Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Hoy es el Día de África, una oportunidad para celebrar la vitalidad y la diversidad de este continente y para promover su unidad.
En el Día de África se conmemora el aniversario de la Organización de la Unidad Africana, creada el 25 de mayo de 1963, hace 57 años. La organización que la ha sucedido es la Unión Africana, fundada en 2002.
Hoy, con motivo del Día de África de 2020, conmemoramos los éxitos y los progresos logrados en todo el continente.
Este año las celebraciones han sido menos notorias debido a la pandemia de COVID-19.
Hasta ahora, aunque se observa transmisión comunitaria en la mitad de los países de la región, principalmente en las grandes ciudades, África es la región menos afectada del mundo en lo que respecta al número de casos y fallecimientos notificados a la OMS.
África concentra solo el 1,5 por ciento de los casos notificados y menos del 0,1 por ciento de las defunciones por COVID-19 en el mundo.
Por supuesto, estas cifras no reflejan por completo la realidad.
Todavía se está ampliando la capacidad para analizar muestras en este continente y es posible que se hayan pasado por alto algunos casos.
Aun así, África parece haberse librado de brotes de la envergadura observada en otras regiones.
El establecimiento temprano de una coalición de dirigentes dirigida por la Unión Africana, bajo la presidencia del Sr. Matamela Cyril Ramaphosa, Presidente de Sudáfrica, fue fundamental para acelerar rápidamente las actividades de preparación e imponer medidas de control integrales.
En todo el continente, los países han adquirido una vasta experiencia a través de su lucha contra enfermedades como la poliomielitis, el sarampión, el ebola, la fiebre amarilla y la gripe, entre muchas otras.
Los conocimientos y la experiencia atesorados por el continente africano para contener enfermedades infecciosas han sido fundamentales para ampliar rápidamente una respuesta ágil a la COVID-19.
Ha habido solidaridad en todo el continente. Algunos laboratorios del Senegal y de Sudáfrica fueron de los primeros del mundo en llevar a cabo pruebas diagnósticas para la COVID-19.
Además, colaboraron con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África y con la OMS para ampliar la formación de técnicos de laboratorio sobre la detección de esta enfermedad y para aumentar las capacidades nacionales en la región.
Asimismo, los médicos, científicos, investigadores y docentes africanos están contribuyendo colectivamente a aumentar los conocimientos mundiales sobre esta enfermedad.
Desde hace muchos años, y desde el inicio de esta pandemia, la OMS trabaja a través de sus oficinas en los países para brindar apoyo a estos en las actividades de preparación frente a las emergencias sanitarias y en la elaboración de planes de acción nacionales integrales para prevenir, detectar y combatir el virus.
Con la ayuda de la OMS, muchos países africanos han realizado importantes progresos en el ámbito de la preparación.
Si, en las primeras semanas de la pandemia, menos de una docena de países africanos contaban con un plan de preparación y respuesta, todos los países de la región disponen ahora de él.
Cuarenta y ocho países de la región han elaborado un plan de participación comunitaria, frente a los tan solo 25 países que lo habían hecho hace 10 semanas.
Además, 51 países tienen capacidad para realizar pruebas de laboratorio para la COVID-19, en comparación con 40 países hace 10 semanas.
La OMS continúa prestando apoyo a África con otros suministros que salvan vidas.
Desde la semana pasada, hemos enviado millones de equipos de protección personal y pruebas de laboratorio a 52 países africanos.
Tenemos previsto realizar nuevos envíos de EPP, concentradores de oxígeno y pruebas de laboratorio en las próximas semanas.
Sin embargo, todavía observamos deficiencias y factores de vulnerabilidad. Solo el 19% de los países de la región cuenta con un programa de prevención y control de infecciones y con normas relativas al agua, el saneamiento y la higiene en los centros sanitarios.
Además, la interrupción de servicios de salud esenciales, como las campañas de vacunación y la atención para pacientes afectados por el paludismo, el VIH y otras enfermedades, supone un gran riesgo.
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Ahora me gustaría presentar a la Dra. Moeti, Directora Regional para África. Dra. Moeti, tiene usted la palabra.
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Gracias, Dra. Moeti. A continuación, me gustaría presentar al profesor Samba Sow, Director General del Centro para el Desarrollo de Vacunas de Malí, antiguo Ministro de Salud de Malí y Enviado Especial de la OMS con la misión particular de brindar apoyo a las comunidades y países de África Occidental.
Gracias, profesor Samba. Ahora proseguiré mi intervención.
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Como parte de nuestra respuesta continua a la pandemia a nivel mundial, la OMS sigue trabajando enérgicamente en el ámbito de la investigación y el desarrollo.
Como saben, hace más de dos meses iniciamos el ensayo clínico «Solidarity» para evaluar la inocuidad y la eficacia de cuatro medicamentos y combinaciones farmacológicas contra la COVID-19.
Más de 400 hospitales de 35 países están incorporando activamente pacientes al estudio y ya se han inscrito 3500 individuos de 17 países.
The Lancet publicó el viernes un estudio observacional sobre la hidroxicloroquina y la cloroquina y sobre sus efectos en pacientes de COVID-19 que han sido hospitalizados.
Los autores indicaron que, de acuerdo con sus estimaciones, la tasa de mortalidad entre los pacientes que recibían uno de estos fármacos es más elevada, ya fuera solos o en combinación con un antibiótico macrólido.
El equipo que dirige el ensayo «Solidarity», que integran representantes de 10 de los países participantes, se reunió el sábado y acordó realizar un análisis exhaustivo y una evaluación crítica de todos los datos disponibles a nivel mundial.
En el análisis se tendrán en cuenta los datos recopilados hasta ahora en el ensayo «Solidarity» y, en particular, los datos fiables disponibles que se han obtenido en estudios aleatorizados, a fin de evaluar debidamente los posibles beneficios y efectos adversos de estos fármacos.
El equipo que dirige el ensayo «Solidarity» ha interrumpido temporalmente el grupo de tratamiento con hidroxicloroquina hasta que el comité de vigilancia de datos y seguridad examine los datos relativos a su posible toxicidad.
Los otros grupos del ensayo no se han interrumpido.
Lo que se necesita dilucidar es la inocuidad de la hidroxicloroquina y la cloroquina como tratamientos de la COVID-19.
Me gustaría reiterar que, en general, se considera que el uso de estos fármacos no entraña problemas de toxicidad para los pacientes con enfermedades autoinmunes o paludismo.
La OMS ofrecerá información actualizada cuando disponga de más datos al respecto.
Continuaremos trabajando día y noche para encontrar soluciones y en pro de la ciencia y la solidaridad.
Gracias.