Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Ayer finalizamos una Asamblea Mundial de la Salud muy productiva.
Vimos una solidaridad inédita entre los jefes de gobierno de todo el mundo que participaron telemáticamente en la Asamblea para debatir sobre las enseñanzas y desafíos relativos a la pandemia y sobre los pasos a seguir para hacerle frente.
Me gustaría aprovechar la ocasión para darles las gracias.
Gracias a la Presidenta Sommaruga, al Presidente Ramaphosa, al Presidente Xi, al Presidente Moon, al Presidente Macron, al Presidente Duque, al Presidente Benítez, a la Canciller Merkel, a la Primera Ministra Mottley, al Primer Ministro Tshering, al Presidente Pedro Sánchez, al Primer Ministro Conte, al Primer Ministro Natano, al Primer Ministro Nguyễn Xuân Phúc, a la Presidenta Von der Leyen, al Secretario General Guterres y a todos los representantes y ministros de los Estados Miembros por participar en la Asamblea y firmar una resolución de consenso histórico sobre la COVID-19 y el camino a seguir.
La resolución marca una hoja de ruta clara con las actividades y medidas fundamentales que deben llevarse a cabo para sostener y acelerar la respuesta a nivel nacional e internacional.
En ella se asignan cometidos a la OMS y a sus Estados Miembros y se recoge la estrategia que integra todas las instancias gubernamentales y toda la sociedad y que hemos estado reclamando desde el inicio de la pandemia.
Si se lleva a la práctica, la estrategia permitirá responder de forma más coherente, coordinada y justa a la epidemia y salvar vidas y medios de subsistencia.
La histórica resolución subraya el papel fundamental que tiene la OMS en promover el acceso a tecnologías sanitarias seguras y eficaces para combatir la pandemia.
Celebro el compromiso de los Estados Miembros de eliminar todos los obstáculos y permitir un acceso universal a vacunas, pruebas de diagnóstico y tratamientos.
Esto es algo que queda reflejado en la resolución a través de cuatro puntos clave:
Primero, que la distribución justa de todas las tecnologías sanitarias esenciales y de calidad es una prioridad mundial para hacer frente a la pandemia de COVID-19.
Segundo, que, cuando sea necesario, habrá que aprovechar al máximo los tratados internacionales pertinentes, incluido el Acuerdo sobre los ADPIC.
Tercero, que las vacunas contra la COVID-19 deberán clasificarse como bienes mundiales de salud pública para poder acabar con la pandemia.
Y cuarto, que deberá alentarse la colaboración con miras a promover el sector privado y la investigación y desarrollo de financiación gubernamental. Por ejemplo, a través de la innovación abierta en todos los dominios pertinentes y la comunicación de toda información relevante a la OMS.
Uno de los frutos colaborativos importantes de esta resolución será la plataforma tecnológica para la COVID-19 propuesta por Costa Rica, que se pondrá en marcha el 29 de mayo con el objetivo de eliminar los obstáculos a vacunas, medicamentos y otros productos sanitarios eficaces. Hacemos un llamamiento a todos los países para que se unan a esa iniciativa.
Me alegra ver que estamos avanzando en los objetivos de investigación y desarrollo establecidos en febrero en la reunión organizada por la OMS para ese propósito.
Esa hoja de ruta ha dado ahora origen al ensayo Solidaridad, con 3000 pacientes en 320 hospitales de 17 países, y al Acelerador del acceso a las herramientas contra la Covid-19.
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Todavía tenemos mucho que hacer para acabar con esta pandemia.
En las últimas 24 horas se han notificado a la OMS 106 000 casos, el máximo en un solo día desde que comenzase la enfermedad. Casi dos tercios de esos casos se notificaron en solo cuatro países.
Con todo, también hay buenas noticias: es realmente impresionante ver cómo países como la República de Corea se han basado en su experiencia con el MERS para poner rápidamente en práctica una estrategia completa con la que encontrar, aislar, hacer pruebas y cuidar a cada caso y localizar a todos sus contactos.
Fue una estrategia fundamental en el país para atenuar la primera oleada de contagios, y ahora está sirviendo para localizar y contener nuevos brotes.
Ahora bien, estamos muy preocupados por el número creciente de casos en países de ingresos bajos y medianos.
Los gobiernos que han participado en la Asamblea han manifestado su objetivo principal: parar la transmisión de la enfermedad, salvar vidas y restablecer los medios de subsistencia.
Y la OMS está apoyando a los Estados Miembros para que las cadenas de suministro se mantengan abiertas y los pacientes y el personal sanitario accedan a suministros médicos.
Velar por que los sistemas de salud sigan funcionando es una prioridad igual de importante que la lucha contra la COVID-19, ya que cualquier suspensión de un servicio esencial, como la vacunación infantil, supone un riesgo para la vida.
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La COVID-19 no es el único desafío al que se enfrenta el mundo actualmente.
La crisis climática está provocando tormentas cada vez más intensas, patrones climáticos anormales y desastres meteorológicos catastróficos.
El superciclón Amphan, que se cierne actualmente sobre Bangladesh y la India, es uno de los mayores ciclones en años.
Estamos preocupados por las personas afectadas porque sabemos, como con la COVID-19, que el fenómeno supone una seria amenaza para la vida, en particular para las comunidades más pobres y marginadas.
La OMS sigue ofreciendo su apoyo a Bangladesh y la India para hacer frente tanto a la COVID-19 como a las consecuencias del superciclón.
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Quiero terminar subrayando que sigue habiendo motivos de esperanza en el mundo.
La última persona tratada por ebola en la República Democrática del Congo se recuperó y fue dada de alta el 14 de mayo.
Ese día, el Ministerio de Salud del país anunció el inicio de una cuenta atrás de 42 días para poner fin al brote de la enfermedad.
A pesar de ello, todavía faltan 36 días y podrían aparecer nuevos casos, como ha ocurrido anteriormente.
La pandemia de COVID-19 nos ha enseñado muchas cosas:
La salud no es un gasto, es una inversión.
Para vivir en un mundo seguro, garantizar una salud de calidad para todos no es solo la opción correcta sino la opción inteligente.
Gracias.