Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 de 31 de agosto de 2020

31 de agosto de 2020

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Tras ocho meses de la pandemia, entendemos que la gente esté cansada y anhele retomar sus vidas. Entendemos que los países quieran que sus sociedades y economías vuelvan a funcionar.

Eso es lo que quiere también la OMS. Las órdenes de confinamiento y otras restricciones son medidas que algunos países consideraron necesarias para aliviar la presión sobre sus sistemas de salud. Sin embargo, han tenido un considerable efecto negativo sobre los medios de vida, las economías y la salud mental.

La OMS apoya plenamente los esfuerzos por reabrir las economías y las sociedades. Queremos que los niños vuelvan a la escuela y que las personas vuelvan a sus lugares de trabajo, pero queremos que se haga de forma segura.

Al mismo tiempo, ningún país puede pretender que la pandemia haya terminado.

La realidad es que este coronavirus se propaga fácilmente y puede ser letal para personas de todas las edades, y que la mayoría de las personas siguen siendo vulnerables a él.

Si los países se toman en serio la apertura, también han de tomarse en serio la adopción de medidas para suprimir la transmisión y salvar vidas.

Esto puede parecer un equilibrio imposible, pero no lo es. Se puede hacer y se ha hecho. Sin embargo, solo se puede lograr si los países controlan la transmisión.

Cuanto más control tengan los países sobre el virus, más se pueden abrir.

Abrirse sin tener control sobre el virus conduce al desastre. 

No hay una única solución universal, no es todo o nada. 

Creemos que hay cuatro cosas esenciales en las que todos los países, comunidades y personas deben centrarse para tomar el control. 

En primer lugar, evitar los eventos amplificadores. La COVID-19 se propaga muy eficientemente entre grupos de personas. 

En muchos países se han producido brotes agudos vinculados a reuniones de personas en estadios, clubes nocturnos, lugares de culto y otros lugares concurridos. 

Prevenir estos eventos amplificadores es esencial, pero hay formas de celebrar reuniones de forma segura en algunos lugares. 

Las decisiones sobre cómo y cuándo se han de permitir las reuniones de personas deben tomarse con un enfoque basado en los riesgos y en el contexto local. 

Los países o comunidades que experimentan una transmisión comunitaria importante tal vez tengan que aplazar los eventos durante un breve periodo de tiempo para reducir la transmisión. 

Por otra parte, los países o comunidades con casos esporádicos o pequeños conglomerados pueden encontrar formas creativas de celebrar eventos minimizando el riesgo. 

En segundo lugar, hay que reducir las muertes protegiendo a los grupos vulnerables, entre ellos las personas de edad avanzada, las que padecen afecciones subyacentes y los trabajadores esenciales.

 Los países que logran proteger a dichos grupos pueden hacer frente a bajos niveles de transmisión a medida que van apareciendo. 

Al proteger a las personas que corren mayor riesgo, los países pueden salvar vidas, evitar que las personas enfermen gravemente y aliviar la presión sobre sus sistemas de salud.

En tercer lugar, las personas deben involucrarse adoptando las medidas que sabemos que funcionan para protegerse a sí mismas y a los demás: mantenerse al menos a un metro de distancia de los demás, limpiarse las manos con regularidad, adoptar precauciones al toser y estornudar y utilizar mascarilla. 

Hay que evitar tres cosas: los espacios cerrados, los lugares concurridos y los entornos en los que hay un contacto estrecho entre personas. 

Y, en cuarto lugar, los gobiernos deben tomar medidas adaptadas al contexto para encontrar, aislar, someter a pruebas y atender a los casos, y rastrear y poner en cuarentena a los contactos. Las órdenes generalizadas de confinamiento pueden evitarse si los países adoptan intervenciones temporales y geográficamente focalizadas. 

Para apoyar a los países en sus esfuerzos de apertura, la OMS dispone de una serie de orientaciones basadas en pruebas que pueden aplicarse en diferentes escenarios de transmisión. 

Recientemente hemos publicado orientaciones para hoteles y otros alojamientos, así como para buques de carga y buques pesqueros. 

Todo ello forma parte de nuestro compromiso de apoyar a todos los sectores para que la reapertura sea lo más segura posible. 

Mientras tanto, seguimos trabajando con nuestros asociados a través del Acelerador ACT y el mecanismo COVAX para velar por que, una vez que se disponga de una vacuna, esta esté disponible equitativamente para todos los países. 

Quisiera expresar mi agradecimiento a la Comisión Europea por el anuncio que ha realizado hoy de que se unirá al mecanismo COVAX y por su contribución de € 400 millones. 

Como dijo la Presidenta Ursula von der Leyen, la colaboración mundial es la única manera de superar una pandemia mundial. Estoy totalmente de acuerdo con Su Excelencia la Presidenta. 

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Por supuesto, no solo las escuelas y las empresas se han visto afectadas por la COVID-19. 

En todos los países, los sistemas de salud se han visto sometidos a una presión extrema, y aún está por verse el verdadero impacto de la pandemia en lo que respecta al aumento de enfermedades y muertes por otras afecciones. 

Una encuesta de la OMS publicada hoy en la que han participado 105 países muestra que el 90% de los países han experimentado perturbaciones en sus servicios de salud. Los países de ingresos bajos y medios han sido los más afectados. 

La encuesta muestra que hasta el 70% de los servicios esenciales se han visto interrumpidos, entre ellos los de inmunización sistemática, diagnóstico y tratamiento de enfermedades no transmisibles, planificación familiar y anticoncepción, tratamiento de los trastornos de salud mental, y diagnóstico y tratamiento del cáncer. 

Muchos países han comenzado a aplicar algunas de las estrategias recomendadas por la OMS para mitigar las interrupciones de los servicios, como el triaje de los pacientes para determinar las prioridades, el paso a las consultas en línea con los pacientes y los cambios en las prácticas de prescripción. 

Sin embargo, solo el 14% de los países comunicaron que habían suprimido las tarifas a los usuarios, algo que la OMS recomienda para compensar las posibles dificultades financieras de los pacientes. 

La OMS seguirá colaborando con los países para proporcionarles instrumentos que les permitan mantener los servicios esenciales. 

Por ejemplo, la OMS está desarrollando un «Centro de aprendizaje sobre servicios de salud», consistente en una plataforma basada en la web que permitirá a los países compartir experiencias y aprender unos de otros. 

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Por último, quisiera mencionar la labor en curso de la OMS para responder a otra emergencia: las secuelas de la explosión de Beirut. 

Aunque Beirut ya no es noticia, la OMS sigue prestando apoyo al Líbano tras la explosión de hace cuatro semanas, que dejó más de 6500 heridos y 300 000 personas sin hogar y dañó gravemente la infraestructura sanitaria y los suministros médicos esenciales. 

La OMS y nuestros asociados están prestando atención a los heridos, asegurándose de que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud básicos y vitales, prestando apoyo en materia de salud mental a los trabajadores de la salud y las comunidades, y reconstruyendo los hospitales destruidos. 

Al mismo tiempo, estamos respondiendo a la COVID-19 ampliando las pruebas y el tratamiento, comprando los medicamentos que se necesitan con urgencia y protegiendo a los trabajadores de la salud. 

Para mantener esta labor que salva vidas, la OMS ha realizado un llamamiento para recaudar al menos US$ 76 millones. 

Damos las gracias a todos los donantes que ya han comprometido fondos. 

Para apoyar este llamamiento, la Fundación de la OMS, que hemos creado recientemente, ha lanzado hoy una campaña a la que cualquier persona u organización puede contribuir. 

Para hacer una donación, visite whofoundationproject.org y pulse en «Donations». Su contribución marcará la diferencia en la vida de muchas personas que necesitan apoyo. 

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Para terminar, quisiera repetir los cuatro aspectos críticos en los que deben centrarse los países, las comunidades y las personas para controlar la transmisión, de modo que puedan abrir sus sociedades y economías con seguridad. 

En primer lugar, evitar los eventos amplificadores. 

En segundo lugar, reducir las muertes protegiendo a los grupos vulnerables. 

En tercer lugar, adoptar individualmente las medidas necesarias para protegerse a sí mismo y a los demás. 

En cuarto lugar, encontrar, aislar, someter a pruebas y atender a los casos, y rastrear y poner en cuarentena a los contactos. 

Y, sobre todo, la unidad nacional y la solidaridad mundial son esenciales. 

Este virus prospera cuando estamos divididos. Cuando estamos unidos, podemos derrotarlo. 

Gracias.