La mayoría de la gente no piensa acerca de lo que ocurre con sus excrementos después de usar el inodoro o la letrina. Sin embargo, para los pescadores y los agricultores de Calcuta (India), estos materiales son fertilizantes naturales para sus cultivos, alimentos para los peces y fuente de ingresos para sus familias.
Durante más de un siglo, el alcantarillado subterráneo de Calcuta ha vertido aguas residuales no tratadas a más de 250 estanques repartidos en 12 000 hectáreas de tierra en la región pantanosa situada al este de Calcuta.
Gracias a la acción de la luz solar y el oxígeno, las aguas residuales humanas se transforman en plancton que es consumido por los peces que se crían y se venden en el mercado local. Además, el agua de los estanques se canaliza hacia las acequias de riego con que se riegan los cultivos de hortalizas como zanahorias, rábanos y cebollas.
El sistema de reutilización de aguas residuales de Calcuta es el más grande del mundo y permite reciclar cerca del 90% de los residuos urbanos en la acuicultura y la agricultura. Estos peces y cultivos proporcionan ingresos a más de 20 000 familias que trabajan en estos sectores.
La Sra. Payden, ingeniera de la Oficina Regional para Asia Sudoriental de la OMS especializada en saneamiento, explica que «mediante la reutilización de aguas residuales, los agricultores y pescadores de Calcuta no solo ayudan a reducir la contaminación del agua y del suelo, sino que también proporcionan alimentos a los calcutenses. Sin embargo, estas prácticas implican riesgos para la salud, como diarreas y helmintiasis, tanto para las comunidades que viven en lugares situados aguas abajo de los puntos de vertido como para los propios agricultores».
Por ello, la Sra. Payden señala que debemos asegurarnos de que las aguas residuales se tratan y reutilizan sin riesgos.
Con la disminución de las reservas de agua dulce, la reutilización de aguas residuales es todavía más importante
En todo el mundo, la escasez de recursos hídricos, el desarrollo de los centros urbanos y el aumento de la demanda de alimentos hacen de la reutilización de aguas residuales una opción cada vez más interesante y viable. Se estima que más del 10% de la población mundial consume actualmente alimentos producidos con aguas residuales y que el 40% vive en zonas donde hay escasez de agua.
Sin embargo, la mayoría de los países en desarrollo disponen de pocos sistemas de tratamiento de aguas residuales, un problema que acarrea riesgos para la salud humana: enfermedades diarreicas, cólera, fiebre tifoidea y helmintos parásitos. Las aguas residuales no tratadas o mal gestionadas también facilitan la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos cuando se utilizan para el baño, como agua potable o para cultivar productos alimenticios.
El Dr. Henk Bekedam, representante de la OMS en la India, señala: «Casi la mitad de la población de los países en desarrollo sufre enfermedades o problemas de salud directamente relacionados con agua contaminada, la falta de saneamiento o la mala gestión de los recursos hídricos».
En 2014, la OMS estimó que solucionar la falta de saneamiento mediante instalaciones mejoradas reduce en un 16% la incidencia de las enfermedades diarreicas; sin embargo, cuando las excretas se eliminan adecuadamente en los hogares, se tratan y se eliminan sin riesgos, se obtiene una disminución adicional del 63% en esta incidencia.
El saneamiento y la gestión de las aguas residuales están incluidos en los objetivos de desarrollo sostenible
Para ayudar a los países a tratar, gestionar y reutilizar las aguas residuales sin riesgos, la OMS elaboró en 2016 una herramienta de gestión de riesgos denominada «Planificación de la seguridad del saneamiento» (Sanitation safety planning, SSP), que ayuda a las autoridades pertinentes a aplicar las Directrices de la OMS para el uso seguro de aguas residuales, excretas y aguas grises en la agricultura y la acuicultura y a identificar y gestionar los riesgos para la salud a lo largo de la cadena de saneamiento.
Este método utiliza múltiples barreras que permiten reducir el riesgo con medidas sencillas incluso cuando no se pueden aplicar tratamientos costosos a corto plazo.
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Planificación de la seguridad del saneamiento
Publicación de la OMS
El año pasado, la OMS impartió formación sobre el SSP a 34 participantes de seis países de la Región de Asia Sudoriental para que actuaran como abanderados en sus respectivas regiones con el fin de ayudar a los países a gestionar mejor sus sistemas de saneamiento seguro. Para aprender a detectar los riesgos, los participantes visitaron la región pantanosa situada al este de Calcuta y entrevistaron a los agricultores locales.
La OMS está evaluando los riesgos en esta región mediante las directrices mencionadas y el SSP para ayudar a la ciudad a comprender cómo mejorar el sistema y reducir los riesgos sanitarios para los pescadores y agricultores y para los consumidores de pescados y hortalizas.
Aunque los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) permitieron mejorar el acceso al agua y el saneamiento, no garantizaron el drenaje, tratamiento y eliminación correctos de las excretas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se centran no solo en mejorar el acceso al agua y el saneamiento, sino en la gestión sin riesgos y en el aumento del tratamiento y del uso seguro de las aguas residuales. A través del SSP, la OMS trabaja con los países para garantizar la recogida, el transporte, el tratamiento y la reutilización o eliminación segura de las excretas a lo largo de la cadena de saneamiento.
El Dr. Bekedam concluye que «al garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, no solo mejoran los resultados sanitarios, sino que también se contribuye a luchar contra el cambio climático y la pobreza».