Tras decenios de experiencia positiva en el ámbito de la previsión y la adquisición de vacunas y de los suministros relacionados por parte de su Fondo Rotatorio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha alineado con la OMS y sus aliados con el objetivo de implantar el Mecanismo COVAX en las Américas. La pandemia de COVID-19 plantea un reto sin precedentes y COVAX ha sido el mejor modo de que los Estados Miembros de la OPS tengan acceso a vacunas eficaces y seguras de forma equitativa. Las primeras dosis de COVAX comenzaron a llegar a la América Latina durante la primera semana de marzo de 2021, apenas dos meses después de que los países de ingresos altos comenzasen a recibir y administrar la primera vacuna contra la COVID-19.
Ningún país ha escapado a la COVID-19 y el inicio del despliegue de las vacunas ha presenciado la organización de campañas de vacunación masiva en todo el mundo. Pero esto no es nada nuevo en la región de las Américas.
Desde hace cuatro decenios la región de las Américas está a la cabeza mundial en la vacunación sistemática, la introducción de vacunas y la puesta en práctica de campañas de vacunación masiva contra las enfermedades infecciosas. El Fondo Rotatorio de la OPS – guiado por sus principios de solidaridad y panamericanismo, equidad, calidad y transparencia– ha trabajado con los Estados Miembros para garantizar el acceso a las vacunas con el fin de que alcancen sus objetivos de inmunización, ayudando a los países americanos a proteger a su población frente a algunas de las enfermedades más temibles del mundo, como la polio, la viruela o el sarampión.
El Fondo Rotatorio ha sido clave para conocer, recopilar y prever la demanda de vacunas. Las relaciones entabladas a través del Fondo y de las oficinas nacionales de la OPS han contribuido a que los programas nacionales de vacunación sean hoy parte integral de los sistemas de salud de las Américas, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones.
Las Américas es una región pionera en la introducción de nuevas vacunas, como las indicadas contra el VPH y los rotavirus. El compromiso político de los Estados Miembros de la OPS en apoyo de la vacunación ha sido fundamental para garantizar su éxito, al igual que la dedicación incansable de los trabajadores de salud, que hacen todo lo posible para que nadie, en ningún confín de la región, se quede sin recibir la atención de los servicios de vacunación.
Las Américas fue la primera región del planeta en eliminar la rubéola, el síndrome rubeólico congénito y el sarampión, en erradicar la viruela y en ser declarada libre de poliomielitis.
Escolares marchan por las calles de México el 15 de marzo de 1986, Día Nacional de Vacunación, portando pancartas a favor de la inmunización contra la poliomielitis.© WHO / Liba Taylor
Entre 1987 y 2010, los esfuerzos por erradicar el sarampión llevaron a la implantación de 157 campañas nacionales de vacunación en las que se ha vacunado a 440 millones de personas de todas las edades. Los países de la América Latina y el Caribe vacunan ahora cada año a 100 millones de adultos y niños contra la gripe estacional. La región cuenta con una vasta experiencia en la vacunación de la población adulta y en la priorización de los colectivos de riesgo de cara a la vacunación contra la COVID-19, como son las personas mayores, los trabajadores de la salud o los enfermos crónicos.
La COVID-19 ha golpeado con más dureza las Américas que ninguna otra región –en especial la América Latina y el Caribe–, con más de 1,8 millones de fallecidos y más de 69,7 millones de casos a junio de 2021. La OPS ha actuado como primer recurso para los Estados Miembros en todas las cuestiones vinculadas con las vacunas, con independencia de si se han unido o no al Mecanismo COVAX a través del Fondo Rotatorio.
Son muchos los pasos que hay que completar antes de poder iniciar la administración de las vacunas en cualquier país. La OPS ha cooperado con los Estados Miembros en cada paso del proceso para dar transparencia y eficiencia, posibilitar el acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19 y prestar apoyo a los países en sus medidas de preparación. De ese modo los países están preparados para recibir las vacunas y comenzar sin demora la distribución equitativa en cuanto están disponibles.
La OPS está cooperando de diversas formas con los Estados Miembros en la adquisición de las vacunas contra la COVID-19:
- Ayudándolos a conocer y a prepararse para cumplir los requisitos de COVAX, de carácter financiero, legal, programático o reglamentario, entre otros.
- Poniéndolos al corriente de la dinámica del mercado y de las proyecciones financieras para estimar la inversión necesaria en vacunas.
- Haciendo previsiones y asegurando los suministros relacionados con la administración de las vacunas, como las jeringas y los recipientes de desecho.
- Procurando que los programas de vacunación sistemática tengan solución de continuidad.
- En los casos en que se precisan préstamos transitorios para acceder a tiempo a las vacunas contra la COVID-19, el Fondo Rotatorio está trabajando con los países para ampliar los créditos financieros.
- Canalizando los pagos a Gavi, la Alianza para la vacunación global, en los países con restricciones administrativas.
- Presentando licitaciones internacionales y ofertas conjuntas con UNICEF y creando acuerdos a largo plazo con los suministradores para emitir las estimaciones de costos y las órdenes y solicitudes de compra en tiempo récord.
- Coordinando y supervisando la logística internacional en 36 países de la región de las Américas.
Como parte de los preparativos para el despliegue de las vacunas contra la COVID-19, la OPS revisó los planes nacionales de distribución y vacunación, ofreció comentarios y sugerencias y prestó asistencia técnica en numerosos ámbitos, como son: la planificación y la coordinación, la cadena de frío, el cálculo de costos y la financiación, la identificación de las poblaciones destinatarias, la generación de demanda y la comunicación de riesgos, las estrategias de distribución y la vigilancia de la seguridad de las vacunas. Este apoyo no ha cesado desde que los países comenzaron a recibir los primeros envíos de vacunas e iniciaron el despliegue.
Se calcula que para frenar la propagación del coronavirus en las Américas será preciso vacunar casi a mil millones de personas. Mientras el despliegue de COVAX sigue su curso y cada vez son más los países de la región que reciben cargamentos de dosis, la OPS trabaja conjuntamente con las autoridades locales de salud para que toda aquella persona que quiera y pueda ser vacunada reciba las dosis necesarias.
Desde hace más de cuatro decenios las Américas están a la cabeza mundial en la vacunación sistemática y en las campañas de vacunación masiva contra las enfermedades infecciosas. A través de la OPS y del Mecanismo COVAX, la región proseguirá los esfuerzos por desplegar las vacunas contra la COVID-19. Porque nadie estará seguro hasta que todo el mundo lo esté.