Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
El número de casos de COVID-19 se eleva a más de seis millones y el virus se ha cobrado más de 370 000 vidas en todo el mundo.Además de colaborar con gobiernos de todo el mundo para eliminar el virus y acelerar los avances científicos en cuanto a medios de diagnóstico, tratamientos y vacunas, también continuamos respondiendo a otras emergencias sanitarias y nuevos brotes de enfermedades.
El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha anunciado hoy la detección de un nuevo brote de enfermedad por el virus del Ebola cerca de la ciudad de Mbandaka, en la provincia de Equateur.
El anuncio se produce tras un brote complicado de ebola en la región oriental de la RDC, el cual parece encontrarse en su fase final. El nuevo brote se ha registrado en el noroeste del país.
La OMS continuará prestando apoyo a la RDC para hacer frente al ebola, así como para luchar contra la COVID-19 y el mayor brote de sarampión del mundo.
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La OMS sigue publicando cada semana orientaciones técnicas, tanto nuevas como actualizadas, basadas en los mejores datos disponibles.
Durante esta pandemia, hemos observado que las concentraciones multitudinarias son eventos que pueden acelerar la propagación de la enfermedad.
La OMS ha publicado orientaciones actualizadas para ayudar a las organizaciones a planear este tipo de concentraciones y determinar la forma y el momento en que se pueden reanudar las concentraciones multitudinarias con seguridad.
Por ejemplo, la OMS ha colaborado estrechamente con varias organizaciones deportivas, por ejemplo, la FIFA, la UEFA, Fórmula 1 y grupos religiosos como la Organización de Cooperación Islámica, que supervisa el Hayy, en la evaluación de riesgos de concentraciones multitudinarias.
La OMS ha actualizado su instrumento de evaluación de riesgos para que las organizaciones puedan puntuar cada factor de riesgo y medida de mitigación y, de este modo, obtener una puntuación del riesgo general.
En última instancia, la OMS formula recomendaciones sobre la base de la evaluación de riesgos y las organizaciones deciden cuál es la mejor forma de proceder.
Aunque todos queremos que se reanuden los eventos deportivos, queremos asegurarnos de que se hace con la mayor seguridad posible.
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Todos somos conscientes de que los efectos de la COVID-19 trascienden la mortalidad y la morbilidad causadas por el propio virus.
La pandemia ha obligado a los países a tomar la difícil decisión de suspender algunos servicios de salud.
Hoy les proporcionamos orientaciones operacionales sobre cómo llevar a la práctica de forma eficaz las orientaciones sobre el mantenimiento de servicios de salud esenciales durante la pandemia de COVID-19, publicadas anteriormente.
Garantizar la coordinación y el desarrollo de nuevas modalidades para prestar servicios de atención y, al mismo tiempo, limitar las visitas a los centros de salud es fundamental para mantener la seguridad de las personas y asegurarse de que los sistemas no están desbordados.
Esto implica utilizar tecnologías digitales para prestar algunos de los servicios sistemáticos a distancia, así como ampliar la cantidad de medicamentos que se entregan a domicilio.
Uno de los ámbitos de los servicios de salud más afectados es la atención que se presta a las personas con enfermedades no transmisibles (ENT), como diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares o enfermedades respiratorias crónicas.
Ya sabemos que las personas con ENT corren un mayor riesgo de enfermar gravemente o fallecer a causa de la COVID-19.
Al mismo tiempo, muchas personas que padecen ENT no pueden acceder actualmente a los medicamentos que necesitan.
La OMS realizó una evaluación rápida de la prestación de servicios relativos a ENT durante la pandemia de COVID-19 basada en los datos aportados por 155 países.
Los resultados publicados hoy muestran que más de la mitad de los países que abarca la evaluación han interrumpido parcial o totalmente los servicios de tratamiento para pacientes con hipertensión y han reducido en un 50% los servicios para enfermos de diabetes y complicaciones conexas, en un 42% el tratamiento contra el cáncer y en un 31% los servicios relativos a emergencias cardiovasculares.
Los servicios de rehabilitación han sufrido trastornos en casi dos tercios de los países.
Por consiguiente, la respuesta a la COVID-19 debe tener en cuenta las necesidades de atención sanitaria de las personas que padecen ENT.
Una de las causas principales de las ENT es el tabaco.
Este año, el Día Mundial Sin Tabaco se centró en sensibilizar a las personas jóvenes sobre las tácticas que utiliza la industria tabacalera para manipularlos a fin de que consuman productos letales que matan a 8 millones de personas cada año.
Incluso durante esta pandemia mundial, cuando sabemos que los consumidores de tabaco corren un mayor riesgo de presentar un cuadro grave de la enfermedad y fallecer, la industria del tabaco y la nicotina siguen empleando tácticas de comercialización peligrosas para atraer a nuevos clientes.
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Además de continuar respondiendo a amenazas sanitarias conocidas, como el tabaco, también luchamos contra una de las amenazas sanitarias más urgentes de nuestro tiempo: la resistencia a los antimicrobianos.
Me complace anunciar que un número sin precedentes de países vigilan y comunican datos sobre la resistencia a los antimicrobianos, lo que constituye un paso importante en la lucha mundial contra la farmacorresistencia.
Sin embargo, los datos que facilitan revelan que un número preocupante de infecciones bacterianas cada vez son más resistentes a los medicamentos con los que habitualmente se tratan.
A medida que recopilamos más datos, constatamos que el mundo está perdiendo la capacidad de utilizar medicamentos antimicrobianos sumamente importantes.
En lo que respecta a la demanda, en algunos países hay un uso excesivo de antibióticos y agentes antimicrobianos tanto en humanos como en animales.
Por otro lado, en muchos países de ingresos bajos o medianos, las personas que necesitan estos medicamentos que salvan vidas no pueden acceder a ellos, lo que genera sufrimiento y muertes innecesarios.
En lo que respecta al suministro, prácticamente no existen incentivos de mercado para el desarrollo de nuevos antibióticos y agentes antimicrobianos, lo que ha llevado numerosos fracasos de herramientas muy prometedoras en los últimos años.
Además de encontrar nuevos modelos para incentivar la innovación sostenible, como hemos visto en el ensayo «Solidaridad» contra la COVID-19, debemos encontrar formas de acelerar los candidatos viables.
La pandemia de COVID-19 ha dado lugar a un aumento del uso de antibióticos. En última instancia, esto incrementará las tasas de resistencia a los antimicrobianos, lo cual afectará a la carga de morbilidad y mortalidad durante la pandemia y después de esta.
En la actual Clinical Management of COVID-19: Interim Guidance
[Atención clínica de la COVID-19: orientaciones provisionales], la OMS ha descrito el uso apropiado de antibióticos para que los profesionales médicos traten a los pacientes.
Por lo tanto, es necesario hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos mientras se salvan vidas.
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Permítanme concluir diciendo que hemos recibido preguntas sobre el anuncio que hizo el Presidente de los Estados Unidos de América el viernes pasado.
El mundo se ha beneficiado de la colaboración activa y sólida con el Gobierno y el pueblo de los Estados Unidos de América.
Las contribuciones del Gobierno y el pueblo de los Estados Unidos y la generosidad que han mostrado en relación con la salud mundial durante muchas décadas han sido inmensas y han marcado una gran diferencia en la salud pública a nivel mundial.
La OMS desea que esta colaboración continúe.
Gracias