Alocución de apertura del Director General de la OMS en la conferencia de prensa sobre la COVID-19 del 11 de enero de 2021

11 de enero de 2021
  • Hace un año se notificó la primera muerte por COVID-19 y la OMS publicó su primera serie de orientaciones técnicas. Un año después ha habido casi 2 millones de muertes por el virus de la COVID-19 y, aunque tenemos esperanza en las vacunas seguras y eficaces que se están desarrollando, queremos que el proceso se acelere y que las vacunas se distribuyan equitativamente en las próximas semanas.
  • En la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS de la próxima semana alentaré a todos los países a cumplir sus promesas con respecto a COVAX. La OMS sigue pidiendo a los fabricantes de vacunas de todo el mundo que actúen con rapidez para proporcionar los datos necesarios que nos permitan considerar la utilización de emergencia de dichas vacunas.  
  • Durante el fin de semana, el Japón notificó a la OMS una nueva variante del virus. Lo más importante es que secuenciemos el virus de manera efectiva para saber cómo cambia y cómo responder a él. La semana pasada, la OMS publicó una guía exhaustiva de aplicación y un marco de monitoreo de riesgos para ayudar a los países a establecer programas de secuenciación de alto impacto. Hacemos un llamamiento a todos los países para que aumenten la secuenciación del virus a fin de complementar los esfuerzos de vigilancia, monitoreo y pruebas en curso.
  • Nos congratulamos del viaje a China que un equipo internacional de científicos —integrado por distinguidos expertos de diez instituciones y países— está emprendiendo para participar en la realización y revisión de investigaciones científicas sobre los Buenos días, buenas tardes y buenas noches.


Hace un año se notificó la primera muerte por COVID-19 y la OMS publicó su primera serie de orientaciones técnicas.

Esta exhaustiva serie incluía orientaciones sobre vigilancia, pruebas de laboratorio, prevención y control de infecciones, una lista de verificación de la preparación operativa, comunicación de riesgos y colaboración comunitaria.

Un año después ha habido casi 2 millones de muertes por el virus de la COVID-19 y, aunque tenemos esperanza en las vacunas seguras y eficaces que se están desarrollando, queremos que el proceso se acelere y que las vacunas se distribuyan equitativamente en las próximas semanas.

En la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS de la próxima semana alentaré a todos los países a cumplir sus promesas con respecto a COVAX.

Pido un compromiso colectivo para que en los próximos 100 días se inicie la vacunación de los trabajadores de la salud y de las personas de alto riesgo en todos los países.

Los gobiernos, los fabricantes, la sociedad civil y los dirigentes religiosos y comunitarios deben unirse para crear la mayor movilización masiva de la historia en favor de una vacunación equitativa.                                                      

La OMS sigue pidiendo a los fabricantes de vacunas de todo el mundo que actúen con rapidez para proporcionar los datos necesarios que nos permitan considerar la utilización de emergencia de dichas vacunas.

Me complace que un equipo de la OMS se encuentre actualmente en China trabajando con los productores de las vacunas Sinovac y Sinopharm para evaluar el cumplimiento de las prácticas internacionales de fabricación de calidad con miras a la posible consideración por la OMS del uso de emergencia de dichas vacunas.

Me permito aclarar que esta labor es independiente de la misión de la OMS para determinar los orígenes del virus.

También esperamos con interés que el Instituto Serum de la India presente conjuntos de datos completos para una evaluación rápida, de modo que la OMS pueda determinar si podemos recomendar la vacuna de AstraZeneca para su uso internacional.

Estos son solo un par de ejemplos de la labor que están llevando a cabo la OMS, la Gavi, CEPI y otros asociados con miras a una asignación segura, rápida, equitativa y prudente de las vacunas.

Como he dicho antes y volveré a decir, para salvar vidas, medios de vida y economías se precisa un acuerdo mundial que evite el nacionalismo en relación con las vacunas.

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Durante el fin de semana, el Japón notificó a la OMS una nueva variante del virus.

Cuanto más se extienda el virus, mayor será la probabilidad de que se produzcan nuevos cambios en él.

Lo más destacable es que la transmisibilidad de algunas variantes del virus parece estar aumentando.

Esto puede provocar una oleada de casos y hospitalizaciones, lo cual plantea un gran problema para los trabajadores de la salud y los hospitales, que ya están cerca de sobrepasar el máximo de su capacidad.

Esto es especialmente cierto en los casos en que las medidas sociales y de salud pública ya han fracasado, y puede tener un efecto dominó en otros servicios de salud esenciales.

En la actualidad, las variantes no parecen corresponderse con una mayor gravedad de la enfermedad.

Con los nuevos tratamientos que están en camino, tenemos la esperanza de poder salvar la vida de un mayor número de casos graves de COVID-19.

Sin embargo, necesitamos aplicar los fundamentos de la salud pública ahora más que nunca.

Mantengan la mayor distancia física posible con las demás personas. Mantengan las habitaciones bien ventiladas. Usen mascarilla. Mantengan sus manos limpias. Y tosan tapándose con el codo y lejos de los demás.

Puede que se cansen de oírlo, pero el virus no se cansa de nosotros.

Limitar la transmisión restringe la posibilidad de que se desarrollen nuevas variantes peligrosas.

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Lo más importante es que secuenciemos el virus de manera efectiva para saber cómo cambia y cómo responder a él.

Por ejemplo, aunque las pruebas diagnósticas y las vacunas todavía parecen ser eficaces contra el virus actual, es posible que tengamos que modificarlos en el futuro. 

La semana pasada, la OMS publicó una guía exhaustiva de aplicación y un marco de monitoreo de riesgos para ayudar a los países a establecer programas de secuenciación de alto impacto.

Hacemos un llamamiento a todos los países para que aumenten la secuenciación del virus a fin de complementar los esfuerzos de vigilancia, monitoreo y pruebas en curso.

Y les pedimos también que compartan esos datos a nivel internacional. Esto nos ayuda a entender mejor la situación cuando se identifican variantes preocupantes.

Somos conscientes de que la secuenciación requiere un equipo especializado, una fuerza de trabajo capacitada y una estrecha colaboración entre expertos.

Basándonos en nuestras redes de laboratorios existentes, en la OMS estamos trabajando con los países para mejorar la capacidad de secuenciación, y brindamos nuestro apoyo a todos los países que lo necesitan.

Ello lo hacemos en gran parte a través de nuestra red internacional de laboratorios para el SARS-CoV-2 y la red de laboratorios para la gripe, que han sido un ejemplo de ciencia, soluciones y solidaridad en el último año.

Mañana, el grupo del proyecto de I+D de la OMS convocará a científicos de todo el mundo para establecer las prioridades mundiales de investigación para el año que viene, incluidas las relativas a las variantes y la secuenciación del virus.

Esto se basa en la labor que se viene realizando desde hace un año para definir y ejecutar una hoja de ruta de I+D respecto de la COVID-19.

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Así como esperamos con interés la investigación y el desarrollo de vacunas, continuamos trabajando en la determinación de los orígenes del virus.

Nos congratulamos del viaje a China que un equipo internacional de científicos —integrado por distinguidos expertos de diez instituciones y países— está emprendiendo para participar en la realización y revisión de investigaciones científicas sobre los orígenes del virus junto con sus homólogos chinos.

Quiero dar las gracias a todos los asociados de la GOARN y a los países que apoyan esta misión.

Se trata de Alemania, Australia, Dinamarca, Estados Unidos de América, Kenya, Japón, Países Bajos, Qatar, Rusia, Sudán, Reino Unido y Vietnam, así como nuestros colegas de China.

Se emprenderán estudios en Wuhan para identificar la posible fuente de infección de los primeros casos.

Las pruebas científicas impulsarán las hipótesis, que luego sentarán las bases para estudios posteriores a largo plazo.

Esto es importante no solo para la lucha contra la COVID-19, sino también para el futuro de la seguridad sanitaria mundial y para gestionar las amenazas de enfermedades emergentes potencialmente pandémicas.

Compartiremos más información a medida que la tengamos, pero demos a este equipo de científicos el espacio necesario para trabajar eficazmente con sus homólogos chinos y deseémosles lo mejor.

Gracias.