Adobe Stock/Chris Ison
Las tormentas de arena y polvo contaminan el aire de forma directa, incluso en zonas alejadas de la fuente.
© Imagen

Tormentas de arena y de polvo

23 de abril de 2025

Datos y cifras

  • Las tormentas de arena y de polvo contaminan la atmósfera de forma directa al aumentar la concentración de partículas en el aire. En algunas regiones, el polvo es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica por partículas.
  • Se calcula que las actividades humanas —a través de la deforestación, la degradación del suelo, la gestión no sostenible de la tierra, el cambio climático y la gestión deficiente de los recursos hídricos—generan el 25 % de las emisiones de polvo (1).
  • Unos 330 millones de personas están expuestas a diario a las partículas que transporta el viento, a veces a miles de kilómetros de su zona de procedencia (2).
  • El cambio climático favorece la desertificación, que, a su vez, puede aumentar la frecuencia y la propagación de las tormentas de arena y de polvo. Recientemente, en la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS y en otras zonas ha aumentado su frecuencia, su duración y su intensidad.

Información general

Las tormentas de arena y de polvo son fenómenos meteorológicos, habituales en las regiones áridas y semiáridas, que generan grandes cantidades de partículas de polvo mineral en suspensión.

Estos fenómenos pueden afectar a la salud de forma amplia y generalizada y dificultan el desarrollo económico, social y medioambiental sostenible. Suceden cuando las partículas de la tierra, de tamaño y composición diversos, se levantan en el aire y crean tormentas, sobre todo en las áreas áridas donde hay poca o ninguna vegetación, como los desiertos y las tierras agrícolas afectadas por sequías. No solo afectan a la salud humana y la calidad del aire, ya que también repercuten en la agricultura y la ganadería, el medio ambiente, la industria, el transporte y la calidad del agua.

Aunque hay numerosas pruebas científicas sobre la relación entre el polvo del desierto y las tormentas de arena y sobre sus efectos adversos a corto plazo en la salud, es preciso investigar más sus repercusiones. Por ejemplo, se necesitan un protocolo armonizado para evaluar la exposición, más estudios en las zonas emisoras de polvo y un análisis de sus efectos en la salud a largo plazo.

Consecuencias para la salud

Las tormentas de arena y de polvo contaminan la atmósfera de forma directa al aumentar la concentración de partículas en el aire. En algunas regiones, el polvo es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica por partículas. Estas tormentas afectan a muchas zonas del mundo, tanto cerca de los desiertos y de las fuentes de emisión de polvo como o a miles de kilómetros, donde empeoran la calidad del aire. Además de los problemas medioambientales que generan, sus efectos en la salud respiratoria y cardiovascular suscitan una preocupación creciente para la salud pública.

Cuando se habla de los efectos en la salud de estas tormentas, a menudo se denominan «polvo del desierto», pero no todo el polvo mineral que acarrea el aire procede de los desiertos. Por ejemplo, el suelo mineral que se levanta de los campos arados o baldíos, lo que puede ocurrir en zonas de clima templado o incluso húmedo, también entraña riesgos importantes para la salud.

Cómo evitar los efectos en la salud de las tormentas de arena y de polvo

El polvo en suspensión no respeta las fronteras geográficas y los países deben cooperar para hacerle frente. Puesto que se trata de un fenómeno mundial que afecta a zonas concretas, no resulta fácil para el sector de la salud conocer la exposición al polvo en suspensión y hay pocas pruebas de sus efectos en la salud a largo plazo. Además, el polvo puede viajar grandes distancias (incluso más de 1000 km) y la mayoría de los estudios sobre sus efectos se llevan a cabo en países de ingresos altos situados en regiones receptoras, mientras que se dispone de pocas pruebas correspondientes a las zonas de origen.

Por el momento, los gobiernos tratan de hacer frente a estos fenómenos basándose en el conocimiento de sus efectos en la salud a corto plazo, usando sistemas de alerta precoz (a pesar de que actualmente presentan limitaciones), informando lo antes posible a los grupos de población que pueden estar expuestos y efectuando visitas de emergencia.

Las tormentas de arena y de polvo son un importante problema que atraviesa fronteras. Aunque se encuentre cerca del suelo, el polvo mineral puede recorrer grandes distancias cuando se eleva kilómetros en la atmósfera. Esto ocurre, por ejemplo, con el polvo del Sáhara, que con frecuencia llega al Caribe, y con el que procede del interior del noroeste de Asia, que a menudo alcanza la península de Corea y el Japón.

De cara al futuro, los científicos de las disciplinas de la medicina y el medio ambiente deben colaborar estrechamente para estudiar mejor cómo evaluar la exposición a las partículas suspendidas, así como su tamaño y su composición química. Además, se deben colmar las lagunas en los conocimientos sobre las repercusiones del polvo del desierto en la salud a largo plazo y sobre la acción frente a él, e intensificar la colaboración entre el sector de la salud y los organismos públicos competentes para actuar de forma oportuna y eficaz desde la salud pública. En este ámbito, es preciso también estudiar en varios países, de forma colaborativa, las repercusiones a corto y largo plazo de estas tormentas en las personas y los efectos sinérgicos de la exposición al calor y a las partículas.

Desde 2023, el 12 de julio de cada año se celebra el Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo.

Respuesta de la OMS

Elaboración de orientaciones normativas para las instancias decisorias

La OMS publica importantes orientaciones normativas y recomendaciones para paliar los efectos en la salud de las tormentas de arena y de polvo. La Organización alerta de que la exposición al polvo mineral transportado por el viento puede perjudicar la salud de las personas y ofrece orientaciones basadas en la evidencia para proteger a la población. En las directrices sobre la calidad del aire que publicó en 2021 explica estos efectos y recomienda prácticas correctas para brindar orientación.

Síntesis de datos para fundamentar políticas

La OMS impulsa el estudio de las tormentas de arena y polvo, así como de su relación con la salud pública, mediante un grupo de investigación cuyos conocimientos se incorporan a las directrices sobre la calidad del aire y en otros informes técnicos.

Organización de grupos interdisciplinarios de expertos sobre el polvo del desierto y la salud

En 2021, la OMS creó el Grupo Consultivo Técnico sobre la Contaminación del Aire y la Salud a Nivel Mundial, que es el primer grupo de expertos de la Organización centrado en la contaminación atmosférica y la salud. Uno de sus subgrupos, que se ocupa del polvo del desierto y la salud, está sintetizando datos sobre las repercusiones a corto y largo plazo de este fenómeno para brindar orientaciones sobre la evaluación armonizada de la exposición y la vigilancia de sus efectos en la salud, conocer el grado de aplicación de las prácticas correctas formuladas en las directrices de la OMS y ofrecer recomendaciones normativas más precisas en el futuro.

Formación y capacitación para las instituciones

La OMS fomenta la creación de capacidad en el sector de la atención de salud para mejorar la salud de las personas y colabora con todos los sectores para ayudar a las ciudades, las regiones y los países a obtener información práctica de referencia que sea pertinente sobre las repercusiones sanitarias, económicas y climáticas en las zonas urbanas y rurales.

Fomento de la colaboración intersectorial e interinstitucional

La OMS colabora estrechamente con organizaciones internacionales —como la Organización Meteorológica Mundial, a través de su Sistema de Evaluación y Asesoramiento para Avisos de Tormentas de Arena y Polvo— y dirige el grupo de trabajo sobre salud de la Coalición de las Naciones Unidas para la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo a fin de integrar en los planes de acción las herramientas y la información relativas a los efectos en la salud y de responder de inmediato a las amenazas para la salud.

Esta coalición, que se creó en 2018, es un logro importante de la colaboración internacional con el que se reconoce la necesidad de mejorar la coordinación entre las entidades internacionales, multilaterales e intergubernamentales. Entre otros objetivos, se pretende promover y coordinar una respuesta colaborativa del sistema de las Naciones Unidas a las tormentas de arena y de polvo a escala local, regional y mundial y velar por que se adopten medidas unificadas y cohesionadas.

En este enlace se ofrece más información sobre la Coalición de las Naciones Unidas para la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo.

 

Referencias

  1. Organización Meteorológica Mundial. Sand and dust storms: https://wmo.int/topics/sand-and-dust-storms
  2. Organización Meteorológica Mundial. New sand and dust forecast website launched, 2022: https://wmo.int/media/news/new-sand-and-dust-forecast-website-launched