Paquete del Equipo Europa contra la COVID-19

Ministros de Fomento de la UE

8 de junio de 2020

Excelencias:

Quisiera darles las gracias, y especialmente a la Presidencia de Croacia y al Alto Representante, Josep Borrell, por la oportunidad de hablar con ustedes hoy.  

Permítanme empezar con una breve actualización.

Hasta esta mañana, se han notificado a la OMS casi 7 millones de casos de COVID-19, con casi 400 000 víctimas mortales.

Si bien los casos siguen descendiendo en Europa —buenas noticias— en el ámbito mundial constatamos varias tendencias preocupantes.

En 9 de los 10 últimos días se han notificado a la OMS más de 100 000 casos de COVID-19. Ayer se notificaron más de 136 000 casos, el número más elevado en un solo día hasta la fecha.

El número de casos va en aumento en América Central y Sudamérica, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y África. 

Muchos países necesitan apoyo para atender sus necesidades inmediatas, mitigar los efectos de la pandemia y ayudar en su recuperación.

Como saben, esta pandemia está afectando a vidas y medios de subsistencia y debemos abordar ambos problemas.

Todavía tenemos un largo camino por delante, amigos.

Hace ahora más de cuatro meses que declaré que la COVID-19 constituía una emergencia sanitaria mundial. Desde aquel momento, el 30 de enero, cuando declaramos el más alto nivel de emergencia, la pandemia ha trastornado sistemas de salud, sociedades y economías en Europa y en todo el mundo. 

Al igual que la COVID-19 ha afectado a casi todos los sectores de nuestras sociedades, también nosotros debemos responder con un enfoque pansocial y pangubernamental, como están haciendo muchos gobiernos en Europa.

El desarrollo es por definición un ámbito multidisciplinar, y la salud una de sus piedras angulares, pero la COVID-19 nos ha recordado que la salud no existe en el vacío. 

Quisiera manifestar mi agradecimiento a la Unión Europea y a sus Estados miembros por su liderazgo en la prestación de apoyo a la OMS en la lucha contra la COVID-19, y especialmente por las medidas tempranas adoptadas en apoyo de países vulnerables.  Muchísimas gracias.

Ello ha permitido hacer llegar suministros cruciales, asesoramiento técnico, formación y capacidad de refuerzo rápido a países con sistemas de salud más frágiles, en particular Estados Miembros en Europa Oriental y en África, el Caribe y el Pacífico.

Por supuesto, la Unión Europea y sus Estados miembros son socios desde antiguo de la OMS, con un apoyo que representa el 25% del presupuesto de la OMS.

Acogemos con agrado la propuesta recientemente presentada por la Comisión de movilizar fondos adicionales en 2020 para apoyar la respuesta mundial y el proyecto de presupuesto para 2021‑2027. Muchas gracias de nuevo.

Ello pone de manifiesto el compromiso de la UE con sus socios mundiales a través del fortalecimiento de la ayuda humanitaria y para el desarrollo, a través de un multilateralismo reforzado.

Nuestro sincero agradecimiento también a los dirigentes de la UE por su apoyo a una resolución de consenso sobre la COVID-19 durante la Asamblea Mundial de la Salud del pasado mes. Han conseguido ustedes que el mundo entero se una, lo cual ha sido muy-muy importante para la respuesta a la pandemia.

Estamos en proceso de aplicar la resolución y hacer el seguimiento de los 10 puntos de actuación. Espero ir ofreciéndoles información actualizada periódicamente.

Uno de los elementos cruciales de la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud es el fortalecimiento de la capacidad de desarrollo, fabricación y distribución con el fin de garantizar el acceso equitativo a vacunas y medicamentos contra la COVID-19.

Por ello estamos especialmente agradecidos a la Presidenta von der Leyen y a la Comisión Europea, que han sido asociados extraordinarios en la puesta en marcha de la promoción de la labor relativa al Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID‑19.

Trabajamos muy estrechamente con la oficina de la Presidenta von der Leyen en la transición hacia el pleno empoderamiento del centro dedicado al Acelerador, albergado en la OMS, para ayudar a coordinar y apoyar su avance, y espero contar con la alianza y liderazgo continuados de la Comisión Europea hacia nuestro objetivo común del acceso equitativo. Y gracias también por la enorme cantidad de recursos que han movilizado en una sola promesa de donación de fondos. Me refiero a los US$ 8000 millones para el Acelerador ACT.

Todo ello, junto con el Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19, son primeros pasos cruciales para garantizar la protección de los grupos de población más vulnerables.

Quisiera aprovechar la oportunidad de expresar nuestro agradecimiento al Presidente Juncker, el presidente anterior, con quien teníamos una estrecha relación de trabajo.  

Los efectos de la pandemia de COVID-19 van más allá de la propia enfermedad, puesto que están desmantelando muchos de los logros conseguidos contra algunas de las enfermedades más devastadoras del mundo. 

Las campaña de vacunación contra la poliomielitis, el cólera, el sarampión, la meningitis y el VPH han quedado interrumpidas, lo que pone en peligro la vida de cientos de millones de personas.

A ello se suma que 80 millones de niños corren el riesgo de no recibir las vacunas programadas contra la tuberculosis, la neumonía y la diarrea.

Existe un peligro real de que tras la pandemia de COVID-19 se desencadene una hambruna. El Programa Mundial de Alimentos estima que el número de personas en los países de ingresos bajos y medianos que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda casi se duplicará hasta llegar a 265 millones de personas a finales de 2020.

La prevalencia de la emaciación en los países de ingresos bajos y medianos podría incrementarse en un 20%, un porcentaje estremecedor.

En todos los países deben mantenerse los servicios de nutrición esenciales, en particular el tratamiento de la malnutrición aguda, los suplementos de vitamina A para los niños y los de micronutrientes para las mujeres embarazadas y las lactantes. 

Para avanzar, es crucial aprender las lecciones de la pandemia de COVID‑19, que nos recuerda una vez más que somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil.

La pandemia ha puesto de relieve nuevamente el vínculo crucial entre la seguridad sanitaria mundial y los sistemas de salud nacionales y comunitarios, y especialmente entre las cadenas de suministro equitativas y nuestra fuerza de trabajo.

Como ha demostrado esta pandemia contundentemente, tratar de economizar desatendiendo los sistemas cruciales de salud, medioambientales y de redes de seguridad social es un falso ahorro. 

Ahora pagamos la factura con creces.

La preparación y los sistemas sólidos de salud no son gastos, son una inversión.

Una vez más quisiera dar las gracias a la UE por su alianza todoterreno, y con el fin de avanzar y con mi esperanza puesta en ello, tengo tres peticiones:

En primer lugar, necesitamos invertir aún más en el fortalecimiento de los sistemas de salud y la mejora de la resiliencia, especialmente en los países y comunidades con sistemas de salud más frágiles.

En segundo lugar, mientras la atención del mundo sigue centrada en la COVID-19, es crucial mantener el apoyo a otras iniciativas humanitarias y de desarrollo, como nuestra alianza con la UE en relación con el Fortalecimiento de los sistemas de salud para la cobertura sanitaria universal, activa en 115 países.

En tercer lugar, necesitamos reconstruir mejor.

Esfuerzos como la Iniciativa de Recuperación Mundial de la UE y la nueva Estrategia UE-África pueden subsanar deficiencias en los sectores sociales y los sistemas de salud débiles, no solo para la crisis actual, sino también a largo plazo.

Recientemente hemos publicado el Manifiesto de la OMS a favor de una recuperación saludable de la COVID-19, en el que se recomiendan seis actuaciones principales para promover un mundo más saludable, justo y respetuoso con el medio ambiente, en consonancia con el Nuevo Pacto Verde de la UE.

Finalmente, solicito también su apoyo continuado para los países de África, el Caribe y el Pacífico. Recientemente he hablado con el Presidente Ramaphosa, quien ocupa actualmente la presidencia de la Unión Africana; la Sra. Mottley, Primera Ministra de Barbados, quien ocupa actualmente la presidencia de la Comunidad del Caribe; y el Sr. Natano, Primer Ministro de Tuvalu, y actual presidente del Foro de las Islas del Pacífico. Los tres han compartido conmigo la grave escasez de suministros que padecen. Ni que decir tiene, estamos tratando de apoyarlos a partir del apoyo que ustedes nos dan. Con todo, aún me dicen que las deficiencias son enormes. Sería muy importante que la Unión Europea se centrara en los países de África, el Caribe y el Pacífico. Estamos haciendo todo lo posible por atender estas demandas, pero se necesita más, y espero que aumente ustedes su ayuda, especialmente en esas tres zonas. Una vez más, les doy las gracias por su apoyo y compromiso hasta la fecha.

Como he señalado, si bien la situación aquí en Europa está mejorando, en el ámbito mundial va a peor. Todavía tenemos un largo camino por delante, y seguiremos buscando su apoyo.

Como bien saben, si esta pandemia puede enseñarnos algo es humildad. Humildad para creer que nos necesitamos mutuamente en la lucha contra este peligroso virus.

Y, Josep, como bien señaló durante la Asamblea Mundial de la Salud, ustedes han logrado unir al mundo entero. Y quiero que la UE siga convenciendo a los EE.UU. y a China de que colaboren. No necesitamos enfrentamiento, sino solidaridad. Solo uniéndose puede el mundo vencer este peligroso virus.

Seré sincero con ustedes. Estoy realmente muy preocupado, porque no podemos vencer el virus divididos. Necesitamos solidaridad, empezando especialmente por los grandes actores. Estoy plenamente de acuerdo con usted, Josep, cuando dice que necesitamos a los EE.UU. en la partida. Debería estar con nosotros.

Solo podemos vencer este virus a través de la unidad de todos nosotros. De lo contrario, según la valoración de la OMS, en un mundo dividido el virus seguirá causando estragos, todavía más estragos. 

De modo que, al igual que hizo durante la Asamblea, espero que siga convenciendo en particular a las dos potencias de que colaboren y hagan que el resto del mundo se una y pueda luchar al unísono contra este peligroso virus. De otro modo, el virus tomará ventaja y seguirá causando estragos.

Muchas gracias de nuevo, y aguardo con interés nuestras deliberaciones.

Muchísimas gracias.