Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Desde el comienzo de la pandemia, acelerar el desarrollo de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos para la COVID-19 y garantizar el acceso equitativo a ellos ha sido una prioridad para la OMS.
Ya hemos hecho progresos notables.
En enero, en las dos semanas siguientes a la notificación de los primeros casos a la OMS, publicamos el primer protocolo de pruebas PCR para el nuevo coronavirus.
Desde entonces se han producido millones de pruebas, y ya se están empezando a utilizar pruebas rápidas.
En febrero, la OMS reunió a cientos de científicos e investigadores para establecer las prioridades de investigación.
En marzo pusimos en marcha el ensayo Solidaridad para averiguar rápidamente qué tratamientos son más eficaces.
Un tratamiento, la dexametasona, ya ha demostrado su eficacia en pacientes con enfermedad grave y crítica, mientras que otros han resultado ser ineficaces y otros están en fase de ensayo.
Alrededor de 180 vacunas están ahora en fase desarrollo, de las que 35 están siendo ensayadas en humanos.
Ninguna enfermedad en la historia ha sido objeto de investigaciones tan rápidas, lo que evidencia los increíbles avances en ciencia y tecnología que el mundo ha hecho en los últimos años.
Ahora bien, la ambición del mundo de desarrollar estas herramientas lo más rápido posible debe ir a la par de su ambición de asegurar que el mayor número de personas posible tenga acceso a ellas.
En abril, junto con la Comisión Europea y otros muchos asociados, la OMS puso en marcha el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT ), cuyo objetivo es catalizar el desarrollo de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos y el acceso equitativo a ellos.
Sin embargo, el Acelerador ACT no podrá cumplir sus objetivos sin un aumento significativo de la financiación.
Los US$ 2700 millones que el Acelerador ACT ha recibido hasta la fecha han sido una contribución generosa y han permitido su sólida puesta en marcha.
Pero esto es menos del 10% de las necesidades totales.
El Acelerador ACT todavía se enfrenta a un déficit de financiación de US$ 35 000 millones.
Al mismo tiempo, los acuerdos bilaterales sobre vacunas y el nacionalismo en materia de vacunas podrían comprometer el acceso equitativo y ralentizar los progresos de todos los países para poner fin a la pandemia de COVID-19.
De aquí a finales de año tenemos una oportunidad limitada para ampliar el Acelerador ACT y hacer plenamente posible el marco de asignación equitativa.
En la actualidad, el Acelerador ACT está apoyando la investigación de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos prometedores.
Sin embargo, necesitamos ampliar rápidamente nuestra capacidad de realización de ensayos clínicos, de fabricación, de autorización y de reglamentación para que estos productos puedan llegar a las personas y empezar a salvar vidas.
Hoy, el Consejo de Facilitación del Acelerador ACT se reunió por primera vez.
La función del Consejo es proporcionar liderazgo político, realizar actividades de promoción y movilizar recursos adicionales.
El 30 de septiembre se celebrará un evento de alto nivel del Acelerador ACT con ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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Por último, hoy es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Cada 40 segundos, alguien, en algún lugar del mundo, se suicida.
Cada muerte es una tragedia para la familia y los amigos que han perdido a un ser querido, y también para comunidades enteras.
El suicidio afecta a personas de todo el mundo, independientemente de su sexo, edad o situación económica.
Desgraciadamente el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.
Se puede hacer mucho para reducir las tasas de suicidio.
A nivel nacional, cada país debe contar con una estrategia multisectorial integral de prevención del suicidio.
Sabemos qué es lo que funciona: la restricción del acceso a los medios de suicidio, incluidos los plaguicidas y las armas de fuego;
el fortalecimiento de las habilidades para la vida entre los jóvenes para que puedan hacer frente a las tensiones a lo largo de su vida;
y la identificación temprana, el tratamiento y el seguimiento de las personas que corren el riesgo de suicidarse.
Asimismo, los medios de comunicación pueden desempeñar una función informando con sensibilidad sobre el suicidio.
A nivel individual, hay tres cosas que todos podemos hacer:
emprenda iniciativas de concienciación para reducir la estigmatización en torno al suicidio y la salud mental;
si conoce a alguien que crea que puede estar pensando en suicidarse, ofrézcale su ayuda;
y si alguna vez siente que la vida es tan difícil que no sabe cómo salir adelante, busque ayuda.
Al igual que para poner fin a la pandemia, la clave para prevenir el suicidio es la solidaridad, esto es, ayudarse mutuamente.
Gracias.