Alocución del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 15 de junio de 2020

15 de junio de 2020

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Ya se han notificado a la OMS más de 7,8 millones de casos de COVID-19 y más de 430 000 fallecimientos en todo el mundo.

Los primeros 100 000 casos se notificaron en un periodo de más de dos meses. Durante las dos últimas semanas, se han notificado más de 100 000 nuevos casos prácticamente cada día.

Casi el 75% de los casos recientes se concentra en 10 países, la mayoría de ellos en las Américas y Asia meridional.

Sin embargo, también observamos un aumento de los casos en África, Europa oriental, Asia central y el Oriente Medio.

Incluso los países que han logrado detener la transmisión deben permanecer alerta ante la posibilidad de un rebrote.

La semana pasada China notificó un nuevo conglomerado de casos en Beijing, tras más de 50 días sin que se registrara ningún caso en la ciudad. Se han confirmado más de 100 casos.

Se están investigando el origen y el alcance del brote.

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A pesar de la actual respuesta mundial a la pandemia de COVID-19, no podemos perder de vista otros problemas de salud pública importantes, como la gripe.

La gripe afecta cada año a todos los países y se cobra un gran número de vidas.

Ahora que comienza la temporada gripal en el hemisferio sur y empezamos a prepararnos para la temporada gripal en el hemisferio norte, debemos asegurarnos de que la gripe continúa siendo una de las prioridades principales.

La cocirculación de los virus de la COVID-19 y de la gripe puede empeorar la situación de sistemas de atención de salud que ya están desbordados.

Más de 500 millones de personas son vacunadas contra la gripe cada año, conforme a las recomendaciones de la OMS sobre la composición de las vacunas antigripales.

Estas recomendaciones se basan en los datos y las muestras de virus recopilados y analizados por el Sistema Mundial OMS de Vigilancia y Respuesta a la Gripe, o SMVRG. 

El SMVRG lleva funcionando desde 1952 y me gustaría dar las gracias a los más de 125 países que participan en el mismo.

Durante los últimos ocho años se ha logrado fortalecer de forma significativa el sistema gracias al Marco de Preparación para una Gripe Pandémica. Deseo dar las gracias también a los asociados de los sectores público y privado que participan en este sistema mundial.

La infraestructura, las personas, las competencias y la experiencia vinculadas al SMVRG, los Centros Colaboradores de la OMS y los Centros Nacionales de Gripe han sido fundamentales para detectar la COVID-19.

Sin embargo, este sistema bien establecido se enfrenta actualmente a retos importantes.

La pandemia de COVID-19 ha provocado la suspensión o la disminución de la vigilancia de la gripe en muchos países, y un pronunciado descenso del intercambio de información y virus gripales.

En comparación con los tres últimos años, hemos observado una reducción espectacular del número de muestras sometidas a pruebas de detección de la gripe en todo el mundo.

Asimismo, hemos constatado una reducción del 62% del número de envíos de virus a los Centros Colaboradores de la OMS, así como una disminución del 94% del número de datos de secuenciación genética de virus gripales introducidos en la base de datos de GISAID.

Estas disminuciones se deben a una combinación de factores, como la reasignación de personal y suministros, la sobrecarga de trabajo en los laboratorios y las restricciones de transporte.

Estas interrupciones pueden tener efectos a corto y largo plazo, incluida la pérdida de capacidad de detección y notificación de nuevos virus gripales potencialmente pandémicos.

Como muchos de ustedes saben, la OMS reúne dos veces al año a un grupo de expertos que analiza las cepas de virus gripales circulantes. Sobre la base de este análisis, se seleccionan los virus candidatos para las vacunas contra la gripe estacional en cada hemisferio.

Para saber cuáles son los virus circulantes, la OMS depende de la información facilitada por los países a través del SMVRG, la cual utilizamos para formular recomendaciones sobre la composición de las vacunas antigripales.

Esto nos ayudará a prevenir más casos graves de gripe y más muertes.

La OMS ha publicado orientaciones sobre cómo integrar la vigilancia de la COVID-19 en la vigilancia sistemática de la gripe a fin de hacer un seguimiento eficaz de estas dos enfermedades respiratorias importantes.

No sólo es una intervención costoeficaz, sino que también es esencial para proteger al mundo contra la próxima gripe estacional.

La temporada gripal ya ha comenzado en el hemisferio sur. No hay tiempo que perder.

Gracias.