Excelencias, estimados colegas y amigos:
Hace diez días, la Presidenta von der Leyen, el Presidente Macron, Melinda Gates y yo mismo pusimos en marcha el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19, un llamamiento a la acción destinado a colaborar de un modo sin precedentes para abordar una crisis que tampoco tiene precedentes.
Doy las gracias a la Presidenta von der Leyen por su liderazgo en la organización de este acto y por esta increíble demostración de solidaridad mundial.
El mundo se enfrenta a una crisis de salud pública sin precedentes.
Pero estamos mejor situados para afrontarla que cualesquiera otros seres humanos en toda la historia.
Solo dos semanas después de que se notificasen los primeros casos a la OMS, el mundo ya conocía la secuencia genética del virus.
Los primeros productos de diagnóstico llegaron días después.
Ya disponemos de resultados iniciales de algunos ensayos de medicamentos.
Y varias vacunas se están experimentando ya en el ser humano.
El Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 constituye un compromiso único de colaborar a una velocidad de récord en el desarrollo de herramientas esenciales para prevenir, detectar y tratar la COVID-19.
Pero el indicador definitivo del éxito no será lo rápido que podamos desarrollar las herramientas, sino lo equitativamente que podamos distribuirlas.
Ninguno de nosotros podemos aceptar un mundo en el que algunas personas estén protegidas mientras otras siguen expuestas.
Esta es una oportunidad no solo para derrotar a un enemigo común, sino para forjar un futuro común: un futuro en el que todas las personas disfruten del derecho al grado máximo de salud que se pueda lograr, así como de los productos que permiten hacer realidad ese derecho. Salud para todos.
Termino mi intervención dando las gracias a la Comisión Europea: llevamos ya mil millones, y espero que tengamos noticias de otros y alcancemos hoy los ocho mil millones de dólares.
Gracias, Ursula, por reunirnos a todos.
Vielen Dank.