Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 del 7 de septiembre de 2020

7 de septiembre de 2020
  • Cuando llegue la próxima pandemia, el mundo debe estar preparado. Por tanto, una parte del compromiso de cada país de reconstruir mejor debe consistir en invertir en la salud pública para lograr un futuro más sano y seguro. Hay muchos ejemplos de países que han hecho exactamente eso. Muchos de estos países lo han hecho bien porque aprendieron las lecciones de brotes anteriores de SARS, MERS, sarampión, poliomielitis, ebola, gripe y otras enfermedades.
  • Mañana, el Comité de Examen del Reglamento Sanitario Internacional comenzará a evaluar el funcionamiento del RSI desde el inicio de la pandemia hasta la fecha, y recomendará los cambios que considere necesarios. Los nombres de los miembros del Comité se publicaron ayer en el sitio web de la OMS.

  • Hoy es el primer Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul. La pandemia y las medidas adoptadas en muchos países para contenerla se han cobrado un gran número de vidas y han afectado gravemente a los medios de subsistencia y las economías. Sin embargo, también han conllevado algunos beneficios inesperados. En muchos lugares, hemos visto una disminución significativa de la contaminación del aire. 


Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

La COVID-19 nos está enseñando a todos muchas lecciones.

Una de ellas es que la salud no es un artículo de lujo para aquellos que pueden permitírselo: es una necesidad y un derecho humano.

La salud pública es la base de la estabilidad social, económica y política. Eso significa que hay que invertir en servicios basados en la población para prevenir, detectar y responder a las enfermedades.

Esta no será la última pandemia. La historia nos enseña que los brotes y las pandemias forman parte de la vida. Pero cuando llegue la próxima pandemia, el mundo debe estar preparado, más preparado que esta vez.

En los últimos años, muchos países han hecho enormes avances en medicina, pero demasiados han descuidado sus sistemas básicos de salud pública, que son los cimientos para responder a los brotes de enfermedades infecciosas.

Por consiguiente, una parte del compromiso de cada país de reconstruir mejor debe consistir en invertir en la salud pública para lograr un futuro más sano y seguro.

De hecho, hay muchos ejemplos de países que han hecho exactamente eso.

Tailandia está cosechando los beneficios de 40 años de fortalecimiento de su sistema de salud.

Un sistema médico y de salud pública robusto y bien dotado de recursos, junto con un fuerte liderazgo sustentado en el mejor asesoramiento científico disponible, una fuerza de trabajo comunitaria capacitada y comprometida de la que forman parte un millón de voluntarios de la salud procedentes de las aldeas y una comunicación coherente y precisa, han creado confianza y aumentado la esperanza y la observancia públicas.

Como saben, Italia fue uno de los primeros países en experimentar un gran brote fuera de China, y en muchos aspectos fue pionera para otros países.

Italia tomó decisiones difíciles basadas en las pruebas científicas y persistió en ellas, lo que redujo la transmisión y salvó muchas vidas. La unidad y la solidaridad nacionales, combinadas con la dedicación y el sacrificio de los trabajadores de la salud y el compromiso del pueblo italiano, permitieron controlar el brote.

Mongolia actuó muy pronto activando su Comité de Emergencia Estatal en enero. En consecuencia, a pesar de la situación en la vecina China, el primer caso en Mongolia no se registró hasta marzo y todavía no se ha notificado ninguna muerte.

Mauricio tiene una gran densidad de población, con altas tasas de enfermedades no transmisibles y muchos viajeros internacionales, lo que significa que está en alto riesgo. Sin embargo, una acción rápida y amplia iniciada en enero y la experiencia anterior en el rastreo de contactos dieron sus frutos.

Aunque las Américas ha sido la región más afectada, el Uruguay ha notificado el menor número de casos y muertes en América Latina, tanto en total como por habitante.

Esto no es casualidad.

El Uruguay tiene uno de los sistemas de salud más sólidos y resilientes de América Latina, con una inversión sostenible basada en el consenso político sobre la importancia de invertir en la salud pública.

El Pakistán utilizó la infraestructura construida a lo largo de muchos años con miras a luchar contra la poliomielitis para combatir la COVID‑19. Los agentes de salud comunitarios que han recibido capacitación para ir puerta a puerta vacunando a los niños contra la poliomielitis han sido utilizados para la vigilancia, el rastreo de contactos y la prestación de atención.

Hay muchos otros ejemplos que podríamos citar, entre ellos Camboya, España, el Japón, Nueva Zelandia, la República de Corea, Rwanda, el Senegal y Viet Nam.

Muchos de estos países han obtenido buenos resultados porque han aprendido las lecciones de anteriores brotes de SARS, MERS, sarampión, poliomielitis, ebola, gripe y otras enfermedades.

Por eso es vital que todos aprendamos las lecciones que esta pandemia nos está enseñando.

Aunque la respuesta de Alemania fue contundente, también está aprendiendo lecciones.

Celebro el anuncio realizado por la Canciller Angela Merkel durante el fin de semana de que su Gobierno invertirá 4000 millones de euros hasta 2026 para fortalecer el sistema de salud pública de Alemania.

Hago un llamamiento a todos los países para que inviertan en salud pública, y especialmente en atención primaria de la salud, y sigan el ejemplo de Alemania.

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Mañana, el Comité de Examen del Reglamento Sanitario Internacional comenzará su trabajo.

El Reglamento Sanitario Internacional es el instrumento jurídico más importante en materia de seguridad sanitaria mundial.

Como recordatorio, el Comité de Examen evaluará el funcionamiento del RSI desde el inicio de la pandemia hasta la fecha, y recomendará los cambios que considere necesarios.

Examinará la convocatoria del Comité de Emergencia, la declaración de la emergencia de salud pública de importancia internacional, el papel y el funcionamiento de los centros nacionales de enlace para el RSI, y los progresos realizados en la aplicación de las recomendaciones de los anteriores comités de examen del Reglamento Sanitario Internacional.

Los nombres de los miembros del Comité se publicaron ayer en el sitio web de la OMS.

En función de los avances, el Comité puede presentar un informe provisional sobre los progresos realizados en la reanudación de la Asamblea Mundial de la Salud en noviembre, y un informe final a la Asamblea en mayo del año próximo.

El Comité también se comunicará, según sea necesario, con otros órganos de examen, incluidos el Grupo independiente de preparación y respuesta frente a las pandemias y el Comité Independiente de Asesoramiento y Supervisión para el Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.

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Por último, hoy es el primer Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul.

La pandemia y las medidas adoptadas en muchos países para contenerla se han cobrado un gran número de vidas y han afectado gravemente a los medios de subsistencia y las economías.

Sin embargo, también han conllevado algunos beneficios inesperados.

En muchos lugares, hemos visto una disminución significativa de la contaminación del aire. Hemos recordado lo necesitados que han estado nuestros pulmones de aire limpio y no contaminado.

Hemos entrevisto cómo podría ser nuestro mundo.

Y ese es el mundo por el que debemos luchar.

En última instancia, no solo estamos luchando contra un virus. Estamos luchando por un futuro más saludable, más seguro, más limpio y más sostenible.

Gracias.