Encontrar un camino hacia la justicia lingüística en la salud y los derechos sexuales y reproductivos

Cuando se cuestionan palabras en torno al sexo, la reproducción, el género y los derechos, es fundamental invertir en soluciones lingüísticas inclusivas, accesibles y basadas en pruebas.

16 de mayo de 2025

El inglés domina el espacio mundial de la salud pública. Esto es una debilidad que no suele tenerse en cuenta al intentar alcanzar la meta de una salud para todos, en todas partes. La justicia lingüística es una solución para acabar con este monopolio e incluir a más hablantes de otros idiomas.

Poner el foco en la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la traducción e interpretación es el objetivo de una nueva iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP) de las Naciones Unidas. 

La comunicación rara vez es un proceso sencillo. Esto es cierto incluso cuando las personas hablan y escriben en el mismo idioma, así que imagínense cuando hay que intercambiar información de salud, clara y precisa, a escala mundial. 

«Si no se piensa en otros idiomas al principio del proceso, se acabará con un producto anglófono, incluso cuando las palabras estén en otro idioma», comenta Pascal Brice, Jefe de Servicios Lingüísticos de la OMS. «Puede que el resultado no diga nada al público destinatario. Si al principio no se piensa en las personas de habla no inglesa, el proceso no servirá de nada».

Un espacio de trabajo con dos profesionales del Servicio de Interpretación sentados frente a una mesa, trabajando con varios monitores, micrófonos y documentos.

Cabina de interpretación en la Organización Mundial de la Salud © OMS / Violaine Martin

Traducir e interpretar correctamente

En el marco de la iniciativa lingüística sobre salud y derechos sexuales y reproductivos se ha solicitado a investigadores, científicos, profesionales lingüísticos (traductores, intérpretes y terminólogos) y plataformas de la sociedad civil que den a conocer sus experiencias de trabajo en este ámbito en diferentes idiomas.

Incluso palabras aparentemente simples pueden tener significados complejos. Solo hay que preguntárselo a los investigadores de la Alianza HRP para el Fortalecimiento de la Capacidad de Investigación, que tradujeron un cuestionario en inglés sobre salud y práctica sexual (SHAPE) a 19 idiomas antes de ponerlo a prueba.

Una lección fundamental es que el contexto permite la comprensión, y que una comunicación eficaz en la investigación va mucho más allá de la mera traducción de palabras de un idioma a otro.

«Hubo algunas palabras que no pudimos traducir. Por ejemplo, tuvimos que explicar el término "espermicida"», comenta Peterrock Muriuki, responsable de programas del African Population and Health Research Center, que trabajó en la traducción al suajili. «Algunas palabras, cuando se pronuncian en suajili, son palabras tabú, por lo que intentamos utilizar palabras neutras o no explícitas. De todos modos, mediante explicaciones pudimos dar significado a las palabras».

Estos y otros debates condujeron a la revisión y actualización de los registros sobre salud y derechos sexuales y reproductivos en UNTERM, la base de datos terminológica multilingüe de las Naciones Unidas. De este modo, se está facilitando la claridad y la coherencia en los debates de las Naciones Unidas, y evitando palabras y frases que refuerzan la estigmatización, por ejemplo, en temas como el aborto. El siguiente paso será ampliar los glosarios multilingües para ayudar a los intérpretes en su trabajo, y traducir todo el contenido de la OMS y el HRP sobre salud sexual y reproductiva a los seis idiomas de las Naciones Unidas. 

Si el idioma se somete a escrutinio, el multilingüismo se convierte en un activo

Tener cuidado con cómo puede utilizarse y manipularse el lenguaje como táctica política es ahora más importante que nunca, ya que los debates ideológicos en torno al género, la diversidad y la información errónea se intensifican y las elecciones lingüísticas se ven influenciadas por la polarización política.

El crecimiento de la inteligencia artificial y de los grandes modelos lingüísticos para la traducción trae consigo enormes oportunidades, pero también riesgos de precisión y coherencia que pueden poner en peligro la confianza de las personas en las pruebas científicas y en sus derechos.

La diversidad es un activo, y la justicia lingüística una solución poderosa para mantener nuestro compromiso común con la salud y los derechos sexuales y reproductivos en todo el mundo.
Pascale Allotey  / Directora de HRP y SRH de la OMS

A pesar de que la salud sexual y reproductiva es un componente fundamental de la cobertura sanitaria universal, suelen dejarse fuera de los conjuntos de prestaciones de salud elementos fundamentales de ella. Para aumentar el acceso a esta atención de salud, todo el mundo necesita información y servicios basados en datos empíricos que respondan a las necesidades y contextos de cada lugar. 

«¿Cuándo fue la última vez que pensaste en las palabras que utilizas? El lenguaje puede convertirse en un hábito que refuerza inconscientemente puntos ciegos o, lo que es peor, en una herramienta de exclusión», dijo la Dra. Pascale Allotey, Directora del HRP de las Naciones Unidas y del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS. «La diversidad es un activo, y la justicia lingüística una solución poderosa para mantener nuestro compromiso común con la salud y los derechos sexuales y reproductivos en todo el mundo».

 


El trabajo y el impacto aquí descritos han sido financiados por el Gobierno del Canadá a través del Programa Especial PNUD/UNFPA/UNICEF/OMS/Banco Mundial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP), un programa copatrocinado que ejecuta la Organización Mundial de la Salud (OMS).