Buenos días.
Quisiera empezar dando las gracias a los Estados Miembros por la sesión informativa de la semana pasada.
Resultó estimulante escuchar lo que tenían para contar China, el Japón, la República de Corea y Singapur acerca de sus respectivas experiencias y las lecciones que han extraído de ellas.
Tenemos prevista otra sesión informativa parecida dentro de unas semanas, en la que se expondrán aún más experiencias, de Europa y otras regiones.
Como dije en la rueda de prensa de ayer, se trata de un nuevo virus y de la primera pandemia causada por un coronavirus, dos circunstancias sin precedentes.
Estamos aprendiendo sobre la marcha, revisando la información científica disponible y adaptando nuestras recomendaciones en consecuencia.
En uno o dos días, llegaremos a más de un millón de casos confirmados de COVID-19 en todo el mundo y 50 000 muertes.
Este virus, que hace tres meses no conocíamos, ha puesto de manifiesto las deficiencias e inequidades de nuestros sistemas de salud y sociedades, nuestra falta de preparación y las carencias de nuestras cadenas de suministro y otros sistemas esenciales.
Debemos preparar nuestros sistemas de salud para enfrentarse a un elevado número de casos, manteniendo al mismo tiempo los servicios de salud esenciales.
Sabemos que si los sistemas de salud se ven desbordados, la mortalidad de enfermedades prevenibles por vacunación y otras afecciones tratables aumentará drásticamente.
Las carencias de los servicios de salud esenciales pueden provocar muchas más muertes que el propio coronavirus.
La OMS ha publicado recientemente unas orientaciones sobre el mantenimiento de los servicios de salud esenciales durante la respuesta a la COVID-19.
Se trata de una de las más de 40 orientaciones detalladas y basadas en información científica publicadas para guiar a los países en la planificación de la respuesta.
Todos los días entablamos numerosas discusiones con nuestras amplias redes de expertos para perfeccionar estas orientaciones incorporando los mejores conocimientos científicos.
Nuestras ruedas de prensa nos brindan una excelente oportunidad para resaltar los principales mensajes que queremos trasladar al mundo en general, pero no pueden remplazar la orientación técnica. Instamos a todos los países a que lean y apliquen estas orientaciones.
Somos conscientes asimismo de la necesidad de adaptar nuestras orientaciones a diferentes entornos, especialmente en las comunidades más pobres y vulnerables.
Por ejemplo, recomendamos el lavado de manos y el distanciamiento físico, pero sabemos que hacen falta soluciones innovadoras para las comunidades que carecen de agua potable o viven en condiciones de hacinamiento.
La OMS, el UNICEF y la Federación Internacional de la Cruz Roja piden a los países que establezcan estaciones públicas y gratuitas de higiene de manos en zonas que carezcan de acceso a agua y desinfectante.
Ya estamos comprobando los efectos económicos y sociales de esta pandemia en los países de altos ingresos. En las comunidades pobres, esos efectos podrían ser aún más graves y duraderos.
Estamos pidiendo a los gobiernos que establezcan una red de protección social que garantice el acceso de las personas vulnerables a alimentos y otros bienes esenciales durante esta crisis.
La OMS, el Banco Mundial y el FMI han llamado conjuntamente a aliviar la deuda de los países en desarrollo para que puedan aplicar esas medidas.
Me complace comunicar que nuestros esfuerzos de investigación y desarrollo avanzan con rapidez.
El ensayo Solidaridad, que está evaluando posibles tratamientos para la COVID-19, ya ha atraído a 74 países, que se han sumado al ensayo o lo están haciendo.
Más de 200 pacientes han sido asignados aleatoriamente a uno de los brazos del estudio.
Hace dos meses, establecimos nuestro primer Plan Estratégico de Preparación y Respuesta, con una petición inicial de US$ 675 millones para los primeros tres meses de la respuesta.
Me complace anunciar que los fondos recibidos y los prometidos ascendían ayer a US$ 677 millones.
De esa suma, US$ 300 millones han sido recibidos o prometidos para las actividades de la OMS y el resto ha sido entregado a los asociados o destinados a actividades bilaterales.
Quiero dejar constancia de mi profunda gratitud a todos los Estados Miembros y asociados por su generosidad y solidaridad.
Sin embargo, la pandemia es ahora, como saben, mucho mayor que a principios de febrero y las necesidades también han aumentado considerablemente en todo el mundo.
La OMS y sus asociados necesitarán mucho más apoyo en las semanas y meses venideros, y contamos con el apoyo constante de los gobiernos, el sector privado y la comunidad mundial.
Estamos ultimando el segundo Plan Estratégico de Preparación y Respuesta y en breve les presentaremos más detalles al respecto.
La OMS tiene la determinación de trabajar con todos los Estados Miembros para ayudarles a salvar vidas, aportándoles la mejor información científica.
Muchas gracias.