Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa para las misiones diplomáticas sobre la COVID-19 celebrada el 4 de marzo de 2020

3 de marzo de 2020

Excelencias, estimados colegas y amigos:

Buenos días y bienvenidos una vez más a nuestra sesión informativa semanal sobre la COVID-19.

Sin embargo, antes de empezar a hablar sobre la COVID-19 quisiera decir unas palabras sobre el ebola, el otro frente que tenemos abierto.

Llevamos ya más de dos semanas sin un solo caso de ebola, el periodo más largo desde que comenzó el brote, y ahora mismo no hay ningún paciente en tratamiento.

Nos encontramos ya en la cuenta atrás para el fin del brote. Si no hay más casos, esperamos que el gobierno de la República Democrática del Congo lo declare terminado el 12 de abril.

Todavía podría haber sorpresas, por supuesto, teniendo en cuenta la situación en materia de seguridad, pero no hemos relajado nuestra vigilancia y haremos todo cuanto esté en nuestra mano por seguir la evolución de la situación.

El objetivo aún no se ha logrado, y mientras sea así seguirán en pie todas las medidas de respuesta.

Tan solo en el día de ayer se investigaron 5262 alertas, se analizaron 304 muestras y 189 personas fueron vacunadas contra el ebola.

Pero como saben, al tiempo que el brote de ebola pierde fuerza, la epidemia de COVID-19 se vuelve cada vez más compleja.

Hasta el momento se han notificado en total 92 943 casos de COVID-19 en todo el mundo, y 3160 víctimas mortales.

En las últimas 24 horas China ha notificado 120 casos. La mayoría de ellos siguen registrándose en la provincia de Hubei.

Fuera de China se han notificado 2075 casos en 35 países. Cerca del 90% de esos casos proceden únicamente de tres países.

En estos momentos la OMS tiene a un equipo sobre el terreno en la República Islámica del Irán para entregar suministros y prestar apoyo al Gobierno en su respuesta.

Quisiera expresar un agradecimiento especial al Príncipe Heredero, el Jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan, de los Emiratos Árabes Unidos, por el apoyo que ha prestado a la misión.

Como saben, la OMS ha elevado su evaluación del riesgo de propagación e impacto de la COVID-19 a nivel mundial a «muy alto».

Como he dicho anteriormente, se trata de un virus que tiene un gran impacto sobre la salud pública y la economía y graves implicaciones sociales y políticas.

Sin embargo, lo que tenemos ante nosotros en estos momentos son una serie de epidemias interrelacionadas en diversos países, en las que la mayoría de los casos todavía se pueden rastrear hasta contactos o grupos de casos conocidos, aunque en algunos países comienza a haber signos de transmisión comunitaria.

Nuestra posición sigue siendo que la contención de la COVID-19 debe ser la máxima prioridad para todos los países, aunque al mismo tiempo deben prepararse para una transmisión comunitaria sostenida.

Por esa razón recomendamos adoptar un enfoque integral.

Si los países adoptan medidas agresivas con prontitud, pueden detener la transmisión y salvar vidas.

La OMS seguirá proporcionando orientaciones basadas en pruebas científicas para ayudar a los países y a las personas a evaluar y gestionar los riesgos y a tomar decisiones.

No hay un criterio único que valga para todos. Los distintos países se encuentran en situaciones diferentes.

En 119 países no se ha detectado ningún caso, y en 47 de los 75 países en los que se han detectado se trata de 10 casos o menos.

Algunos países acaban de notificar sus primeros casos.

Algunos tienen grupos de casos, con transmisión entre familiares y otros contactos cercanos.

Algunos se encuentran con epidemias que se propagan con rapidez y en las que hay indicios de transmisión comunitaria.

Y algunos se encuentran con epidemias en retroceso y llevan más de dos semanas sin notificar ningún caso.

Algunos países se enfrentan a más de uno de estos escenarios al mismo tiempo.

La OMS está asesorando a los países sobre las medidas que pueden adoptar en cada uno de los escenarios de las «tres P»: primer caso, primer grupo, primera prueba de transmisión comunitaria.

Las medidas básicas son las mismas en todos los escenarios, aunque el énfasis cambia dependiendo del escenario en el que se encuentre cada país.

El mensaje que queremos transmitir a todos los países es: esto no es una calle de un solo sentido. Podemos hacer que este virus retroceda.

Las medidas que adopte ahora cada país determinarán la evolución de su brote.

Esta debe ser una de las máximas prioridades para todos los países.

Nos preocupa que el nivel de voluntad política existente en algunos países no se corresponda con el nivel de la amenaza a la que nos enfrentamos.

Ayer hablé con el Presidente Sebastián Piñera, de Chile, sobre el trabajo que está realizando su Gobierno para garantizar la seguridad de su pueblo, a pesar de que en ese momento no había ningún caso en su país.

Ahora Chile ya tiene su primer caso, pero estoy convencido de que gracias al liderazgo del Presidente están bien preparados para contener el brote.

Esta es la clase de compromiso político que necesitamos en todos los países, una movilización de todo el gobierno antes incluso de que lleguen los primeros casos, y una actuación enérgica y perseverante cuando estos lleguen.

La misión conjunta OMS-China ha publicado ya su informe, que contiene una gran cantidad de información y 22 recomendaciones dirigidas a China, los países afectados y los no afectados, la comunidad internacional y el público en general.

En el informe se hace un llamamiento a todos los países para que eduquen a sus respectivas poblaciones; amplíen las medidas de vigilancia; detecten, aíslen y atiendan todos los casos; rastreen todos los contactos; y adopten un enfoque en el que participen todas las instancias gubernamentales y sociales, ya que el ministerio de salud no puede hacerse cargo por sí solo de esta tarea.

La OMS sigue coordinando la respuesta mundial.

Hemos enviado casi medio millón de equipos completos de protección personal a 27 países, pero las existencias se están agotando rápidamente.

Estamos trabajando con los gobiernos, los fabricantes y la Red Mundial de Cadena de Suministro contra la Pandemia con el fin de incrementar la producción y asegurar los suministros necesarios para los países que se encuentran en situación crítica o de riesgo.

Hemos enviado también cientos de miles de pruebas de laboratorio a países de todas las regiones.

Estamos colaborando estrechamente con el Foro Económico Mundial para fortalecer el apoyo que recibe la respuesta por parte del sector privado, tanto en el ámbito de la salud como en otros.

Hoy mismo mantendré una comunicación con 500 directores y otros altos ejecutivos para hablar de las medidas que pueden adoptar ellos para proteger a su personal, asegurar la continuidad del negocio y apoyar la respuesta global.

Más de 130 000 personas han recibido formación sobre diversos aspectos de la respuesta a la COVID-19 gracias a los cursos en línea de nuestra plataforma OpenWHO.org, que se encuentran disponibles en los seis idiomas de las Naciones Unidas y en portugués. Más de 15 países han traducido los cursos a sus idiomas nacionales.

Hemos publicado orientaciones detalladas para ayudar a los países, las empresas y los particulares a gestionar los riesgos que afrontan.

Ayer celebramos nuestra primera reunión con los enviados especiales que hemos nombrado recientemente, y puedo decir que me ha impresionado su compromiso y que aguardo con interés las contribuciones que van a realizar en sus respectivos contextos regionales.

Algunos de ellos se encuentran hoy con nosotros, y es una satisfacción para mí darles la bienvenida:

La profesora Dra. Maha El Rabbat, ex Ministra de Salud de Egipto;

El Dr. David Nabarro, ex Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los ODS;

El Dr. Shin Young-soo, ex Director Regional de la OMS para el Pacífico Occidental;

Y el profesor Samba Sow, Director General del Centro de Desarrollo de Vacunas en Malí y ex Ministro de Salud del país.

Nuestros otros dos enviados especiales no han podido acompañarnos hoy:

El Dr. John Nkengasong, Director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades;

Y la Dra. Mirta Roses, ex Directora Regional de la OMS para las Américas.

También nos sentimos alentados por los signos de apoyo financiero que está recibiendo la respuesta.

Hasta el momento se han anunciado promesas de contribuciones por valor de US$ 289 millones para el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la OMS. Damos las gracias a todos los Estados Miembros y a todos los asociados que han contribuido.

Mis colegas les darán más información sobre nuestro plan de preparación y respuesta al nivel de los países.

Nos complace que el Banco Mundial haya comprometido US$ 12 000 millones para respaldar la prevención e interrupción de la transmisión en los países de riesgo.

Parte de estos fondos se destinarán al Plan Estratégico de Preparación y Respuesta, pero también se invertirán en la preparación a largo plazo.

A pesar de la grave amenaza que representa la COVID-19 en estos momentos, es absolutamente esencial que los países no desaprovechen la oportunidad de reforzar sus sistemas de preparación.

También estamos trabajando con el Banco Mundial y con el Fondo Monetario Internacional para estimar el impacto económico de la epidemia.

Excelencias, amigos, colegas,

Este virus no es el SRAS, ni el MERS, ni tampoco la gripe. Las características propias de este virus nos dan la oportunidad de cortar las cadenas de transmisión y contener su propagación.

En el peor de los casos, podemos frenar su propagación y ganar tiempo.

Ese tiene que seguir siendo nuestro principal objetivo.

Muchas gracias.