Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 30 de julio de 2020

30 de julio de 2020

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. ‎

Quisiera comenzar deseando a todos los musulmanes Eid al-‎Adha Mubarak.‎

Y me gustaría felicitar al Reino de la Arabia Saudita por las medidas ‎que ha puesto en marcha para que el Hayy sea lo más seguro posible ‎este año.‎

Esta es una contundente demostración de las medidas que los países ‎pueden y deben tomar para adaptarse a la nueva normalidad.‎

No es fácil, pero es posible. La pandemia no significa que la vida deba ‎detenerse.‎

Todos debemos aprender a vivir con el virus y tomar las medidas ‎necesarias para que la vida prosiga, protegiéndonos a nosotros ‎mismos y a los demás, especialmente a los que corren mayor riesgo de ‎contraer la COVID-19.‎

Como saben, uno de esos grupos es el de las personas mayores, ‎especialmente las que viven en centros de atención de larga estancia. ‎

En muchos países, más del 40% de las muertes relacionadas con la ‎COVID-19 han estado vinculadas a centros de atención de larga ‎estancia y, en algunos países de ingreso alto, hasta el 80%. ‎

Conscientes del carácter apremiante de la cuestión, la OMS ha ‎publicado una reseña normativa sobre la prevención y el manejo de la ‎COVID-19 en los centros de atención de larga estancia. ‎

En la reseña se enumeran las principales medidas que deben adoptar ‎los encargados de la formulación de políticas y las autoridades ‎nacionales y locales para proteger a las personas de edad. Estas van ‎desde la integración de los cuidados de larga duración en la respuesta ‎nacional hasta la movilización de una financiación adecuada, pasando, ‎entre muchas otras, por la aplicación de medidas firmes de prevención ‎y control de las infecciones y la prestación de apoyo a los cuidadores ‎voluntarios y del entorno familiar.‎

Para cada objetivo normativo, en el documento se enumeran las ‎medidas que pueden adoptarse en los centros de atención de larga ‎estancia y se presentan ejemplos reales de cada ámbito extraídos de ‎los países.‎

En la reseña también se sugieren opciones para transformar los ‎servicios de cuidados de larga duración, de modo que las personas ‎mayores puedan recibir una atención de calidad que respete sus ‎derechos y libertades y su dignidad.‎

Quiero expresar un reconocimiento especial a las personas que ‎trabajan en centros de atención de larga estancia de todo el mundo, ‎que están realizando una labor heroica para salvar vidas y proteger a ‎los que están a su cargo. Los felicito.‎

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Si bien las personas mayores corren un mayor riesgo de que la ‎enfermedad se manifieste de forma más virulenta, los jóvenes no ‎están exentos de ese riesgo. Una de las dificultades a las que nos ‎enfrentamos es convencer a los jóvenes de esa realidad. ‎

Las pruebas sugieren que los picos de casos en algunos países se ‎deben en parte a que los jóvenes han bajado la guardia durante el ‎verano del hemisferio norte.‎

Ya lo hemos dicho antes y lo repetiremos: los jóvenes no son ‎invencibles.‎

Los jóvenes pueden estar infectados; los jóvenes pueden morir; y los ‎jóvenes pueden transmitir el virus a los demás. ‎

Por ese motivo, los jóvenes deben tomar las mismas precauciones que ‎el resto de la población para protegerse a sí mismos y a los demás. ‎Pueden ejercer el liderazgo, es más, deberían ejercer el liderazgo y ser ‎los motores del cambio. ‎

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Todos tenemos que poner de nuestra parte para reducir el riesgo de ‎exposición a la COVID-19.‎

Día tras día, todos tomamos decisiones que afectan de múltiples ‎formas a nuestra salud y a la de las personas que nos rodean.‎

Es sumamente importante disponer de información fiable para que la ‎población pueda tomar las decisiones adecuadas para su salud. ‎

Todos hemos visto el daño que causa la desinformación.‎

Pero no basta con estar informados. ‎

Las personas toman decisiones basadas en una amplia gama de ‎factores relacionados con su cultura, creencias, valores y ‎circunstancias económicas, entre otros.‎

Ahora están tomando decisiones bajo una presión financiera y social ‎sin precedentes, con altos niveles de ansiedad y con sistemas de salud ‎mal dotados. ‎

Los países han estado pidiendo a sus ciudadanos que comprendan los ‎riesgos, que se adapten, que se comprometan, que renuncien a cosas ‎que valoran y que los definen.‎

Ante la pandemia de COVID-19, los países utilizan una serie de ‎herramientas para influir en el comportamiento; las campañas de ‎información son una de ellas, pero también lo son las leyes, los ‎reglamentos, las directrices e incluso las multas. ‎

Estamos aprendiendo cuáles son eficaces y cuáles no.‎

Por eso es tan importante la ciencia del comportamiento, porque nos ‎da las claves para entender cómo decidimos de modo que podamos ‎ayudar a las personas a tomar las mejores decisiones para su salud. ‎

Hoy me complace anunciar que la OMS ha creado un Grupo ‎Consultivo Técnico sobre conocimientos y ciencias del ‎comportamiento para la salud. ‎

Con ello se amplía y profundiza la labor actual de la OMS en las ‎ciencias del comportamiento y se refuerza nuestro trabajo para ‎ofrecer un asesoramiento sanitario que no solo sea más sólido, sino ‎también más eficaz.‎

El Grupo Consultivo Técnico está integrado por 22 expertos externos ‎de 16 países, con conocimientos especializados en ámbitos como la ‎psicología, la antropología, la promoción de la salud, la neurociencia, ‎la economía del comportamiento y el marketing social, entre otros. ‎

Este nuevo grupo asesorará a la OMS sobre cómo potenciar y mejorar ‎el uso de las ciencias sociales y del comportamiento en una serie de ‎ámbitos de la salud, incluido la COVID-19.‎

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mi ‎agradecimiento a mi colega Elena Altieri, que propuso esta idea hace ‎un año y ha trabajado duro para hacerla realidad. ‎

Hoy tengo el placer de contar con la presencia del presidente del ‎Grupo Consultivo Técnico, el profesor Cass Sunstein.‎

El profesor Sunstein ocupa la cátedra Robert Walmsley en la ‎Universidad de Harvard y es el fundador y director del Programa de ‎Economía del Comportamiento y Política Pública de la Facultad de ‎Derecho de Harvard.‎

Profesor Sunstein, bienvenido. Tiene la palabra. Gracias por su ‎dedicación y gracias por haber aceptado participar y gracias por este ‎trabajo de exploración que tanto ayudará a la OMS.‎