Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 celebrada el ‎3 de agosto de 2020‎

3 de agosto de 2020

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. ‎

El viernes, el Comité de Emergencias sobre la COVID-19 se reunió para examinar la actual ‎pandemia. ‎

Fue un momento aleccionador, seis meses después de que el Comité avisara, con mi conformidad, ‎de que el brote constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional.‎

En aquel momento, a día 30 de enero, el número de casos no llegaba a 100 y no había muertes ‎fuera de China. ‎

Cuando el Comité se reunió hace tres meses, se habían notificado a la OMS 3 millones de casos de ‎COVID-19 y más de 200 000 muertes. ‎

Desde entonces, el número de casos se ha multiplicado por más de cinco, hasta 17,5 millones, y el ‎número de muertes se ha triplicado con creces, hasta 680 000. ‎

Además del efecto directo que está teniendo la COVID-19, el Comité señaló el impacto sanitario en ‎otras enfermedades causado por las perturbaciones en los servicios.‎

Todo ello agrava lo que ya sabemos sobre la reducción de la cobertura inmunitaria, la detección ‎sistemática y el tratamiento del cáncer y los servicios de salud mental. ‎

Según una encuesta a la que respondieron 103 países y que se realizó entre mediados de mayo y ‎principios de julio, en el 67% de los países había interrupciones en los servicios de planificación ‎familiar y de anticoncepción. ‎

Más de la mitad de los países experimentó perturbaciones en los servicios de atención prenatal, y ‎más de un tercio registró desajustes en los servicios de parto. ‎

Además del impacto sanitario, hemos visto el daño que la COVID-19 ha causado en los ámbitos ‎social, económico y político. ‎

El Comité formuló una serie de recomendaciones que los países deben seguir aplicando para ‎controlar el virus.  ‎
Esas recomendaciones van desde el intercambio de las mejores prácticas hasta el aumento del ‎liderazgo y el compromiso político en relación con las estrategias nacionales y las actividades de ‎respuesta localizadas sobre la base de la ciencia, los datos y la experiencia. ‎
Sabemos, por distintos estudios serológicos, que la mayoría de las personas siguen siendo ‎susceptibles a este virus, incluso en zonas que han experimentado brotes graves. ‎

La semana pasada vimos a varios países que parecían haber pasado lo peor enfrentándose a ‎nuevos picos de casos. ‎

Sin embargo, también hemos visto cómo algunos países, regiones o localidades que tenían un ‎elevado número de casos están ahora controlando el brote. ‎

Obviamente, no es una labor sencilla. Las medidas estrictas pueden causar sus propios problemas ‎en la prestación de servicios de salud esenciales, la economía y las sociedades en general. ‎

El Comité reconoció que los Estados Miembros tienen que tomar decisiones difíciles para revertir la ‎epidemia. ‎

Ahora bien, los Estados Miembros también tienen claro que cuando los dirigentes se esfuerzan y ‎trabajan intensamente con sus ciudadanos, la enfermedad se puede controlar. ‎

Todos los días aprendemos algo nuevo acerca de este virus y me complace que el mundo haya ‎progresado en la investigación de tratamientos que puedan ayudar a las personas con las formas ‎más graves de COVID-19 a recuperarse. ‎

El Comité recomendó que los países participaran en el Acelerador del Acceso a las Herramientas ‎contra la COVID-19 y en los ensayos clínicos pertinentes y que se prepararan para adoptar vacunas ‎y tratamientos inocuos y eficaces. ‎

Varias vacunas se encuentran ahora en la fase tres de sus ensayos clínicos y todos confiamos en ‎disponer de distintas vacunas eficaces que puedan ayudar a evitar que las personas se infecten. ‎

Sin embargo, no hay una fórmula mágica en este momento y puede que nunca la haya. ‎

Por ahora, detener los brotes es la base de la salud pública y el control de la enfermedad. ‎

Hacer pruebas, aislar y tratar a los pacientes, y rastrear y poner en cuarentena a sus contactos. ‎Háganlo todo.‎

Informar, empoderar y escuchar a las comunidades. Háganlo todo. ‎
En cuanto a las personas, se trata de mantener la distancia física, usar mascarilla, lavarse las manos ‎de manera regular y toser de forma segura lejos de los demás. Háganlo todo. ‎

El mensaje para las personas y los gobiernos es claro: háganlo todo. ‎

Y cuando la situación esté bajo control, sigan haciéndolo. ‎

Sigan fortaleciendo el sistema de salud. ‎

Sigan mejorando la vigilancia y el rastreo de los contactos y procuren que los servicios de salud que ‎han sufrido desajustes se restablezcan lo más rápido posible. ‎

Mantengan las salvaguardias y la vigilancia, porque si las restricciones se levantan demasiado rápido ‎puede haber un rebrote.‎

Sigan invirtiendo en el personal sanitario y facilitando la comunicación con las comunidades y la ‎implicación de estas. ‎

Hemos visto en todo el mundo que nunca es demasiado tarde para revertir esta pandemia. ‎

Si actuamos juntos hoy, podemos salvar vidas. Podemos salvar los medios de vida si lo hacemos ‎todos juntos. ‎

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Esta semana también estamos poniendo en marcha el reto de la mascarilla con asociados de todo ‎el mundo, y estamos animando a las personas a enviar fotografías suyas con mascarilla. ‎

Además de ser uno de los instrumentos fundamentales para detener el virus, la mascarilla ha ‎llegado a representar la solidaridad. ‎

Como en los retos Manos Seguras y Sanos en Casa, vamos a difundir más mensajes positivos sobre ‎el papel que cada uno de nosotros puede jugar en la ruptura de las cadenas de transmisión.‎

Si es usted un profesional de la salud o un trabajador de primera línea, dondequiera que esté, ‎demuéstrenos su solidaridad cumpliendo las directrices nacionales y utilizando total seguridad las ‎mascarillas, ya sea mientras cuida a los pacientes o a sus seres queridos, viaja en transporte público ‎al trabajo o recoge suministros esenciales. ‎

Además del gel desinfectante para las manos, llevo una mascarilla conmigo todo el tiempo que ‎utilizo cuando estoy en lugares donde hay multitudes. ‎

Cuando usted utiliza una mascarilla está enviando un mensaje enérgico a las personas que lo ‎rodean de que estamos todos juntos en esto. ‎

Lleve mascarilla cuando sea apropiado, siga las medidas de distanciamiento físico y evite los lugares ‎abarrotados, tome precauciones al toser y lávese las manos con frecuencia: estará protegiéndose a ‎sí mismo y a los demás. ‎

‎¡Háganlo todo! ‎

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Una de las esferas que hemos seguido estudiando es el origen del virus que causa la COVID-19. ‎
El equipo avanzado de la OMS que viajó a China ha finalizado ya su misión de sentar las bases de ‎nuevas iniciativas conjuntas para determinar los orígenes del virus.  ‎
Como resultado de esa labor, la OMS y los expertos chinos han redactado el alcance de los estudios ‎y el programa de trabajo de un equipo internacional, dirigido por la OMS. ‎
En el equipo internacional habrá destacados científicos e investigadores de China y de todo el ‎mundo. ‎
Se pondrán en marcha varios estudios epidemiológicos en Wuhan para determinar cuál fue la ‎posible fuente de infección de los primeros casos. ‎
Los datos y las hipótesis que se generen a partir de este trabajo sentarán las bases para nuevos ‎estudios a la larga. ‎

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Por último, esta semana es la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Como hemos visto una y ‎otra vez, las medidas habituales de salud pública suelen ser las más eficaces, y estamos reiterando ‎la importancia de la lactancia materna, que depara enormes beneficios para los bebés y las familias. ‎

En la era de la COVID-19, especialmente cuando hay perturbaciones en los servicios de salud, la ‎OMS recomienda que se aliente a las madres con infección confirmada o posible por COVID-19, y a ‎todas las demás madres, a que comiencen a amamantar o sigan haciéndolo. ‎

Se debe indicar a las madres que los numerosos beneficios de la lactancia materna para los recién ‎nacidos y los niños son sustancialmente mayores que los riesgos potenciales de infección por ‎COVID-19.‎

Se debe facilitar que las madres y los lactantes estén juntos y cohabiten día y noche y que ‎practiquen el contacto directo de su piel, incluido el método de la madre canguro, en especial en el ‎alumbramiento y durante el establecimiento de la lactancia materna, independientemente de que ‎la madre o el lactante tengan infección confirmada o posible por COVID-19.‎

Gracias. ‎