Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
A nivel mundial, el número de casos y muertes por COVID-19 que se han notificado sigue disminuyendo.
Es sin duda una tendencia muy alentadora –el aumento de las tasas de vacunación está salvando vidas–, pero la OMS sigue pidiendo precaución.
En términos mundiales, podemos decir que no hay bastantes pruebas, ni suficiente vacunación.
Por término medio, unas tres cuartas partes de los trabajadores sanitarios y de las personas mayores de 60 años se han vacunado en todo el mundo.
Pero estas cifras son mucho más bajas en los países de ingresos bajos.
Casi 18 meses después de la administración de la primera vacuna, 68 países aún no han alcanzado el 40% de cobertura.
La oferta de vacunas es ahora suficiente, pero en muchos países con las tasas de vacunación más bajas escasea la demanda.
La OMS y sus asociados están colaborando con los países para impulsar la aceptación de las vacunas llevándolas a los lugares donde se encuentran las personas, mediante unidades móviles, campañas puerta a puerta y la movilización de los líderes comunitarios.
La percepción de que la pandemia ha terminado es comprensible, pero equivocada.
Más de siete mil personas perdieron la vida a causa de este virus la semana pasada: es un número inaceptable de personas.
En cualquier momento podría surgir una nueva variante aún más peligrosa, y un gran número de personas sigue sin protección.
La pandemia no ha acabado, y seguiremos diciendo que no ha acabado hasta que lo haga.
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La OMS también sigue vigilando los informes de hepatitis por causa desconocida que se dan en niños.
Ya se han notificado a la OMS más de 700 casos probables procedentes de 34 países, y se están investigando otros 112 casos.
Al menos 38 de estos niños han necesitado trasplantes de hígado, y 10 han fallecido.
La OMS sigue colaborando con los países para investigar la causa de la hepatitis en estos niños.
Hasta la fecha, no se han detectado en ninguno de estos casos los cinco virus que suelen causar hepatitis.
La OMS recibe cada año informes sobre hepatitis inexplicables en niños, pero algunos países han indicado que las tasas que observan están por encima de lo que cabe esperar.
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Pasemos ahora a la viruela del mono.
Ya se han notificado a la OMS más de mil casos confirmados de viruela del mono originados en 29 países que no son endémicos para la enfermedad. Hasta ahora, no se ha informado de ninguna muerte en estos países.
Se han registrado casos principalmente, pero no de forma exclusiva, entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Algunos países están empezando a comunicar casos de aparente transmisión comunitaria, incluidos algunos casos en mujeres.
La aparición repentina e inesperada de la viruela del mono en varios países no endémicos hace pensar que podría haber habido una transmisión no detectada durante algún tiempo. ¿Durante cuánto tiempo? No lo sabemos.
El riesgo de que la viruela del mono se establezca en países no endémicos es real. La OMS está especialmente preocupada por los riesgos que este virus presenta para los grupos vulnerables, entre ellos los niños y las embarazadas.
Pero ese escenario puede evitarse. La OMS insta a los países afectados a que hagan el máximo esfuerzo por identificar todos los casos y contactos para controlar este brote y evitar la propagación.
Con el fin de ayudar a los países, la OMS ha publicado orientaciones sobre la vigilancia y el rastreo de los contactos, así como sobre las pruebas de laboratorio y el diagnóstico.
En los próximos días, publicaremos también orientaciones sobre la atención clínica, la prevención y el control de la infección, la vacunación y otras pautas relativas a la protección de la comunidad.
La semana pasada, la OMS organizó una consulta con más de 500 investigadores para analizar lo que sabemos y lo que no sabemos, y para determinar las prioridades de investigación.
También estamos trabajando con ONUSIDA, organizaciones de la sociedad civil y comunidades de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres con la finalidad de escuchar sus preguntas y proporcionar información sobre qué es la viruela del mono y cómo evitarla.
Hay formas eficaces de protegerse a uno mismo y a los demás: las personas con síntomas deben aislarse en casa y consultar a un trabajador de salud. Las personas que comparten el hogar con una persona infectada deben evitar el contacto estrecho.
Hay antivirales y vacunas aprobadas para la viruela del mono, pero su suministro es limitado. La OMS está diseñando un mecanismo de coordinación para la distribución de suministros basado en las necesidades de salud pública y la equidad.
La OMS no recomienda la vacunación masiva contra la viruela del mono.
En los pocos lugares donde hay vacunas disponibles, se están utilizando para proteger a las personas que pueden estar expuestas, como los trabajadores de salud y el personal de laboratorio.
La vacunación posterior a la exposición, idealmente dentro de los cuatro días siguientes a la misma, es una opción que algunos países pueden considerar para los contactos cercanos de mayor riesgo, como las parejas sexuales, los familiares del mismo hogar y los trabajadores sanitarios.
Evidentemente, no deja de ser preocupante que la viruela del mono se propague en países donde no se había visto antes.
Al mismo tiempo, hay que recordar que en lo que va de año se han producido más de 1 400 casos sospechosos de viruela del mono en África, y 66 fallecimientos.
Este virus lleva décadas circulando y matando en África. Es un lamentable reflejo del mundo en que vivimos comprobar que la comunidad internacional solamente está prestando atención a la viruela del mono ahora porque ha aparecido en países de ingresos altos.
Las comunidades que viven a diario la amenaza de este virus merecen la misma preocupación, la misma atención y el mismo acceso a las herramientas que les permitan protegerse.
Christian, le cedo la palabra.