Buenos días, buenas tardes y buenas noches:
A nivel mundial, los casos y las muertes notificadas por COVID-19 siguen disminuyendo, y se ha registrado la menor cantidad de fallecimientos semanales desde marzo de 2020.
Pero estas tendencias, aunque son bienvenidas, no cuentan la historia completa.
Como consecuencia de las subvariantes de ómicron, estamos observando un aumento de los casos notificados en América y África.
Los científicos sudafricanos que identificaron la ómicron a finales del año pasado, han informado ahora de otras dos subvariantes, la BA.4 y la BA.5, como motivo de un repunte de casos vivido en Sudáfrica.
Es demasiado pronto para saber si estas nuevas subvariantes pueden causar una enfermedad más grave que otras subvariantes de ómicron, pero los primeros datos indican que la vacunación sigue protegiendo contra la enfermedad grave y la muerte.
La mejor manera de proteger a las personas sigue siendo la vacunación, junto con medidas sociales y de salud pública de eficacia probada.
Es otra señal de que la pandemia no ha terminado con nosotros, y podemos sacar algunas conclusiones claras.
En primer lugar, la vacunación de al menos el 70% de la población de cada país (incluido el 100% de los grupos de mayor riesgo) se mantiene como la mejor manera de salvar vidas, proteger los sistemas de salud y minimizar los casos de COVID de larga duración.
La disponibilidad de vacunas ha mejorado considerablemente, pero una combinación de falta de compromiso político, problemas de capacidad operativa, restricciones financieras y dudas debidas a la desinformación y la falta de información está limitando la demanda de vacunas.
Instamos a todos los países a que se ocupen de estos obstáculos con el fin de proporcionar protección a sus poblaciones.
En segundo lugar, las pruebas y la secuenciación continúan siendo absolutamente críticas.
Las subvariantes BA.4 y BA.5 se descubrieron porque Sudáfrica todavía está realizando la imprescindible secuenciación genética que muchos otros países han dejado de hacer.
En muchos países no sabemos básicamente de qué manera está mutando el virus. Desconocemos lo que vendrá después.
En tercer lugar, me preocupa el hecho de que las personas de los países de ingresos bajos y medios todavía no puedan acceder a los antivirales más eficaces.
La baja disponibilidad y los altos precios han llevado a algunos países a descartar la compra de estos tratamientos que salvan vidas.
Los asociados del Acelerador ACT están negociando los precios con el objetivo de reducirlos y aumentar la disponibilidad.
Además de la escasa inversión en el diagnóstico precoz, es simplemente inaceptable que, en la peor pandemia del siglo, los tratamientos innovadores capaces de salvar vidas no lleguen a quienes los necesitan.
Estamos jugando con un fuego que nos sigue quemando.
Mientras tanto, los fabricantes están obteniendo beneficios récord.
La OMS apoya que se premie justamente la innovación.
Sin embargo, no podemos aceptar precios que pongan los tratamientos que salvan vidas a disposición de los ricos y fuera del alcance de los pobres. Es un fracaso moral.
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Dentro de tres semanas, los líderes mundiales acudirán a Ginebra para una Asamblea Mundial de la Salud de importancia fundamental.
El lema adoptado será «Salud para la paz y paz para la salud».
Teniendo esto presente, mañana viajaré a Polonia para asistir a la Conferencia Internacional de Donantes para Ucrania.
Los problemas sanitarios en Ucrania se agravan día tras día, especialmente en el este del país.
La OMS ha comprobado ya 186 ataques a la asistencia sanitaria en Ucrania.
Decenas de civiles pudieron salir ayer de Mariupol y la OMS y nuestros asociados pudieron recibirlos y prestarles asistencia sanitaria.
Los corredores humanitarios de este tipo son fundamentales para poner a salvo a los civiles y llevar los servicios sanitarios a los necesitados.
Urgimos a la Federación de Rusia a que permita a la población abandonar Mariupol y otras zonas donde los civiles corren un gran riesgo.
Y seguimos pidiendo a la Federación de Rusia que ponga fin a esta guerra.
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En el Cuerno de África y el Sahel, la crisis climática, el aumento de los precios de los alimentos y la escasez alimentaria amenazan con provocar hambrunas y más inseguridad.
El Cuerno de África sufre su peor sequía en 40 años.
Se calcula que 15 millones de personas padecen inseguridad alimentaria grave en Etiopía, Kenia y Somalia.
En Etiopía, no llegan suficientes alimentos a quienes más los necesitan.
Desde la declaración de la tregua humanitaria en Tigray, hace seis semanas, solo han podido llegar a la región 172 camiones de ayuda, lo que representa únicamente el 4% de las necesidades.
Y en Burkina Faso, los repetidos ataques a los escasos recursos hídricos están privando a la población del acceso a la cantidad mínima de agua que necesitan para subsistir.
Los ataques a la asistencia sanitaria, los asedios que bloquean los alimentos y las medicinas, los ataques al agua... cada uno de ellos es un atentado contra los fundamentos mismos de la vida.
Y en cada caso, la única respuesta es la paz.
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Mientras tanto, la OMS apoya los esfuerzos de vacunación como parte de la respuesta al brote de Ébola que se ha producido en la República Democrática del Congo.
Hasta la fecha, se han identificado 376 contactos, de los cuales 243 han sido vacunados.
En la última semana no se han notificado nuevos casos ni muertes, lo cual es alentador, pero nuestros equipos se mantienen alerta.
Como pueden ver, la OMS está respondiendo a una gran variedad de desafíos en todo el mundo, por no hablar de nuestro trabajo fuera de las emergencias destinado a fortalecer los sistemas de salud y promover las condiciones en las que las personas puedan llevar una vida sana.
Todo este trabajo cuesta dinero.
La semana pasada, un grupo de trabajo de los Estados Miembros llegó a un acuerdo sobre una propuesta para que los Estados Miembros aumenten sus contribuciones anuales «asignadas» hasta alcanzar el 50% del presupuesto básico de la OMS entre 2028 y 2029.
Acogemos con satisfacción esta propuesta, que será examinada por la Asamblea Mundial de la Salud a finales de este mes.
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Por último, mañana es el Día Mundial de la Higiene de Manos y el Día Internacional de la Matrona.
Para conmemorar este día, la OMS presenta el primer Informe mundial sobre la prevención y el control de las infecciones.
El simple acto de lavarse las manos puede salvar vidas, especialmente en los establecimientos de salud, donde los pacientes vulnerables pueden estar expuestos a infecciones.
De cada 100 pacientes ingresados en un hospital para dolencias agudas, siete pacientes en los países de ingresos altos y quince en los de ingresos bajos y medianos contraerán al menos una infección relacionada con la atención sanitaria durante su hospitalización.
El nuevo informe de la OMS muestra que cuando se sigue una buena higiene de manos y otras prácticas costoeficaces, se puede prevenir el 70% de esas infecciones.
Por primera vez, el informe ofrece un análisis mundial de cómo se aplican los programas de prevención y control de infecciones en el mundo.
Así pues, tanto si trabaja en un establecimiento de salud como si no, lavarse las manos con regularidad puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para usted y para los demás.
Fadela, le devuelvo la palabra.