Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa – 22 de septiembre de 2022

22 de septiembre de 2022

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. 

En la Asamblea General de las Naciones Unidas, aquí en Nueva York, una de las preguntas que más me hacen es: «¿En qué situación estamos? ¿Ha terminado la pandemia?». 

En nuestras ruedas de prensa de las dos últimas semanas, he indicado que la pandemia no ha terminado, pero que el final está a la vista. 

Ambas afirmaciones son ciertas. 

Poder ver el final no significa que estemos al final. 

Sí, estamos en mejor posición que nunca. El número de muertes semanales sigue disminuyendo y ahora representa solo el 10% de las muertes registradas en el punto álgido, en enero de 2021. 

Dos terceras partes de la población mundial están vacunadas, incluidas las tres cuartas partes de los trabajadores de la salud y las personas mayores. 

En la mayoría de los países se ha puesto fin a las restricciones y la vida se parece mucho a la de antes de la pandemia. 

Pero 10 000 muertes semanales son 10 000 más de las debidas, porque la mayoría podrían haberse evitado. 

Aunque la inmunidad poblacional ha aumentado, todavía existen amplias brechas de vacunación, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. 

Y el virus sigue propagándose y mutando, con el riesgo perenne de que surjan variantes más peligrosas. 

Hemos pasado dos años y medio en un túnel largo y oscuro, y apenas estamos empezando a vislumbrar la luz al final del túnel. 

Pero el final todavía queda muy lejos, y el túnel sigue siendo oscuro, con muchos obstáculos que podrían hacernos tropezar si no vamos con cuidado. 

Todos necesitamos la esperanza de que podemos llegar al final del túnel y dejar atrás la pandemia –y lo conseguiremos. 

Pero todavía no hemos llegado. Aún estamos en el túnel, y solo llegaremos al final si nos centramos en el camino que tenemos por delante, y avanzamos con determinación y cuidado. 

La muletilla de la pandemia ha sido que nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo. 

Ello significa que todas las personas deben utilizar, cuando lo necesiten, las sencillas herramientas disponibles para protegerse: distanciamiento, mascarillas y ventilación. 

Y significa también que todas las personas necesitan acceso a las herramientas médicas que les permitan protegerse: vacunas, pruebas y tratamientos. 

Pero no es así aún. Tan solo el 19% de la población de los países de ingresos bajos está vacunada, y el acceso a tratamientos vitales es prácticamente inexistente. 

Por ello aplaudo el anuncio publicado hoy por el Fondo Mundial sobre el acuerdo firmado con Pfizer para facilitar a los países acceso al antivírico nirmatrelvir/ritonavir, o Paxlovid, a través del Acelerador ACT. 

Estaba pendiente desde hacía tiempo, pero este es el tipo de medidas que se necesitan si verdaderamente queremos poner fin a la pandemia. 

Mañana participaré en dos reuniones de mandatarios mundiales, aquí en la Asamblea General de las Naciones Unidas: una organizada por el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y otra por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, para hacer un balance de dónde estamos y fomentar un mayor apoyo político para el acceso equitativo a las herramientas contra la COVID-19. 

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Pasemos ahora a Uganda, donde las autoridades de salud declararon esta semana un brote de la enfermedad por el virus del Ébola. 

De momento, hay siete casos y una víctima mortal confirmados, y otras siete muertes están siendo investigadas como debidas probablemente al ébola. 

Dieciséis personas con presunta enfermedad por el virus del Ébola están recibiendo atención, y se ha iniciado el rastreo de contactos. 

Los expertos de la OMS están sobre el terreno, trabajando con los experimentados equipos de control del ébola de Uganda para reforzar los diagnósticos, los tratamientos y las medidas preventivas. 

También estamos distribuyendo suministros médicos para apoyar la atención de los pacientes. 

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Finalmente, respecto de la viruela símica, el número de casos notificados semanalmente continúa disminuyendo. 

En lo que va del año, se han notificado a la OMS más de 62 000 casos confirmados por laboratorio desde 105 países y territorios, con 23 muertes. 

Las tendencias son alentadoras, pero al igual que con la COVID-19, no es momento de que ningún país o comunidad asuma que las tendencias se mantendrán. 

Es el momento de seguir haciendo lo que se sabe que funciona. 

Tarik, le devuelvo la palabra.

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