Buenos días, buenas tardes y buenas noches,
Anoche regresé de la República Árabe Siria, donde visité zonas afectadas por el devastador terremoto ocurrido la semana pasada.
Fui testigo de la destrucción de comunidades enteras, del indecible sufrimiento de la gente y del valor y la determinación de los supervivientes y de los equipos de respuesta.
En Alepo, conocí a personas que se encontraban en refugios provisionales instalados por grupos comunitarios y religiosos;
Vi a vecinos ayudándose mutuamente con ropa de cama, prendas de vestir y alimentos;
Vi a trabajadores de la salud proporcionando medicamentos y atendiendo consultas;
Me reuní con los equipos de la OMS, a quienes también ha afectado el terremoto, para que me explicaran la labor que están realizando;
Y visité establecimientos de salud, donde pude comprobar que, incluso antes de esta catástrofe, después de más de diez años de guerra el sistema de salud no tiene capacidad para hacer frente a una emergencia como esta.
En nuestro trayecto de Alepo a Damasco, comprobé las secuelas del conflicto, que ha sumido pueblos y ciudades en la destrucción y el abandono.
Los supervivientes al seísmo enfrentan ahora temperaturas heladas para las que carecen de cobijo, calefacción, alimentos, agua salubre y atención médica suficientes.
La OMS está prestando atención a los supervivientes con traumatismos y discapacidades causados por el terremoto, hipotermia, necesidades en materia de salud mental y psicosocial, aumento del riesgo de enfermedades infecciosas y toda la gama de necesidades de salud habituales.
Por el momento, hemos enviado medicamentos y suministros a los dos países afectados para ayudar a atender a más de medio millón de personas, incluso para realizar intervenciones quirúrgicas urgentes.
En Damasco, el Director Regional, Dr. Ahmed Al-Mandhari, el Jefe de Emergencias, Dr. Mike Ryan, y yo mismo nos reunimos con el Presidente Assad para analizar el impacto del terremoto y pedirle que permitiera la apertura de nuevos puntos de acceso transfronterizos, petición que se mostró dispuesto a aceptar.
El lunes se abrieron otros dos puntos transfronterizos por los que entran en el noroeste de la República Árabe Siria convoyes procedentes de Türkiye.
Esta ayuda complementa la que ya habíamos puesto en marcha antes de que se produjera el terremoto, y que distribuimos a los establecimientos de salud ese mismo día.
La OMS mantiene su compromiso de apoyar a toda la población de la República Árabe Siria tanto ahora como en los días, semanas, meses y años venideros.
El sábado hicimos un llamamiento para recaudar US$ 43 millones en apoyo de nuestras actividades de respuesta en ambos países.
Esta cifra aumenta día a día y prevemos que, a finales de esta misma semana, las necesidades de financiación de la OMS para esta emergencia se habrán duplicado.
Confiamos en la generosidad de los donantes.
La fase de búsqueda y rescate está llegando a su fin, pero, para la OMS, la tarea de salvar vidas no ha hecho más que empezar.
===
Pasemos ahora a Guinea Ecuatorial, donde el lunes se confirmó un brote de enfermedad por el virus de Marburgo en dos distritos, cerca de las fronteras con el Camerún y el Gabón.
Se trata del primer brote de esta enfermedad notificado en este país africano.
El virus de Marburgo pertenece a la misma familia de virus que los del ébola, causa síntomas similares, se transmite entre personas de la misma manera y, al igual que los virus del ébola, dan lugar a un índice de letalidad muy elevado.
Hasta ahora se han notificado nueve defunciones de personas con síntomas compatibles con la enfermedad por el virus de Marburgo, y una de ellas dio positivo en las pruebas de detección de este virus.
Las otras ocho muertes se consideran casos presuntos porque tenían síntomas similares y lo más probable es que formaran parte de la misma cadena de transmisión, pero no se ha podido confirmar que el patógeno causante fuera el virus de Marburgo porque no se fue posible obtener muestras.
Dieciséis casos sospechosos han sido ingresados en establecimientos de salud con síntomas leves y se está haciendo un seguimiento a 21 de sus contactos en sus domicilios.
La OMS está ayudando al Gobierno ecuatoguineano a hacer frente al brote mediante el despliegue de expertos en epidemiología, atención clínica, comunicación de riesgos, implicación de las comunidades, y prevención y control de las infecciones.
Asimismo, estamos ayudando a mejorar la capacidad de diagnóstico de la enfermedad y hemos fletado vuelos para enviar suministros médicos y equipos de protección personal desde nuestro centro de Nairobi (Kenya).
Hasta ahora no se han notificado casos confirmados en el Camerún ni en el Gabón, pero la OMS está colaborando con el Ministerio de Salud del Camerún para investigar una alerta en ese país.
También estamos ayudando a los gobiernos del Camerún y el Gabón a prepararse para detectar rápidamente los casos presuntos, aislarlos y atenderlos.
Por el momento no hay vacunas ni tratamientos autorizados para la enfermedad por el virus de Marburgo, y se están desarrollando pocos.
Ayer, la OMS convocó una consulta del consorcio de vacunas y tratamientos contra esta enfermedad, que integran científicos y expertos de todo el mundo.
Las decisiones sobre los ensayos con vacunas y tratamientos las tomarán las autoridades nacionales y los investigadores de Guinea Ecuatorial.
Entretanto, la OMS ha convocado al comité de establecimiento de prioridades en materia de vacunas para determinar qué vacunas candidatas deben evaluarse en primer lugar, y está dando los pasos necesarios para preparar los ensayos que deban realizarse.
Además, la Organización está estudiando con el Ministerio de Salud la posibilidad de facilitar el acceso a tratamientos experimentales en el marco de un ensayo clínico.
===
Tras el gran aumento de defunciones relacionadas con la COVID-19 que se notificaron el mes pasado, sobre todo en China, las hospitalizaciones y las muertes han disminuido.
La semana pasada se notificaron a la OMS unas 10.000 defunciones, una cifra similar al número de muertes semanales notificadas antes del incremento registrado el mes pasado.
Lo he dicho en otras ocasiones y lo repito ahora: 10 000 muertes a la semana son 10 000 muertes que no deberían producirse tratándose de una enfermedad que se puede prevenir y tratar.
Además, sabemos que las cifras comunicadas a la OMS no reflejan la realidad porque ahora se realizan menos pruebas y los datos se comunican con más retraso.
Las subvariantes de la variante ómicron siguen prevaleciendo en todo el mundo y continúan suscitando preocupación, porque se transmiten más y por el hecho de que todas las subvariantes pueden ser letales.
Disponemos de las herramientas para salvar vidas y conseguir que la COVID-19 deje de ser una emergencia sanitaria mundial este mismo año. Debemos seguir utilizándolas todas, y utilizarlas bien.
===
El viernes, el Comité de Emergencias para el brote mundial de viruela símica se reunió para determinar si este brote continúa siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional.
El Comité me ha comunicado que, a su juicio, la viruela símica sigue siendo una emergencia sanitaria mundial, y así lo he aceptado.
El Comité ha tomado nota de los progresos realizados en todo el mundo para reducir la transmisión de esta enfermedad, así como de la disminución constante de los casos notificados desde su última reunión.
Sin embargo, más de 30 países siguen notificando casos. Un motivo especial de preocupación es que, posiblemente, en algunas regiones no se están detectando muchas infecciones ni se están notificando casos confirmados, sobre todo en los países en los que ya se han observado casos de transmisión del virus causante de los animales al ser humano.
La OMS sigue pidiendo a todos los países que mantengan la vigilancia de la viruela símica y que integren los servicios de prevención, preparación y respuesta en sus programas nacionales de control, incluidos los relativos a la infección por el VIH y a otras infecciones de transmisión sexual.
===
El terremoto ocurrido en Türkiye y la República Árabe Siria, el brote de enfermedad por el virus de Marburgo en Guinea Ecuatorial, la actual pandemia de COVID-19 y el brote mundial de viruela símica ponen de manifiesto que todos los países deben desarrollar sistemas de salud que puedan resistir el impacto de las emergencias y prestar la atención que la población necesita cuando más la necesita.
Christian, le devuelvo la palabra.