Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 6 de marzo de 2020

6 de marzo de 2020

Buenas tardes, y gracias una vez más por unirse a nosotros en esta sala y también a través de internet. 

Me gustaría empezar con una referencia al Día Internacional de la Mujer que se celebrará este domingo. 

Es un momento para recordar que en el mundo hay muchas mujeres que no pueden acceder a los servicios de salud esenciales y que siguen padeciendo de forma desproporcionada enfermedades prevenibles y tratables. 

Pero el Día Internacional de la Mujer no es solamente una oportunidad para promover y proteger la salud de las mujeres, sino también para poner de relieve el papel fundamental que desempeñan en la promoción y protección de la salud de todas las personas. 

A nivel mundial, las mujeres constituyen el 70% de la fuerza de trabajo en el sector de la salud, pero solamente ocupan el 25% de los cargos directivos. 

La OMS está comprometida con la promoción de la igualdad de género en todas partes, y especialmente entre el personal sanitario. 

Nos enorgullece haber logrado la igualdad de género en nuestro equipo directivo superior de la sede de la OMS, aunque sabemos que aún nos queda trabajo por hacer en otras partes de la Organización. 

Las mujeres desempeñan también un papel fundamental en la respuesta a la COVID-19, y nos enorgullece poder contar con muchas mujeres increíbles que lideran nuestra respuesta en la OMS, como Maria, Sylvie, Soumya, Ana Maria, Mariângela, Marie Pierre, Adriana, Gabby, Nyka y muchas más. 

En las últimas 24 horas se han notificado 2736 casos de COVID-19 en 47 países y territorios. 

En estos momentos, la cifra total de casos notificados de COVID-19 en todo el mundo es de 98 023, y 3380 víctimas mortales. 

Estamos cerca de alcanzar los 100 000 casos confirmados. 

A medida que los casos aumentan, seguimos recomendando a todos los países que den la máxima prioridad a la contención. 

Seguimos apelando a los países para que encuentren, sometan a pruebas, aíslen y atiendan todos los casos, y que rastreen todos sus contactos. 

Retrasar el avance de la epidemia salva vidas y permite ganar tiempo para prepararse y trabajar en investigación y desarrollo. 

Cada día que podemos retrasar el avance de la epidemia es otro día que tienen los hospitales para prepararse ante la llegada de casos. 

Cada día que retrasamos el avance de la epidemia es otro día que tienen los gobiernos para preparar a sus trabajadores sanitarios de cara a la detección, análisis, tratamiento y cuidado de los pacientes. 

Cada día que retrasamos el avance de la epidemia es un día menos que tenemos que esperar para disponer de vacunas y terapias, lo que a su vez puede servir para prevenir infecciones y salvar vidas. 

Como saben, el mes pasado la OMS convocó una reunión de más de 400 científicos para establecer las prioridades de la investigación. 

Se abordaron y debatieron centenares de ideas, y hoy publicamos una hoja de ruta de I+D que condensa esas ideas en un conjunto básico de prioridades agrupadas en 9 esferas clave. 

Entre esas prioridades están la evolución del virus, la epidemiología, las vacunas, los diagnósticos, las terapias, la gestión clínica, las consideraciones éticas, las ciencias sociales y más aspectos. 

La hoja de ruta de I+D se centra en las investigaciones que pueden salvar vidas ahora mismo, así como en las prioridades de investigación a más largo plazo que han de permitir obtener vacunas y terapias. 

Es vital coordinar las investigaciones para que los diferentes grupos que hay en todo el mundo se complementen entre sí, de modo que la OMS pueda dar mejores consejos y los países puedan tomar decisiones basadas en pruebas científicas que permitan salvar vidas. 

Por esa razón la OMS ha desarrollado un conjunto de protocolos básicos que establecen normas para la realización de estudios y para la recopilación de datos críticos, de manera que podamos comparar manzanas con manzanas y agrupar los datos de múltiples estudios. 

Francia y Sudáfrica ya han manifestado que utilizarán esos protocolos para sus ensayos clínicos, y alentamos a otros países a hacer lo mismo. 

También estamos desarrollando protocolos de investigación para evaluar las intervenciones dirigidas a las comunidades más desfavorecidas, como los refugiados y los desplazados internos. 

Nos sentimos muy alentados por el nivel de interés que encontramos en todo el mundo por acelerar la investigación como parte de la respuesta. 

Hasta ahora la OMS ha recibido solicitudes de examen y aprobación de 40 pruebas diagnósticas, hay 20 vacunas en desarrollo y muchas terapias se encuentran en fase de ensayo clínico. 

Pero aunque todavía estemos realizando ensayos con las terapias, debemos asegurarnos de que los medicamentos correspondientes estén disponibles para el caso de que resulten eficaces. 

La OMS ha efectuado un seguimiento del riesgo potencial de que se produzca una interrupción en el suministro de medicamentos como resultado de la epidemia de COVID-19. 

Como saben, China es uno de los principales productores tanto de principios activos como de los productos intermedios que se utilizan para producir medicamentos en otros países. 

La OMS ha centrado su atención en los medicamentos más esenciales cuyo suministro es crucial para la atención primaria de salud y las emergencias, como los antibióticos, los analgésicos y los tratamientos para la diabetes, la hipertensión, el VIH, la tuberculosis y el paludismo. 

La OMS colabora estrechamente con las asociaciones sectoriales, los organismos reguladores y otros asociados para vigilar este riesgo, y hasta ahora no hemos detectado ninguna escasez específica inminente. 

Muchos fabricantes tienen fuentes alternativas de principios activos o cuentan con existencias a las que recurrir. La producción se ha reanudado ya en la mayoría de zonas de China, aunque siguen existiendo algunos problemas. 

Por otra parte, la OMS ha elaborado una lista de más de 20 dispositivos médicos esenciales que los países necesitan para atender a los pacientes, entre ellos los respiradores y los sistemas de suministro de oxígeno. 

El acceso al oxígeno médico podría suponer la diferencia entre la vida y la muerte para algunos pacientes, pero en muchos países existe ya actualmente una escasez que podría agravarse con la epidemia.   

La OMS ha puesto en funcionamiento un grupo de trabajo con la Fundación Gates, la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud y el PATH, y estamos utilizando esa alianza para aumentar el acceso al oxígeno. 

Alentamos a todos los países a que revisen el paquete de productos básicos para hacer frente a la para COVID-19 que ha elaborado la OMS y se aseguren de que disponen de los suministros necesarios, en particular en lo relativo al equipo de protección y a los dispositivos médicos. 

Todo ello requiere la participación del sector privado para garantizar que los países puedan acceder a productos que salvan vidas. 

Me han oído hablar de los problemas que han surgido en el mercado de equipo de protección personal. 

Me han oído hablar de la necesidad de adoptar un enfoque en el que participe todo el gobierno. 

Me han oído hablar de lo que puede hacer cada persona para protegerse a sí misma y a los demás. 

Esperamos que las empresas estén a la altura del papel que les corresponde. Os necesitamos. 

La OMS está trabajando con el Foro Económico Mundial para involucrar a las empresas de todo el mundo, y a principios de esta semana mantuve una comunicación con más de 200 CEO para hablar sobre las medidas que pueden adoptar para proteger a su personal y a sus clientes, asegurar la continuidad del negocio y apoyar la respuesta global. 

Como siempre digo, estamos todos juntos en esto, y todos tenemos una función que cumplir. 

Hechos, no miedos. 

Razones, no rumores. 

Solidaridad, no estigmatización. 

Muchas gracias.