Alocución de apertura del Director General de la OMS en la Reunión Ministerial Extraordinaria: una vacuna para todos

16 de abril de 2021

Su Excelencia, Munir Akram, Presidente del ECOSOC, 

Su Excelencia Volkan Bozkır, Presidente de la Asamblea General, 

Dra. Ngozi Okonjo-Iweala, Directora General de la Organización Mundial del Comercio, 

Excelencias, queridos colegas y amigos: 

Es un honor unirme hoy a ustedes , tanto en nombre del Secretario General António Guterres como en el de la OMS. 

La reunión de hoy no podría ser más oportuna. Tenemos las herramientas para acabar con esta pandemia, pero también nos enfrentamos a un resurgimiento mundial. 

Hay un aumento alarmante de casos y muertes en todo el mundo. 

El número de nuevos casos por semana casi se ha duplicado en los últimos dos meses. 

Nos estamos acercando a la mayor tasa de infección registrada hasta ahora durante la pandemia. 

Esto se debe a varias razones: la rápida propagación de las variantes, el uso incoherente y la relajación prematura de las medidas de salud pública, el comprensible cansancio de las poblaciones con restricciones sociales y la dramática desigualdad en la cobertura de las vacunas. 

La equidad en las vacunas es el reto de nuestro tiempo. Y estamos fracasando. 

Se han administrado más de 832 millones de dosis de vacunas en todo el mundo, pero más del 82% han ido a parar a países de ingresos altos o medios altos, mientras que los países de renta baja solo han recibido el 0,2%. 

De media, en los países de ingresos altos, más de una de cada cuatro personas han sido vacunadas. En los países de bajos ingresos, esta proporción es de casi una de cada 500. Permítanme repetirlo: una de cada cuatro frente a una de cada 500. 

La distribución no equitativa de las vacunas no es solo un escándalo moral, sino que también es autodestructiva desde el punto de vista económico y epidemiológico. 

A más transmisión, más variantes. Y cuantas más variantes surjan, más probable es que estas puedan burlar las vacunas. 

Y mientras el virus esté circulando en cualquier lugar, más larga será la recuperación mundial. 

No podemos repetir los errores del pasado. Cuando el VIH apareció hace 40 años se desarrollaron antirretrovíricos que salvaban vidas, pero pasó más de un decenio antes de que los pobres del mundo tuvieran acceso a dicho tratamiento. 

Cuando estalló la pandemia de gripe por el virus H1N1 hace 12 años, se desarrollaron y aprobaron vacunas, pero para cuando los pobres del mundo tuvieron acceso a ellas, la pandemia había terminado.

 Para evitar que esto se repitiera, la OMS y sus asociados crearon el Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19 y el pilar de COVAX relativo a las vacunas. No debemos cometer el mismo error. 

Y hemos demostrado que COVAX funciona. Hasta ahora, hemos distribuido vacunas a 110 países y economías.

Sin embargo, esto no es suficiente ni de lejos. A estas alturas, esperábamos haber distribuido más de 100 millones de dosis, pero hasta ahora solo hemos podido distribuir 40 millones.

Algunos países que esperaban recibir vacunas a través de COVAX no han recibido nada; ninguno ha recibido dosis suficientes, y ahora algunos países no están recibiendo la segunda ronda de asignaciones a tiempo, lo que pone en peligro sus planes para administrar las vitales segundas dosis. 

El problema no es la distribución de vacunas por parte de COVAX; el problema es que COVAX las obtenga. 

Se necesitan más fondos, pero el dinero no sirve de nada si no hay vacunas que comprar. 

Sabemos que algunos países y empresas planean hacer sus propias donaciones bilaterales de vacunas obviando a COVAX por sus propias razones políticas o comerciales. 

La escasez de suministro está impulsando estos acuerdos bilaterales, que solo aumentan la desigualdad en materia de vacunas. 

Este es el momento de la colaboración, no del patrocinio. 

La OMS, la Gavi, la CEPI y sus otros asociados de COVAX están trabajando día y noche para encontrar formas de acelerar la producción y el suministro. 

La OMS y sus asociados han creado un grupo de trabajo para la fabricación en el marco de COVAX con el fin de aumentar el suministro a corto plazo y crear una plataforma para la fabricación sostenible de vacunas que apoye la seguridad sanitaria regional. 

Esta semana también me he unido a los debates organizados por la Unión Africana y mi hermana Ngozi en la Organización Mundial del Comercio sobre cómo aumentar rápidamente la producción. 

Un acontecimiento prometedor es la nueva Alianza para la Fabricación de Vacunas en África que creará la Unión Africana con el fin de establecer al menos cinco centros de producción de vacunas en África, comenzando posiblemente con tres establecimientos de producción de vacunas de ARN mensajero en Rwanda, el Senegal y Sudáfrica. Los líderes de los tres países ya han empezado a tomar medidas concretas. Esto es muy alentador. 

También estamos trabajando en el desarrollo de la capacidad de regulación regional a través del Organismo Africano del Medicamento. El Brasil también tiene una gran capacidad en materia de vacunas, y estamos tratando de ayudar al país a desarrollar la producción local. 

Excelencias, colegas y amigos: 

Nos enfrentamos a graves desafíos. Pero hay soluciones. Las soluciones están en nuestras manos. Estas son tres de ellas. 

En primer lugar, hacemos un llamamiento a los países que tienen suficientes vacunas para cubrir varias veces a toda su población para que hagan donaciones inmediatas a COVAX, no dentro de varios meses, sino ahora. Por favor, donen ahora. 

En segundo lugar, debemos explorar todas las opciones para aumentar la producción, incluidas las licencias voluntarias, los consorcios tecnológicos, el uso de las flexibilidades del Acuerdo sobre los ADPIC y la exención de ciertas disposiciones en materia de propiedad intelectual. 

Hace casi un año, la OMS puso en marcha el Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID-19 (C-TAP), un mecanismo propuesto por el Presidente de Costa Rica y apoyado por otros 40 países para compartir licencias voluntarias transparentes y no exclusivas. 

Al igual que COVAX, el C-TAP tiene un enorme potencial, pero al igual que COVAX, ese potencial no se ha materializado. 

La OMS también pide que se expresen manifestaciones de interés para establecer centros de transferencia de tecnología que ayuden a los países a adquirir tecnología y conocimientos técnicos sobre vacunas lo más rápidamente posible. 

Y, en tercer lugar, pedimos a los países que inviertan en la fabricación local de vacunas. 

Ya hay muchos fabricantes de vacunas en países de ingresos medios que han producido vacunas que han sido precalificadas por la OMS, demostrando así que pueden cumplir las normas internacionales de calidad, seguridad y eficacia. 

La OMS seguirá prestando asistencia técnica a estas empresas para que aumenten su capacidad y añadan nuevas bases de fabricación en África, Asia y América Latina. 

Animamos a todos los países a que apoyen el proyecto de resolución sobre el fortalecimiento de la producción local de medicamentos y otras tecnologías sanitarias que se examinará en la Asamblea Mundial de la Salud el mes próximo. 

Y, aunque el debate de hoy trata de las vacunas, debemos recordar que las vacunas por sí solas no acabarán con esta pandemia. 

Muchos países de todo el mundo han demostrado que este virus puede detenerse con medidas de salud pública de probada eficacia y sistemas sólidos que respondan de forma integral, rápida y coherente, es decir, con medidas básicas de salud pública. 

Instamos a todos los países a que apliquen una combinación de medidas adaptada, medida, ágil y basada en la evidencia que incluya la vigilancia, la realización de pruebas, el rastreo de contactos, la cuarentena solidaria y la atención compasiva. 

Y debemos seguir animando a las personas a tomar precauciones personales para mantenerse a salvo a sí mismas y a los demás: distanciamiento físico, mascarillas, higiene de manos y ventilación. La respuesta en su conjunto debe ser cosa de todos. 

Podemos parecer un disco rayado, pero estas medidas funcionan. 

Excelencias, hermanas y hermanos: 

Diría que la función de las Naciones Unidas no ha sido nunca tan importante en sus 75 años de historia. 

No podemos derrotar este virus país por país. No podemos derrotar este virus región por región. Solo podemos hacerlo con un esfuerzo mundial coordinado, basado en los principios de la solidaridad, la equidad y la compartición. 

Porque ninguno de nosotros estará a salvo hasta que todos lo estemos. Las soluciones están en nuestras manos. 

Gracias.