- A nivel mundial, seguimos viendo signos alentadores en la trayectoria de la pandemia. El número de nuevos casos de COVID-19 notificados a la OMS ha disminuido durante las seis últimas semanas, y las muertes han disminuido durante las últimas cinco semanas. Sin embargo, seguimos viendo un panorama desigual a nivel mundial.
- Cada vez más observamos que la pandemia sigue dos vías: muchos países todavía se enfrentan a una situación extremadamente peligrosa, mientras que algunos de los que tienen las tasas de vacunación más altas están empezando a hablar de poner fin a las restricciones.
- Este fin de semana, los líderes de los países del G7 se reunirán en su cumbre anual. Hago un llamamiento a los países del G7 para que se comprometan no solo a compartir las dosis, sino a que lo hagan en junio y julio. El mayor obstáculo para acabar con la pandemia sigue siendo la compartición de dosis, de recursos y de tecnología.
- Esta semana se cumplen 40 años desde que los científicos documentaron los primeros casos de sida. Cuatro decenios después, la infección por VIH puede tratarse, pero aún no hay vacuna ni cura. Apenas 18 meses después de la aparición de la COVID-19, disponemos de muchas herramientas eficaces para prevenir, detectar y tratar esta enfermedad.
Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
A nivel mundial, seguimos viendo signos alentadores en la trayectoria de la pandemia.
El número de nuevos casos de COVID-19 notificados a la OMS ha disminuido durante las seis últimas semanas, y las muertes han disminuido durante las últimas cinco semanas.
Sin embargo, seguimos viendo un panorama desigual a nivel mundial.
El número de muertes notificadas la semana pasada aumentó en tres de las seis regiones de la OMS: África, las Américas y el Pacífico Occidental.
Cada vez más observamos que la pandemia sigue dos vías: muchos países todavía se enfrentan a una situación extremadamente peligrosa, mientras que algunos de los que tienen las tasas de vacunación más altas están empezando a hablar de poner fin a las restricciones.
En los países con mayor acceso a las vacunas, estamos viendo un descenso de la mortalidad entre los grupos de mayor edad.
En estos países, las medidas sociales y de salud pública que han contribuido a proteger a la población se están relajando, pero deben ser relajadas con cautela y ajustadas en función de la circulación del virus y la capacidad de respuesta.
Con el aumento de la transmisión mundial de las variantes preocupantes, incluida la variante Δ, levantar las restricciones demasiado rápido podría ser desastroso para quienes no están vacunados.
Sin embargo, muchos países no tienen esa opción porque no tienen suficientes vacunas. En estos países, el uso continuado de medidas de salud pública adaptadas es la mejor manera de suprimir la transmisión.
La distribución desigual de las vacunas ha permitido que el virus siga propagándose, lo que aumenta las posibilidades de que surja una variante que haga que las vacunas sean menos eficaces.
Seis meses después de la administración de las primeras vacunas, los países de ingresos altos han administrado casi el 44% de las dosis del mundo. Los países de ingresos bajos solo han administrado el 0,4%.
Lo más frustrante de esta estadística es que no ha cambiado en meses.
La desigualdad en la vacunación es una amenaza para todas las naciones, no solo para las que tienen menos vacunas.
Varios países se han comprometido de forma significativa a compartir las dosis. Estamos agradecidos a esos países y esperamos que esas promesas se cumplan en junio y julio.
En la Asamblea Mundial de la Salud pedí un esfuerzo mundial masivo para vacunar al menos al 10% de la población de todos los países para septiembre, y al menos al 30% para finales de año.
Con el fin de alcanzar estas metas, necesitamos 250 millones de dosis adicionales para septiembre, y 100 millones de dosis solo en junio y julio.
Este fin de semana, los líderes de los países del G7 se reunirán en su cumbre anual.
Estas siete naciones tienen el poder de cumplir estas metas. Hago un llamamiento a los países del G7 para que se comprometan no solo a compartir las dosis, sino a que lo hagan en junio y julio.
También hago un llamamiento a todos los fabricantes para que den a COVAX la preferencia sobre los nuevos volúmenes de vacunas o para que comprometan el 50% de sus volúmenes a COVAX este año.
COVAX es la mejor manera de distribuir las vacunas de forma rápida y equitativa.
Compartir las vacunas ahora es esencial para acabar con la fase aguda de la pandemia.
No obstante, también está claro que, en caso de emergencia, los países de ingresos bajos no pueden depender únicamente de las importaciones de vacunas de las naciones más ricas.
Invertir en la producción local es fundamental, tanto en lo que respecta a las vacunas contra la COVID-19 como en lo que respecta a la producción de vacunas rutinarias y otros productos sanitarios.
Hace dos meses, la Unión Africana puso en marcha la Alianza para la Fabricación de Vacunas en África, y varios países están haciendo progresos a este respecto.
Espero que a finales de este año se hayan identificado algunos centros de fabricación que, al menos, estén cerca de producir vacunas.
El impulso a la fabricación no se produce de la noche a la mañana, pero cuanto antes invirtamos, antes podrá empezar la producción.
En la Asamblea Mundial de la Salud, los Estados Miembros adoptaron una resolución en la que se pide a la OMS que siga apoyando a los países para que aumenten la producción local.
La OMS apoyará a los países para ayudarles a identificar los cuellos de botella, ofrecer soluciones y desarrollar planes de aceleración de la producción.
Hace dos meses, la OMS también publicó una convocatoria de manifestaciones de interés para establecer un centro de transferencia de tecnología de ARN mensajero, con el fin de facilitar una mayor producción mundial de vacunas de ARN mensajero.
Hemos recibido manifestaciones de interés de varias empresas interesadas en transferir su tecnología y de varios países que desean recibir la tecnología y establecer plantas de producción.
Estamos llevando a cabo un examen técnico y pronto entablaremos conversaciones con los Estados Miembros y los asociados para iniciar la aplicación.
Seguimos haciendo un llamamiento a las empresas que disponen de tecnología de ARN mensajero para que la compartan a través del Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID-19: el resultado puede ser beneficioso tanto para el propietario de los conocimientos técnicos como para la salud pública.
El mayor obstáculo para acabar con la pandemia sigue siendo la compartición de dosis, de recursos y de tecnología.
Esta semana se cumplen 40 años desde que los científicos documentaron los primeros casos de sida.
Cuatro decenios después, la infección por VIH puede tratarse, pero aún no hay vacuna ni cura.
Apenas 18 meses después de la aparición de la COVID-19, disponemos de muchas herramientas eficaces para prevenir, detectar y tratar esta enfermedad.
En cuanto al VIH, la verdadera prueba no es desarrollar las herramientas, sino utilizarlas donde más se necesitan.
Tarik, le devuelvo la palabra.