Excelentísimo Sr. Presidente de la República de Azerbaiyán, S.E. Ilham Aliyev,
Excelentísimo Sr. Presidente de la República de Kazajstán, S.E. Kassym-Jomart Tokayev,
Excelentísimo Sr. Presidente de la República Kirguisa, S.E. Sooronbai Zheenbekov,
Excelentísimo Sr. Presidente de la República de Turquía, S.E. Recep Tayyip Erdogan,
Excelentísimo Sr. Presidente de la República de Uzbekistán, S.E. Shavkat Mirziyoyev,
Excelentísimo Sr. Presidente de Turkmenistán, S.E. Gurbanguly Berdimuhamedov,
Excelentísimo Sr. Primer Ministro de Hungría, S.E. Viktor Orban,
Excelentísimo Sr. Secretario General del Consejo Túrquico, S.E. Baghdad Amreyev,
Excelencias, estimados colegas y amigos,
Gracias por invitarme a pronunciar unas palabras ante ustedes hoy, y me complace poder unirme desde Ginebra, gracias a las maravillas de la tecnología moderna.
Desde que comenzara la propagación mundial de la COVID-19, los dirigentes del Consejo Túrquico han venido cooperando estrechamente, en particular compartiendo instalaciones y servicios hospitalarios, proporcionando asistencia humanitaria y kits de pruebas, e intercambiando conocimientos clínicos especializados y apoyo médico.
Este es un ejemplo del tipo de cooperación transfronteriza que necesitamos para superar esta pandemia.
Desde la irrupción de la COVID-19 hace más de 100 días, la propagación de la enfermedad por todo el mundo ha desbordado los sistemas de salud, desestabilizado la economía mundial y provocado perturbaciones generalizadas en la sociedad.
Se estima que la tasa de letalidad es 10 veces superior que la de la gripe. Además, se trata de un virus muy contagioso y que se propaga rápidamente.
Hasta ahora se han infectado más de 1,3 millones de personas, y más de 80 000 han perdido la vida.
Hasta la fecha, los cinco Estados Miembros del Consejo de Cooperación de los Estados de Habla Túrquica han declarado más de 36 000 casos de COVID-19, con un total de 750 víctimas mortales.
Esta pandemia es mucho más que una crisis sanitaria. Requiere una respuesta de todos los sectores del gobierno y del conjunto de la sociedad.
En los 100 últimos días, la COVID-19 nos ha mostrado el daño que puede hacer, incluso en los países ricos.
Todavía no hemos visto la devastación que podría provocar en países más vulnerables. Nos comprometemos a hacer todo lo posible para evitar que eso suceda.
La posibilidad de contener el virus en los ámbitos subnacional y nacional se está desvaneciendo en muchos países.
Desde el comienzo del brote, la OMS ha expedido equipos de protección personal y kits de prueba a los Estados de habla túrquica.
Hemos aprendido mucho sobre este nuevo virus desde que nos topamos con él por primera vez a principios de año.
Aunque cada uno de sus países se encuentra en una fase diferente del brote, todos deben centrarse en lo mismo: intensificar los esfuerzos por reducir al mínimo los efectos de la epidemia en los sistemas de salud, los servicios sociales y la actividad económica.
Las medidas de restricción social solamente nos permiten ganar algo de tiempo. Para interrumpir la transmisión del virus se requiere una estrategia global que permita encontrar, realizar pruebas, aislar y atender a todos los casos, y localizar a todos los contactos.
Al mismo tiempo, el acceso equitativo a la atención de salud es crucial, especialmente entre los grupos vulnerables. En la era de la COVID-19, todas las personas deben tener garantizado el acceso a servicios de salud esenciales. De lo contrario, será más difícil controlar el brote, lo que constituye un riesgo para todos.
Las estrategias nacionales deben contar con apoyo internacional en cinco ámbitos fundamentales. Estos son los cinco ámbitos en los que se centra la OMS:
En primer lugar, apoyar a los países para que mejoren su capacidad de preparación y respuesta;
En segundo lugar, hacer análisis epidemiológicos y comunicar riesgos;
En tercer lugar, coordinar la cadena de suministro mundial;
En cuarto lugar, aportar conocimientos técnicos especializados y movilizar al personal de salud;
Y, en quinto lugar, acelerar la investigación, la innovación y el intercambio de conocimientos.
Nuestro segundo Plan Estratégico de Preparación y Respuesta, que se publicará en los próximos días, permitirá estimar los recursos necesarios para poner en marcha estrategias nacionales e internacionales durante la próxima fase de la respuesta.
Quiero dar las gracias a todos los Estados Miembros y los asociados que han respondido a nuestro primer Plan Estratégico de Preparación y Respuesta. Se han recibido o prometido más de US$800 millones.
Quiero agradecer en especial al Gobierno y el pueblo de Azerbaiyán su contribución de US$ 5 millones al Plan Estratégico.
También Turquía merece reconocimiento por el apoyo que presta a sus vecinos europeos enviando suministros esenciales.
Quisiéramos invitarles a todos a participar en el ensayo «Solidaridad», un estudio internacional que nos permitirá saber cuáles son los tratamientos más eficaces. Ya son muchos los países de todo el mundo que participan.
Para detener esta pandemia, tenemos que seguir adelante y mejorar el tipo de colaboración como ya están ustedes demostrando.
Estamos en esto juntos y todavía nos queda un largo camino por recorrer.
Y como acaba de decir el Sr. Presidente Aliyev, lo importante aquí es la solidaridad y la determinación. Venceremos juntos esta amenaza común.
Muchas gracias de nuevo por esta oportunidad. Ha sido un gran honor unirme a ustedes, Excelencias.