- En los lugares donde las mujeres pueden acceder a los servicios de salud, las muertes maternas disminuyen, lo que alarga la esperanza de vida de las mujeres.
- En muchas circunstancias, los hombres recurren menos a los servicios de atención de la salud que las mujeres.
- Los hombres tienen muchas más probabilidades de morir por enfermedades no transmisibles prevenibles y tratables y por accidentes de tránsito.
- Existe una diferencia de 18,1 años en la esperanza de vida entre los países más pobres y los más ricos.
Las mujeres viven más que los hombres en todo el mundo, especialmente en los países ricos. Las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2019, desglosadas por sexo por primera vez, explican por qué.
«Desglosar los datos por edad, sexo y grupo de ingresos es vital para comprender a quién se está dejando atrás y por qué», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
«Detrás de cada número de las Estadísticas Sanitarias Mundiales hay una persona, una familia, una comunidad o una nación. Nuestra tarea es utilizar estos datos para tomar decisiones políticas basadas en la evidencia que nos acerquen a un mundo más sano, más seguro y más justo para todos».
La diferencia en la esperanza de vida de hombres y mujeres es más pequeña cuando las mujeres no tienen acceso a los servicios de salud. En los países de ingresos bajos, donde los servicios son más escasos, una de cada 41 mujeres muere por causas relacionadas con la maternidad, en comparación con una de cada 3300 en los países de ingresos altos. En más del 90% de los países de ingresos bajos hay menos de cuatro enfermeros y profesionales de partería por cada 1000 personas.
Las actitudes hacia la atención de la salud difieren. Cuando los hombres y las mujeres se enfrentan a la misma enfermedad, los hombres suelen acudir en menor medida a los servicios de atención de la salud que las mujeres. En países con epidemias generalizadas de infección por VIH, por ejemplo, los hombres son menos proclives a hacerse la prueba del VIH y a acceder a un tratamiento antirretrovírico que las mujeres, y tienen más probabilidades que ellas de morir por enfermedades relacionadas con el sida. Del mismo modo, los datos apuntan a que los pacientes varones de tuberculosis son menos propensos a buscar atención sanitaria que las mujeres.
En el informe también se destaca la diferencia en las causas de muerte entre hombres y mujeres, diferencia que se explica por razones biológicas, por factores ambientales y sociales y por la disponibilidad y utilización de los servicios de salud.
De las 40 causas principales de muerte, 33 contribuyen más a reducir la esperanza de vida en los hombres que en las mujeres. En 2016, la probabilidad de que una persona de 30 años muriera a causa de una enfermedad no transmisible antes de los 70 años era un 44% mayor en los hombres que en las mujeres.
Las tasas mundiales de mortalidad por suicidio fueron un 75% más altas en hombres que en mujeres en 2016. Las tasas de mortalidad por lesiones provocadas por accidentes de tránsito son más del doble en los hombres que en las mujeres a partir de los 15 años, y las tasas de mortalidad por homicidio son cuatro veces más altas en los hombres que en las mujeres.
Las nuevas estadísticas de la OMS, publicadas el 7 de abril con motivo del Día Mundial de la Salud, que este año se centra en la atención primaria de la salud como base de la cobertura sanitaria universal, ponen de relieve la necesidad de mejorar el acceso a la atención primaria de la salud en todo el mundo y de aumentar su utilización.
«Una de las metas de los tres mil millones establecidas por la OMS es que 1000 millones más de personas tengan cobertura sanitaria universal para 2023», dijo el Dr. Tedros. «Esto significa mejorar el acceso a los servicios, especialmente a nivel de la comunidad, y asegurarse de que esos servicios sean accesibles, asequibles y eficaces para todas las personas, independientemente de su sexo».
«Estas estadísticas ponen de relieve la necesidad urgente de dar prioridad a la atención primaria de la salud para gestionar con eficacia las enfermedades no transmisibles y reducir los factores de riesgo», dijo la Dra. Samira Asma, Subdirectora General de la OMS para Datos, Análisis y Ejecución. «Por ejemplo, algo tan simple como controlar la tensión arterial no se está haciendo en la escala necesaria, y el consumo de tabaco sigue siendo una de las principales causas de muerte prematura».
La esperanza de vida ha aumentado desde 2000
Entre 2000 y 2016, la esperanza de vida al nacer a nivel mundial aumentó en 5,5 años, concretamente de 66,5 a 72,0 años. La esperanza de vida sana al nacer —el número de años que una persona puede esperar vivir con buena salud— aumentó de 58,5 años en 2000 a 63,3 años en 2016.
La esperanza de vida sigue estando fuertemente afectada por los ingresos. En los países de ingresos bajos, la esperanza de vida es 18,1 años inferior a la de los países de ingresos altos. Uno de cada 14 niños nacidos en un país de ingresos bajos morirá antes de cumplir cinco años.
Por primera vez, este año las Estadísticas Sanitarias Mundiales de la OMS han sido desglosadas por sexo. Este nuevo análisis ha permitido comprender mejor la salud y las necesidades de las personas de todo el mundo. Sin embargo, muchos países siguen teniendo dificultades para proporcionar información desglosada por sexo.
«La subsanación de las lagunas en materia de datos se acelerará, lo que es importante para eliminar la disparidad entre los sexos», dijo el Dr. Richard Cibulskis, autor principal del informe. «La recopilación, el análisis y el uso de datos desglosados de buena calidad son fundamentales para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Las políticas y prácticas de salud deben estar respaldadas por datos sólidos y fiables, generados en los países».