Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
La erupción volcánica acaecida cerca de Tonga y el maremoto posterior requieren una respuesta urgente.
Con el corte de las telecomunicaciones, la OMS está sobre el terreno en Tonga para ayudar a coordinar la respuesta canalizando información entre los organismos de las Naciones Unidas, los asociados del sector humanitario y el Gobierno de Tonga.
Todavía estamos recabando información sobre el grado de destrucción, pero la OMS hará todo lo posible por apoyar al pueblo y al Gobierno de Tonga.
Yo mismo visité Tonga en 2019. Soy consciente de la vulnerabilidad del país a los desastres naturales y a la crisis climática, pero también de la resiliencia y el ingenio de sus habitantes.
Haremos todo lo que esté en nuestras manos para apoyar a Tonga.
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La variante ómicron continúa arrasando el mundo.
La semana pasada se notificaron más de 18 millones de casos.
El número de muertes se mantiene estable por el momento, pero nos preocupan los efectos que esta variante tiene en unos trabajadores de la salud ya agotados y unos sistemas de salud sobrecargados.
En algunos países, el número de casos parece haber llegado al cénit, lo que da esperanza de que lo peor de esta última ola haya pasado, pero ningún país está fuera de peligro todavía.
Sigo particularmente preocupado por muchos países con bajas tasas de vacunación, puesto que el riesgo de padecer una forma grave de la enfermedad o de morir es mayor si no se está vacunado.
La variante ómicron quizá sea menos grave, en promedio por supuesto, pero el discurso de que provoca una enfermedad leve es engañoso, perjudica la respuesta general y cuesta más vidas.
No se equivoquen, la ómicron también provoca ingresos hospitalarios y muertes, y además los casos menos graves están anegando los establecimientos de salud.
La circulación del virus todavía es demasiado intensa y muchas personas aún son vulnerables.
En muchos países las próximas semanas serán realmente cruciales para los trabajadores y los sistemas de salud.
Insto a todas las personas a hacer todo lo posible para reducir el riesgo de infección y de ese modo contribuir a aligerar la presión a la que está sometido el sistema.
Ahora no es el momento de rendirse y ondear la bandera blanca.
Todavía podemos reducir considerablemente los efectos de la ola actual compartiendo y utilizando herramientas de salud de manera efectiva y aplicando las medidas sociales y de salud pública que sabemos que funcionan.
Es un orgullo para mí anunciar que COVAX entregó su mil millonésima dosis durante el fin de semana.
Ni que decir tiene, no es suficiente y deberíamos hacer más.
Con el auge de la variante ómicron, sigue siendo más importante que nunca hacer llegar las vacunas a las personas que no están vacunadas.
Puede que las vacunas sean menos eficaces para prevenir la infección por la variante ómicron y su transmisión que con las variantes anteriores, pero aún así son excepcionalmente buenas para prevenir la forma grave de la enfermedad y la muerte.
Este factor es crucial para evitar que los hospitales se vean desbordados.
Gracias a los esfuerzos de miles de científicos y expertos de todo el mundo hemos podido rastrear nuevas variantes como la ómicron y la evolución de este virus en tiempo real.
Se han presentado a GISAID, que se estableció inicialmente para rastrear la gripe, más de 7 millones de secuencias genómicas completas procedentes de 180 países.
Esta pandemia dista mucho de haberse terminado y con el extraordinario aumento del número de casos afectados por la variante ómicron en todo el mundo, es probable que surjan nuevas variantes, por lo que es fundamental mantener el seguimiento y evaluación de los casos.
Se están desarrollando y evaluando nuevas formulaciones de vacunas para determinar su funcionamiento contra la variante ómicron y otras cepas.
Me preocupa que, a menos que cambiemos el modelo actual, entremos en una segunda fase aún más destructiva de inequidad vacunal.
Necesitamos garantizar que las vacunas disponibles actualmente se comparten de forma equitativa y que se instaura la fabricación distribuida en todo el mundo.
Solo derrotaremos este virus si colaboramos y compartimos herramientas de salud equitativamente. Es así de sencillo.
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El viernes la OMS recomendó dos nuevos tratamientos contra la COVID-19, basándose en los datos de siete ensayos, lo que aumenta de nuevo el arsenal de herramientas para combatir las formas graves de la enfermedad y la posibilidad de morir: un medicamento para la artritis reumatoide llamado baricitinib y un anticuerpo monoclonal denominado sotrovimab.
Una vez más, el problema es que los altos precios y la oferta limitada llevan a que el acceso a esos medicamentos sea limitado.
La OMS colabora con sus asociados en el Acelerador ACT para negociar con los fabricantes precios más bajos y garantizar que haya suministro en los países de ingresos bajos y medianos.
Instamos a los fabricantes a que utilicen el Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID-19, establecido por la OMS, para compartir tecnología, conocimientos técnicos y concesiones voluntarias de licencias con el fin de facilitar el aumento de la capacidad de producción en todo el mundo, lo que permitiría salvar un mayor número de vidas.
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Las Directrices de la OMS sobre el manejo clínico de la COVID-19 han sido fundamentales para los responsables de formular políticas y los trabajadores de la salud, ya que les han permitido acceder a la información más reciente sobre la mejor manera de tratar a los pacientes con COVID-19.
El intercambio de datos clínicos sigue siendo fundamental para que la OMS pueda generar pruebas científicas actualizadas sobre la variante ómicron.
La OMS invita a todos los Estados Miembros, establecimientos de salud y redes de investigación a que contribuyan voluntariamente a la Plataforma Clínica Mundial de la OMS sobre la COVID-19, disponible a través de nuestro sitio web.
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La próxima semana, el Consejo Ejecutivo de la OMS, integrado por 34 Estados Miembros, se reunirá para deliberar sobre los desafíos mundiales en materia de salud.
La pandemia seguirá ocupando un lugar prioritario, especialmente cómo encontrar la manera más eficaz de compartir pruebas, tratamientos y vacunas equitativamente y de cumplir la meta vacunal del 70 por ciento para julio de 2022.
Ahora bien, los efectos de la pandemia en otros problemas de salud también han sido devastadores y los Estados miembros debatirán cómo podemos detener la regresión y recuperarnos juntos.
La OMS trabajará para acelerar el avance de las negociaciones en torno a un acuerdo sobre la pandemia, así como la financiación sostenible.
Si nos tomamos en serio el fortalecimiento de los sistemas de salud, la preparación para futuras pandemias y la lucha contra la letanía de desafíos de salud a los que nos enfrentamos colectivamente en un mundo en calentamiento, la OMS y toda la infraestructura mundial de salud tendrán que estar financiadas de manera sostenible.
En todos los informes de la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, el Grupo Independiente de Preparación y Respuesta frente a las Pandemias y el Comité de Examen acerca del funcionamiento del Reglamento Sanitario Internacional se ha reconocido la necesidad de una financiación previsible y sostenible en todos los niveles de la Organización.
No necesitamos más informes ni discursos, ahora es el momento de establecer un financiamiento que se ajuste a los desafíos de salud de nuestro tiempo.
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Este es el Mes de Concienciación sobre el Cáncer de Cuello Uterino y me complace constatar que se están realizando actos y actividades de promoción.
Ayer, Serbia anunció que este año introduciría la vacunación contra el papilomavirus humano, o VPH, el patógeno responsable del 99% de los cánceres de cuello uterino.
De este modo, Serbia pasa a ser uno de los 116 países de todo el mundo que ya vacunan contra este virus cancerígeno.
Y mi hermana la Princesa Dina Mired, integrante del Grupo de Expertos de la OMS para la Eliminación del Cáncer de Cuello Uterino, celebró el aniversario de la estrategia mundial de la OMS exhortando al establecimiento de un enfoque integral para la vacunación, la detección y el tratamiento de esa enfermedad.
La princesa Mired concluyó acertadamente que la eliminación del cáncer de cuello uterino, además de ser posible desde el punto de vista económico, constituye también un uso inteligente de los recursos.
Christian, le devuelvo la palabra.
Gracias.