Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 19 de junio de 2020

19 de junio de 2020

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

La pandemia se está acelerando.

Ayer se notificaron más de 150 000 nuevos casos de COVID-19 a la OMS, la mayor cantidad en un solo día hasta la fecha.

Casi la mitad de esos casos se dieron en América, si bien un gran número de ellos también se encontraban en Asia meridional y Oriente Medio.

El mundo está en una fase nueva y peligrosa. Es comprensible que muchas personas estén hartas de estar en casa. Es comprensible que los países estén ansiosos por abrir sus sociedades y economías.

Pero el virus todavía se propaga rápidamente, sigue siendo mortal y la mayoría de las personas aún son susceptibles de contagio.

Lanzamos un llamamiento a todos los países y a todas las personas para que ejerzan una vigilancia extrema.

Sigan guardando distancias con los demás. Quédense en casa si se encuentran mal. Sigan cubriéndose la nariz y la boca al toser. Usen una mascarilla cuando sea adecuado. Sigan lavándose las manos.

Seguimos pidiendo a todos los países que se centren en lo fundamental: encontrar, aislar, hacer pruebas y atender cada uno de los casos. Hay que rastrear y poner en cuarentena a todos los contactos.

A medida que la pandemia se acelere, los más vulnerables serán quienes más sufran.

En todos los países, ricos y pobres, hay poblaciones que son más vulnerables al riesgo de enfermedades graves y muerte.

Mañana es el Día Mundial de los Refugiados, un momento importante para destacar el riesgo de la COVID-19 para algunas de las personas más vulnerables del mundo.

Los refugiados corren un riesgo particular de COVID-19, porque a menudo tienen un acceso limitado a una vivienda adecuada, a agua, alimentos, saneamiento y servicios de salud.

Más del 80% de los refugiados del mundo y casi todos los desplazados internos del planeta se encuentran en países de ingresos bajos y medianos.

La OMS está profundamente preocupada por el peligro real y presente de la transmisión generalizada de la COVID-19 en los campamentos de refugiados.

Más allá de la amenaza para la salud que representa el virus, la COVID-19 también está exponiendo a muchos refugiados a penurias aún mayores.

En un informe publicado hoy por el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se indica que alrededor del 70% de los refugiados encuestados en Turquía declararon haber perdido sus puestos de trabajo desde el comienzo de la pandemia.

Tenemos el deber compartido de hacer todo lo posible por prevenir y detectar la transmisión de la COVID-19 entre las poblaciones de refugiados, así como de responder a ella.

Las medidas de salud pública que reducen la transmisión de la COVID-19 exigen una aplicación rigurosa y sostenida. Esto es difícil de lograr en los campos de refugiados, donde la situación de la salud pública es frágil.

Es un honor estar aquí hoy con mi hermano, el señor Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

El objetivo principal del ACNUR es salvaguardar los derechos y el bienestar de los refugiados.

La misión de la OMS consiste en promover la salud, velar por la seguridad del mundo y servir a los más vulnerables.

Nuestras organizaciones se complementan de forma orgánica y, día tras día, la OMS y el ACNUR trabajan para fortalecer la colaboración entre nuestros dos organismos.

El mes pasado, nuestras dos organizaciones firmaron un nuevo acuerdo para fortalecer y mejorar los servicios de salud pública para los millones de desplazados forzosos en todo el mundo.

La COVID-19 ha demostrado que nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Solo podremos cambiar las cosas si dejamos a un lado la política y trabajamos en genuina colaboración.

Somos más vulnerables si estamos divididos pero, con solidaridad y cooperación, superaremos esta pandemia y estaremos mejor preparados para las crisis del futuro.

Ahora, es un gran honor para mí invitar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el señor Filippo Grandi, a dirigirles algunas palabras.

Señor Grandi, tiene usted la palabra.

[Habla el Sr. Grandi]

Gracias, señor Grandi.

Hoy también tenemos el honor de contar con la presencia en línea de dos colegas de la OMS que trabajan con refugiados.

En primer lugar, quisiera presentarles a la doctora Iman Shankiti, representante de la OMS en el Líbano.

El Líbano es un país de seis millones de habitantes, de los cuales 1,5 millones son refugiados, principalmente sirios y palestinos. También hay más de medio millón de trabajadores migrantes. En estos momentos, la Dra. Iman dirige la respuesta general a la COVID-19 en el Líbano.

Dra. Iman, tiene la palabra.

[Habla la Dra. Iman]

Gracias, Dra. Iman.

A continuación, quisiera darle la palabra al Sr. Chuol Puok Jock, dirige la respuesta a la COVID-19 en la región de Gambela (Etiopía).

Etiopía acoge a más de 700 000 refugiados en ocho regiones distintas. Más del 40% de la población de refugiados se concentra en siete campamentos en la región de Gambela.

Sr. Jock, tiene la palabra.

[Habla el Sr. Jock]