Participación de la comunidad para una recuperación equitativa inducida por la APS en Costa Rica

18 de mayo de 2022

Sinopsis

En Costa Rica, un proyecto coordinado por el Gobierno y la Oficina de la OPS/OMS en el país ha aplicado los conocimientos adquiridos en la pandemia de COVID-19 para fomentar una recuperación equitativa inducida por la atención primaria de salud (APS), centrada en las comunidades subatendidas. 

El proyecto contó con el apoyo de la financiación catalizadora del Plan de Acción Mundial a favor de una Vida Sana y Bienestar para Todos (PAM relativo al ODS3) de la OMS, junto con los fondos de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación destinados a mejorar la percepción general de la atención primaria de salud (APS) en Costa Rica, en paralelo con una financiación flexible más amplia. 

Partiendo del éxito alcanzado en la aplicación de los enfoques de participación comunitaria en un proyecto anterior de APS relacionada con la COVID-19, las comunidades identificaron tres ámbitos de acción a través de la APS: mejora de la salud mental, prevención de la violencia de género y la violencia contra los niños, y apoyo a las personas con enfermedades crónicas. 

El proyecto capacitó rápidamente a más de 250 líderes comunitarios que trabajaron estrechamente en planes de acción y programas de colaboración con las comunidades subatendidas, en particular en la esfera del empoderamiento de las mujeres y niñas indígenas. El ámbito del proyecto relativo a la violencia de género tuvo en cuenta el trabajo previo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y de los grupos interinstitucionales de las Naciones Unidas. 

Costa Rica

©OMS/OPS

 

Hacia una APS más equitativa, con perspectiva de género y dirigida por la comunidad 

«Estoy muy agradecido por esta oportunidad. Como grupo, aprendimos cosas sobre la salud que pondremos en práctica y ayudarán a otras personas,» manifestó un participante de Medio Queso, una comunidad remota y vulnerable del condado de Los Chiles (Costa Rica), al valorar su participación en un proyecto comunitario de APS apoyado por el PAM relativo al ODS3. Como en muchos países, la pandemia de COVID-19 puso a prueba el sistema de salud de Costa Rica, en que las inversiones se destinaron en primer lugar a los hospitales y la APS quedó mayormente fuera de las respuestas de primera línea. Las desigualdades en materia de salud que en gran medida afectan a las comunidades indígenas, migrantes y rurales también socavaron la capacidad de Costa Rica para hacer frente a la emergencia, incluidos los problemas de salud mental y la violencia ejercida desproporcionadamente contra las mujeres. El éxito de un proyecto sobre la COVID-19 (1) emprendido en 2020 demostró que muchos de los retos y los determinantes más amplios de la salud podrían abordarse mejor con una participación comunitaria más fuerte e integrada, en consonancia con un enfoque de la APS intersectorial, de toda la sociedad y centrado en las personas y la comunidad. (2)

Durante ese proyecto, las comunidades y las instituciones locales abordaron conjuntamente los problemas de salud prioritarios, no solo la COVID-19. Se llegó a un amplio número de personas a través de los medios sociales y sesiones comunitarias. Se seleccionaron repetidamente tres ámbitos: la mejora de la salud mental, la prevención de la violencia de género y la violencia contra los niños, y la mejora de la autogestión de las enfermedades crónicas no transmisibles. Por lo general, estos problemas afectan de manera desproporcionada a las comunidades subatendidas y con menores ingresos.

Los fondos catalizadores del PAM relativo al ODS3 de la OMS apoyaron una iniciativa para aprovechar el anterior proyecto sobre la COVID-19, utilizando la participación de la comunidad para lograr una transformación importante en estos tres ámbitos prioritarios mediante la ejecución conjunta de planes de acción con las comunidades. Se formó a los líderes comunitarios como «multiplicadores» para que compartieran herramientas específicas de cada ámbito prioritario con las comunidades. La formación de esos líderes se basó en gran medida en opciones virtuales, que en el mencionado proyecto sobre la COVID-19 habían demostrado ser útiles. Varios equipos de trabajadores de los servicios sociales municipales y de la APS apoyaron a los líderes comunitarios para garantizar una prestación de servicios sostenible y de calidad. Se fomentó la participación de los grupos de alto riesgo y subatendidos, como las mujeres indígenas y la comunidad de personas sordas, para mejorar la equidad, y se pusieron a disposición de esos grupos versiones adaptadas de los materiales de formación. 

En cuanto a la violencia de género, se formó a los líderes comunitarios para que compartieran herramientas que los ayudaran a reconocer el aumento de la violencia contra las mujeres y los niños a causa de la pandemia y a trabajar con las comunidades para formular estrategias de prevención de la violencia. Para llegar a un público más amplio, se organizaron campañas sobre prevención de la violencia de género y promoción de la salud mental en los medios de comunicación. El componente de salud mental del proyecto se adaptó a las mujeres jóvenes de las comunidades indígenas, en interrelación con el trabajo sobre la violencia de género. 

«Es importante proseguir los talleres de capacitación para desarrollar herramientas y empoderar a las mujeres que ya están dispuestas a mejorar sus condiciones y, por tanto, la sociedad,» señaló un participante de la comunidad. Tras las sesiones sobre la violencia de género, una adolescente del grupo indígena cabécar manifestó: «Aprendí que una mujer vale más de lo que se imagina, y que si se propone algo en la vida, puede lograrlo.» 

«Las redes de apoyo comunitario generadas en los procesos de sensibilización y formación sobre la violencia contra las mujeres han constituido un factor de protección para las mujeres expuestas a la violencia de género, tanto antes de la pandemi92a como durante esta. Estas actividades también contribuyen a abordar la salud mental de las mujeres, que se ve gravemente afectada por la violencia de género,» afirma Evelyn Durán Porras, oficial a cargo del UNFPA en Costa Rica.

Colaboración con los asociados para una participación eficaz de la comunidad 

Las asociaciones preexistentes facilitaron la ejecución de los fondos de forma rápida y eficaz. El proyecto desarrolló aún más estas relaciones, con amplias colaboraciones intersectoriales y multisectoriales que incluían al gobierno local, los organismos de desarrollo comunitario, las organizaciones de APS y las instituciones gubernamentales como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Desarrollo Humano, la Comisión Nacional de Emergencias y la Caja Costarricense de Seguro Social, que proporciona servicios de salud pública universales. 

El elemento del proyecto relativo a la violencia de género se abordó en el contexto de la colaboración previa con el UNFPA, organización signataria del PAM, y el grupo interinstitucional sobre género, que incluye al UNICEF, el UNFPA y el PNUD, todos ellos firmantes del PAM. 

«La violencia de género es uno de los mayores retos para el desarrollo humano. Si pretendemos reconstruir mejor y reorientar el camino hacia el cumplimiento de la Agenda 2030, debemos trabajar juntos para erradicar la exclusión de las mujeres y la violencia que se ejerce contra ellas en todas sus formas, para lo cual es fundamental la participación de la comunidad,» afirma José Vicente Troya-Rodríguez, Representante Residente del PNUD en Costa Rica.

En los tres ámbitos del proyecto, muchos resultados contribuyeron a reforzar la APS a través de la participación de la comunidad: capacitación y apoyo de un total de 255 líderes comunitarios en 17 condados, uso compartido de herramientas, ejecución conjunta de planes de acción comunitarios, creación de grupos de trabajo locales, fomento de la capacidad a través del trabajo colaborativo y asociaciones más estrechas entre las instituciones locales y nacionales y las comunidades. Las comunidades respondieron creando una gran variedad de productos propios. Una comunidad, por ejemplo, construyó con sus propios medios una pista polideportiva para apoyar y promover la salud mental y física.

Las enseñanzas extraídas de anteriores colaboraciones comunitarias contribuyeron al aprendizaje y mejora continuos, incluida la integración de la evaluación de las encuestas de seguimiento realizadas por las instituciones locales asociadas. Por ejemplo, para evitar que los trabajadores de la salud se vieran desbordados por el aumento de la carga de trabajo, el equipo adaptó tareas ya realizadas y aplicó soluciones virtuales para ayudar a aumentar la eficiencia y eficacia. 

Se prevé la futura formación de líderes comunitarios a nivel nacional siguiendo el modelo del proyecto y trabajando en colaboración con las redes locales de prestación de servicios de salud para lograr la sostenibilidad. La Caja Costarricense de Seguro Social, los gobiernos locales y la OPS/OMS Costa Rica están colaborando para incorporar los avances logrados a través de estos proyectos en las iniciativas institucionales para fortalecer la APS, lo que ilustra que este proyecto ha consolidado una mayor colaboración. En estrecha colaboración con el Coordinador Residente de las Naciones Unidas, la OPS/OMS también está buscando oportunidades para trabajar con los organismos de las Naciones Unidas que comparten mandatos complementarios, como el UNICEF y la OIM, para apoyar a los grupos vulnerables. 

Aprovechando la respuesta a la pandemia de Costa Rica como una oportunidad de aprendizaje, este proyecto fortaleció la participación de la comunidad en la APS, creando una visión común, confianza y alianzas. Costa Rica ha elaborado enfoques sólidos, probados, sostenibles y localmente adecuados para la APS centrada en las personas, con una colaboración incentivada entre las comunidades y los asociados locales y nacionales. Se impartió capacitación a personas y comunidades para que se hicieran cargo de sus propias necesidades físicas, mentales y sociales, y se contribuyó así a una recuperación equitativa, impulsada por toda la sociedad y la APS, de la pandemia de COVID-19. 

Participación comunitaria y progreso hacia el logro de los ODS

Este proyecto contribuye al progreso de Costa Rica respecto de una serie de indicadores del ODS3 y se asocia con los esfuerzos más amplios de recuperación de la pandemia en materia socioeconómica y de salud a través del fortalecimiento de la APS, incluida la Iniciativa Especial de la OMS para la Acción sobre los Determinantes Sociales de la Salud para Promover la Equidad, financiada por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. El Fondo Fiduciario Multipartito de las Naciones Unidas para la Respuesta a la COVID-19 y la Recuperación apoyó un proyecto centrado en las mujeres, los migrantes y los solicitantes de asilo, que incluye un mecanismo de vigilancia de la COVID-19 basado en la comunidad para prevenir la violencia de género y la discriminación (3).  La OPS/OMS Costa Rica apoya el fortalecimiento de la APS dentro de las Redes Integradas de Prestación de Servicios de Salud y otras asociaciones, y contribuye al logro de las metas 3.4, 3.5, 3.7, 3.8 y 3d del ODS3 a través de los fondos de emergencia flexibles para la COVID-19.    

¿Qué es el PAM relativo al ODS3?

El Plan de Acción Mundial a favor de una Vida Sana y Bienestar para Todos (PAM relativo al ODS3) es un conjunto de compromisos asumidos por 13 organismos que desempeñan un papel importante en las respuestas de salud, desarrollo y humanitarias para ayudar a los países a acelerar el progreso hacia el logro de las metas de los ODS relacionadas con la salud.  

El valor añadido del PAM relativo al ODS3 radica en el fortalecimiento de la colaboración entre los organismos para emprender acciones conjuntas y proporcionar un apoyo más coordinado en consonancia con los planes y estrategias nacionales emprendidos y dirigidos por el país. La «estrategia de recuperación - en inglés» (octubre de 2021) constituye una actualización estratégica del PAM relativo al ODS3 en el contexto de lograr una recuperación equitativa y resiliente frente a la pandemia de COVID-19 con respecto a las metas de los ODS relacionadas con la salud. 

El propósito de los estudios de caso del PAM es hacer el seguimiento de la aplicación del PAM relativo a la ODS3 a nivel nacional. 



  1. OPS e IMAS impulsan plan piloto de participación comunitaria ante la pandemia
  2. Atención Primaria de Salud - en inglés
  3. https://mptf.undp.org/document/download/27676 (en inglés )