El país más pequeño en términos de masa terrestre en Centro América, con un área de 21,041 km2 y 6.6 millones de población actual, también convierten a El Salvador el país más densamente poblado en las Américas después de Puerto Rico y, de hecho, uno de los estados más densamente poblados del mundo. También existe una importante comunidad de la diáspora, con otros 1.5 millones de salvadoreños que viven en el extranjero: las remesas entrantes representan el 17% del PIB del país. Las condiciones climáticas adversas recurrentes (sequías y tormentas tropicales) y los peligros naturales (terremotos y erupciones volcánicas) hacen que El Salvador sea altamente vulnerable al impacto del cambio climático y complican los esfuerzos para impulsar la producción agrícola y la seguridad alimentaria. Por lo tanto, la pobreza es un Sistema multidimensional persistente, con una mejora moderada registrada en la década entre el 2007 y 2017 cuando la tasa (definida como vivir con menos de US$5.50 por persona, por día), cayó del 39 al 29 por ciento. Como en otros lugares, la pandemia ya está teniendo un impacto negativo, solo ocho meses han pasado después de la elección de las nuevas autoridades gubernamentales, la economía se contrate por efecto de la disminución de la actividad económica, la disminución de la demanda agregada en los mercados internacionales y una reducción de las remesas enviadas a los hogares, principalmente de los Estados Unidos. A pesar de esta desaceleración, el Banco Mundial pronostica una tasa de crecimiento económico del 4.9 por ciento en el 2021.
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