niños reciben a cambio un salario pírrico por exponerse directamente a altos niveles de sustancias químicas peligrosas y a la posibilidad de sufrir lesiones. Dedicarse a recuperar desechos es muy peligroso, hasta el punto de que la OIT lo considera una de las peores formas de trabajo infantil. La OIT calculó en 2020 que 16,5 millones de niños trabajaban en el sector industrial, incluido el subsector del tratamiento de desechos (4). Sin embargo, se desconoce cuántos niños se dedican a reciclar desechos eléctricos y electrónicos sin controles oficiales.

La exposición a este tipo de desechos puede causar los siguientes efectos en la salud del feto, los lactantes y los niños:

  • resultados neonatales adversos, incluido el aumento de las tasas de mortinatos y nacimientos prematuros;
  • problemas de neurodesarrollo, aprendizaje y comportamiento, causados sobre todo por el plomo liberado a través de las actividades no oficiales de reciclaje de este tipo de desechos; y
  • reducción de la función pulmonar y respiratoria y aumento de la incidencia del asma, que pueden estar relacionados con los altos niveles de contaminación del aire propios de muchos lugares de reciclaje de este tipo de desechos.

Los niños y las mujeres embarazadas están más expuestos que los adultos a los contaminantes liberados a través de las actividades de reciclaje no oficiales de desechos eléctricos y electrónicos, debido a que presentan características que los hacen más vulnerables. Por ejemplo, los niños pueden estar expuestos a distintos tipos de riesgo durante las labores de reciclaje. Una de ellas es el contacto con sustancias químicas tóxicas que pueden atravesar la placenta y contaminar la leche materna, como el mercurio. Además, son muy vulnerables a muchos de los contaminantes emitidos al reciclar estos desechos porque su organismo se está desarrollando rápidamente; por ejemplo, lo están haciendo sus sistemas respiratorio, inmunitario y nervioso central. Los desechos eléctricos y electrónicos contienen múltiples sustancias de las que se sabe que son neurotóxicas, entre ellas el plomo y el mercurio, que pueden alterar el desarrollo del sistema nervioso central durante el embarazo, la infancia, la niñez y la adolescencia, y otras sustancias de las que también se sospecha que producen tanto estos efectos nocivos como otros, entre ellos anomalías del desarrollo estructural y del funcionamiento de los pulmones. Las alteraciones de los sistemas en desarrollo de los niños provocadas por estos residuos pueden causar daños irreparables y afectarles para el resto de sus vidas.

Prevención y manejo

Es fundamental adoptar medidas nacionales e internacionales destinadas a proteger a las comunidades de las peligrosas actividades de reciclado de estos desechos, como las siguientes:

  • adoptar y aplicar acuerdos internacionales de alto nivel;
  • elaborar y aplicar legislaciones nacionales sobre gestión de desechos eléctricos y electrónicos que protejan la salud pública;
  • incorporar medidas de protección de la salud a las legislaciones nacionales;
  • vigilar los vertederos de este tipo de desechos y las comunidades circundantes;
  • ejecutar y supervisar intervenciones que mejoren las actividades extraoficiales de reciclaje de desechos eléctricos y electrónicos, proteger la salud pública y garantizar fuentes vitales de ingresos para la comunidad;
  • formar a los trabajadores de la salud en todos los niveles sobre los problemas de salud infantil relacionados con estos residuos; y
  • eliminar el trabajo infantil.

Acuerdos internacionales

El Convenio de Basilea controla el movimiento transfronterizo de los desechos peligrosos y su eliminación. Se trata de un acuerdo ambiental integral que tiene por objeto abordar las cuestiones relacionadas con los desechos peligrosos, incluidos los eléctricos y electrónicos y su manejo. En 2019 entró en vigor la Enmienda sobre la Prohibición del Convenio de Basilea, que prohíbe transportar desechos peligrosos, incluidos los eléctricos y electrónicos, desde los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), los países de la Unión Europea y Liechtenstein a otros Estados que formen parte del Convenio. También se organizan programas y talleres para formular y ofrecer orientaciones sobre la gestión ecológicamente racional de este tipo de desechos guiándose por este Convenio. Asimismo, este proporciona directrices a los Estados para distinguir entre los materiales que pueden considerarse desechos y los que no y para regir el movimiento transfronterizo de los desechos eléctricos y electrónicos. Además, también existen convenios regionales, como la Convención de Bamako y la Convención de Waigani. Ambos convenios regionales se establecieron tras el Convenio de Basilea con el fin de restringir aún más el movimiento de los desechos peligrosos, incluidos los eléctricos y electrónicos, en los países de África y el Pacífico Sur, respectivamente.

Respuesta de la OMS

La Iniciativa de la OMS sobre desechos eléctricos y electrónicos y salud infantil está contribuyendo al desarrollo de una serie de programas internacionales sobre este tipo de desechos y a proyectos piloto en países de América Latina y África. Estos proyectos piloto están estableciendo marcos para proteger la salud infantil de la exposición a los residuos eléctricos y electrónicos que pueden adaptarse y reproducirse en otros países y entornos. Los objetivos de la Iniciativa son:

  • aumentar el acceso a pruebas, conocimientos y concienciación sobre las repercusiones de los residuos eléctricos y electrónicos en la salud;
  • mejorar la capacidad del sector de la salud para gestionar y prevenir riesgos;
  • facilitar el seguimiento de la exposición a los residuos eléctricos y electrónicos y las intervenciones que protegen la salud pública.

En 2021, la OMS publicó su primer informe mundial sobre residuos eléctricos y electrónicos y salud infantil, en el que se pidió emprender acciones más eficaces y vinculantes para proteger a los niños de esta amenaza creciente. La OMS ha ideado herramientas de formación para el sector de la salud, como el módulo de formación para proveedores de atención de salud, recientemente actualizado, que incluye un conjunto de actividades específicas sobre el plomo y los desechos eléctricos y electrónicos y la salud infantil. Además, la OMS contribuye a la creación de herramientas de capacitación multiinstitucional, como un curso abierto en línea y otro curso conjunto con la OPS.

Referencias

  1. Combatiendo la informalidad en la gestión de residuos eléctricos y electrónicos: el potencial de las empresas cooperativas. Ginebra: Organización Internacional del Trabajo; 2014
  2. Forti V, Balde CP, Kuehr R, Bel G. The Global E-waste Monitor 2020: quantities, flows and the circular economy potential. Bonn, Geneva, Vienna: United Nations University, International Telecommunication Union, International Solid Waste Association; 2020 
  3. Widmer R, Oswald-Krapf H, Sinha-Khetriwal D, Schnellmann M, Böni H. Global perspectives on e-waste. Environ Impact Assess Rev. 2005;25(5):436-458. 
  4. Estadísticas sobre trabajo infantil. Ginebra: Organización Internacional del Trabajo; 2021