Alocución del Director General de la OMS en la rueda de prensa para las misiones diplomáticas sobre la COVID-19 celebrada el 26 de febrero de 2020‎

25 de febrero de 2020

Excelencias, queridos colegas y amigos,‎

En primer lugar les deseo los buenos días y les doy la bienvenida a ‎nuestra sesión de información semanal sobre la misión para la ‎COVID 19. Me alegro de que sigamos celebrando periódicamente ‎estas sesiones informativas. ‎

Han cambiado muchas cosas desde que les informamos el miércoles ‎pasado, lo que muestra la rápida evolución de esta epidemia.‎

A fecha de hoy, a las 6 de la mañana (hora de Ginebra), China ha ‎‎notificado a la OMS 78 190 casos, entre ellos 2718 víctimas mortales.‎

Ayer, solo se notificaron 10 nuevos casos en China fuera de la ‎provincia de Hubei.‎

Eso no significa que podemos confiarnos en exceso. Debemos seguir ‎vigilando la epidemia atentamente.‎

El lunes, la misión conjunta OMS-China concluyó su visita y entregó ‎su informe.‎

Como ustedes también saben, el equipo ha viajado a diferentes ‎provincias y a la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote.‎

El equipo ha realizado diversas constataciones sobre la ‎transmisibilidad del virus, la gravedad de la enfermedad y el ‎resultado de las medidas adoptadas.‎

Ha constatado que la epidemia alcanzó su pico y su nivel estable ‎entre el 23 de enero y el 2 de febrero, y que desde entonces ha ‎estado disminuyendo constantemente.‎

Ha descubierto que no ha habido ningún cambio significativo en el ‎ADN del virus.‎

El equipo también considera que las medidas adoptadas en China ‎han evitado un gran número de casos. ‎

En el informe figura una gran cantidad de información adicional, se ‎plantean preguntas para las que todavía no tenemos respuestas y se ‎presentan 22 recomendaciones.‎

En todo caso, el mensaje fundamental que debería aportar ‎esperanza, ánimo y confianza a todos los países es que la ‎propagación del virus puede contenerse.‎

De hecho, son muchos los países que han conseguido exactamente ‎eso. 14 países que han tenido casos no han notificado ningún nuevo ‎caso durante más de una semana y, lo que es más importante, nueve ‎no han notificado ningún nuevo caso durante más de dos semanas: ‎Bélgica, Camboya, la Federación de Rusia, Filipinas, Finlandia, la ‎India, Nepal, Sri Lanka y Suecia.‎

Eso no significa que no vayan a producirse más casos en esos países, ‎pero sí que se ha contenido la propagación de los casos anteriores. ‎

Fuera de China, se cuentan actualmente 2790 casos en 37 países, y 44 ‎víctimas mortales.‎

Ayer, el número de nuevos casos notificados fuera de China superó ‎por primera vez el número de nuevos casos en China. ‎

Es muy preocupante el repentino aumento en el número de casos en ‎Italia, la República Islámica del Irán y la República de Corea.‎

En estos momentos hay casos relacionados con el Irán en Bahrein, el ‎Iraq, Kuwait y Omán.‎

También hay casos relacionados con Italia en Alemania, Argelia, ‎Austria, Croacia, España y Suiza.‎

Ayer llegó a Roma un equipo conjunto de la OMS y el Centro Europeo ‎para la Prevención y el Control de las Enfermedades para examinar ‎las medidas de salud pública puestas en marcha y prestar apoyo ‎técnico.‎

Este fin de semana un equipo de la OMS viajará al Irán para prestar ‎su apoyo al país.‎

El aumento en el número de casos fuera de China ha llevado a ‎algunos medios de comunicación y políticos a presionar para que se ‎declare una pandemia. No deberíamos precipitarnos a declarar una ‎pandemia sin un análisis cuidadoso y claro de los hechos. ‎

La OMS ya ha declarado que la epidemia constituye una emergencia ‎de salud pública de importancia internacional, es decir, nuestro ‎mayor nivel de alarma.‎

Utilizar el término «pandemia» de forma negligente no tiene ningún ‎beneficio real y sí un riesgo importante de que aumenten el miedo y ‎el estigma de manera innecesaria e injustificada y de que se paralice ‎el sistema.‎

Declarar una pandemia podría entenderse además como que hemos ‎llegado al punto en que no podemos contener la propagación del ‎virus, lo cual no es cierto. Estamos en medio de un combate que ‎podemos ganar si hacemos lo que es debido.‎

Obviamente, no dudaremos en utilizar el término «pandemia» si ‎llegase describir correctamente la situación del momento.‎

Estamos vigilando la evolución de la epidemia las 24 horas del día y ‎colaborando con expertos internos y externos en la materia. ‎

Por el momento, no estamos presenciando una transmisión continua ‎e intensa de la enfermedad en la comunidad, ni muertes ni síntomas ‎graves a gran escala.‎

China tiene menos de 80 000 casos en una población de 1400 ‎millones de personas. En el resto del mundo hay 2790 casos en una ‎población de 6300 millones.‎

No me malinterpreten: no estoy restando importancia a la gravedad ‎de la situación, o a la posibilidad de que se convierta en una ‎pandemia, porque tiene la capacidad de hacerlo. ‎

Todo puede ocurrir. ‎

Es más, estamos diciendo que el virus tiene potencial pandémico y ‎que la OMS está proporcionando los instrumentos necesarios a cada ‎país para que se prepare en consecuencia.‎

El objetivo principal de todos los países con casos debe ser contener ‎la propagación del virus. Como les he comentado, hay nueve países ‎que no han notificado nuevos casos durante dos semanas. En eso es ‎en lo que debemos centrarnos: en intentar contener la propagación ‎de la enfermedad.‎

Al mismo tiempo, todos los países, con o sin casos, deben prepararse ‎para una posible pandemia.‎

Todos los países deben estar preparados para detectar los casos a ‎tiempo, aislar a los pacientes, localizar a los contactos, proporcionar ‎atención clínica de calidad, prevenir brotes hospitalarios y evitar la ‎transmisión en la comunidad.‎

Hay tres prioridades:‎

En primer lugar, todos los países deben dar prioridad a la protección ‎de los profesionales sanitarios.‎

En segundo lugar, debemos hacer que las comunidades participen en ‎la protección de las personas que más riesgo corren de caer ‎gravemente enfermas, en particular las personas de edad y las ‎personas con problemas de salud subyacentes. ‎

Y en tercer lugar, debemos proteger a los países más vulnerables ‎haciendo todo lo posible para contener la epidemia en aquellos ‎países con capacidad para hacerlo.‎

Para apoyar a los países, la OMS ha publicado directrices de ‎planificación operacional para ayudarles en la preparación y ‎respuesta. ‎

Esas directrices proporcionan una guía paso a paso, con acciones ‎concretas en ocho ámbitos o pilares:‎

Coordinación, planificación y vigilancia a nivel de país;‎

Comunicación de los riesgos y participación de la comunidad;‎

Vigilancia, equipos de respuesta rápida e investigación de casos;‎

Puntos de entrada;‎

Laboratorios nacionales;‎

Prevención y control de infecciones;‎

Tratamiento de casos;‎

Y logística y apoyo operacional.‎

En las directrices también figuran indicadores principales de ‎rendimiento así como los recursos que se calcula que serán ‎necesarios para la preparación y respuesta ante un grupo de hasta ‎‎100 casos. ‎

Para complementar esas directrices operacionales, también hemos ‎publicado orientaciones técnicas en muchos de esos ámbitos, las ‎cuales están disponibles en nuestro sitio web.‎

El sábado celebré una sesión informativa con ministros de salud de ‎países de la Unión Africana. En la actualidad hay 41 países cuyos ‎laboratorios pueden realizar pruebas de COVID-19 utilizando los kits ‎de laboratorio suministrados por la OMS. Estamos trabajando en el ‎envío de suministros a los demás países de la Unión Africana. Al ‎principio solo había un país capaz de realizar esa prueba de ‎laboratorio y ahora hay 41, pero debemos asegurarnos de que todos ‎los países tienen esa capacidad.‎

También me complace anunciar que hemos nombrado a seis ‎enviados especiales para la COVID-19, cuyo cometido será brindar ‎asesoramiento estratégico y realizar tareas de promoción y ‎colaboración política de alto nivel en distintas partes del mundo:‎

La profesora Maha El Rabbat, ex Ministra de Salud de Egipto;‎

El Dr. David Nabarro, ex Asesor Especial del Secretario General de las ‎Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible;‎

El Dr. John Nkengasong, Director de los Centros Africanos para el ‎Control y la Prevención de Enfermedades;‎

La Dra. Mirta Roses, ex Directora Regional de la OMS para ‎las Américas, OPS; ‎

El Dr. Shin Young-soo, ex Director Regional de la OMS para el Pacífico ‎Occidental;‎

Y el profesor Samba Sow, Director General del Centro de Desarrollo ‎de Vacunas en Malí.‎

También seguimos reforzando nuestra coordinación con el equipo de ‎gestión de crisis de las Naciones Unidas. Ayer se reunió el Grupo ‎Asesor Estratégico sobre Peligros Infecciosos, y esta tarde tendremos ‎nuestra llamada semanal con el grupo informal de expertos que ‎hemos constituido para asesorarnos.‎

Quisiera dar las gracias a todos los países y asociados que han ‎contribuido al Plan Estratégico de Preparación y Respuesta y al Fondo ‎para Contingencias relacionadas con Emergencias: Alemania, el ‎Canadá, Dinamarca, Eslovaquia, Francia, Irlanda, el Japón, Kuwait, ‎Noruega, los Países Bajos, el Reino Unido, la República Checa, Suecia, ‎la Unión Europea, la Fundación Bill y Melinda Gates, Vital Strategies y ‎Resolve to Save Lives.‎

También reconocemos la generosa promesa de apoyo del Gobierno ‎de los Estados Unidos para ayudar a China y a otros países afectados ‎a combatir y contener la COVID-19.‎

Estamos trabajando para distribuir esos fondos lo más rápidamente ‎posible a los países que hemos comprobado que más lo necesitan. ‎

La mayoría de las contribuciones realizadas hasta ahora son ‎promesas de contribuciones, por lo que en lugar de esperar a recibir ‎los fondos, estamos utilizando nuestro propio mecanismo interno de ‎préstamos para acelerar la distribución del dinero.‎

Esperamos recibir el dinero prometido lo antes posible ya que ‎nuestros fondos son limitados.‎

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos es que ‎demasiados países afectados todavía no comunican información ‎sobre la epidemia a la OMS. ‎

La OMS no puede proporcionar una orientación adecuada en materia ‎de salud pública sin datos desglosados y listas detalladas.‎

Estamos en contacto directo con diversos ministros y se están ‎produciendo ciertas mejoras, pero instamos a todos los países a que ‎comuniquen esa información a la OMS inmediatamente. ‎

Excelencias, queridos colegas y amigos,‎

No estamos luchando solo para contener una epidemia y salvar ‎vidas. Estamos luchando también para contener los daños sociales y ‎económicos que podría causar una pandemia.‎

Estamos trabajando con el Banco Mundial y el FMI para calcular las ‎consecuencias económicas que podría tener la epidemia y desarrollar ‎una estrategia y unas soluciones políticas para su atenuación. ‎Mantenemos un contacto continuo con los jefes de las dos ‎organizaciones.‎

Una vez más, es el momento de que el mundo se muestre solidario: ‎política, técnica y financieramente. ‎

Es la única manera de prevenir infecciones y salvar vidas. ‎

Gracias de nuevo por acompañarnos.‎