Declaración acerca de la octava reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) sobre la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19)

15 de julio de 2021
Declaración
Ginebra (Suiza)

La octava reunión del Comité de Emergencias, convocada por el Director General de la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI), sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19), se celebró el miércoles 14 de julio de 2021 de 11.30 a 16.00 horas en horario de Ginebra (horario centroeuropeo de verano).

Diligencias de la reunión

Los miembros y asesores (en inglés) del Comité de Emergencias celebraron la reunión por videoconferencia.

El Director General dio la bienvenida al Comité y reiteró su llamamiento mundial a la acción para impulsar la vacunación y hacer un uso racional de las medidas sociales y de salud pública. Dio las gracias al Comité por su apoyo continuado para identificar los principales retos y soluciones que puedan servir a los países para superar los problemas generados por la pandemia. 

Los representantes de la Oficina del Asesor Jurídico (LEG) y del Departamento de Conformidad, Gestión de Riesgos y Ética (CRE) de la OMS informaron a los miembros de sus funciones y responsabilidades. El Responsable de Ética de CRE explicó a los miembros y asesores el proceso de declaración de intereses utilizado en la OMS. También se les explicó que era responsabilidad de cada uno comunicar a la OMS, lo antes posible, cualquier interés de carácter personal, profesional, financiero, intelectual o comercial que pudiera dar lugar a un conflicto de intereses percibido o directo. Además, se les recordó su obligación de mantener la confidencialidad con respecto a las deliberaciones mantenidas en las reuniones y a la labor del Comité. Con ese fin, se preguntó uno por uno a todos los miembros presentes y no se detectó ningún conflicto de intereses.

A continuación, la Secretaría cedió la palabra al Profesor Didier Houssin, Presidente del Comité. El Profesor Houssin expresó también su preocupación por las tendencias actuales de la pandemia de COVID-19 y pasó revista a los objetivos y el orden del día de la reunión.

La Secretaría presentó el contexto epidemiológico mundial, compartió información actualizada sobre las orientaciones relativas a los viajes y las medidas adoptadas por los países y ofreció una visión general de las decisiones y resoluciones de la 74.ª Asamblea Mundial de la Salud que tratan del cometido y el funcionamiento del Comité de Emergencias del RSI. Asimismo, la Secretaría puso de relieve los factores que dan lugar a la situación actual, en particular:

  • las variantes preocupantes;
  • la aplicación desigual de las medidas sociales y de salud pública;
  • una mayor movilidad social; y
  • poblaciones sumamente vulnerables por la falta de equidad en la distribución de las vacunas.

El Comité debatió los temas principales, especialmente los siguientes:

  • la falta de equidad en el acceso a las vacunas contra la COVID-19 a escala mundial, agravada por el uso de las vacunas disponibles en grupos de población que no son los prioritarios recomendados por el SAGE y la administración de dosis de refuerzo mientras muchos países no tienen acceso suficiente a las dosis iniciales;
  • la necesidad de transferencia de tecnología para mejorar la capacidad mundial de producción de vacunas;
  • la importancia de adaptar las medidas sociales y de salud pública a los contextos epidemiológicos y socioeconómicos y a diferentes tipos de concentraciones de población;
  • los problemas que se plantean por la enorme divergencia en los documentos solicitados como demostración de la vacunación o de la recuperación en los viajes internacionales; 
  • las amenazas que plantean las variantes preocupantes presentes y futuras del SARS-CoV-2; y
  • los esfuerzos de algunos Estados Partes por aplicar un enfoque de gestión de riesgos a los eventos religiosos o deportivos multitudinarios.

La pandemia sigue constituyendo en todo el mundo un reto que obliga a los países a navegar por las aguas turbulentas de diferentes exigencias económicas, sociales y en materia de salud. El Comité observó que las diferencias regionales y económicas inciden en el acceso a las vacunas, los tratamientos y las pruebas diagnósticas. Los países con buen acceso a las vacunas y con sistemas de salud bien dotados de recursos se ven empujados a reabrir por completo sus sociedades y relajar las medidas sociales y de salud pública. En cambio, los países con acceso limitado a las vacunas registran nuevas olas de infecciones y se enfrentan a  la erosión de la confianza pública y a una creciente resistencia a las medidas sociales y de salud pública, al aumento de las dificultades económicas y, en algunos casos, al agravamiento del malestar social.

Como consecuencia, los gobiernos están adoptando decisiones políticas cada vez más divergentes para atender las necesidades particulares de los países, lo que impide que se adopten medidas armonizadas para presentar una respuesta mundial. A este respecto, el Comité manifestó su profunda preocupación por la financiación insuficiente del Plan Estratégico OMS de Preparación y Respuesta (en inglés) e hizo un llamamiento a una financiación más flexible y previsible en apoyo de la función de liderazgo de la OMS en la respuesta mundial a la pandemia.

El Comité observó que, pese a los esfuerzos nacionales, regionales y mundiales, la pandemia dista mucho de haber llegado a su fin, puesto que continúa evolucionando con cuatro variantes preocupantes que dominan la epidemiología mundial. El Comité reconoció también la elevada probabilidad de que surjan y se propaguen por todo el mundo nuevas variantes preocupantes, posiblemente más peligrosas, que podrían ser aún más difíciles de controlar.

El Comité expresó su agradecimiento a los Estados Partes que participan en las investigaciones para mejorar los conocimientos sobre las vacunas contra la COVID-19 y pidió que los voluntarios de los ensayos clínicos no se vieran afectados negativamente en las disposiciones de viaje a causa de su participación en estudios de investigación. Al mismo tiempo, el Comité hizo hincapié en el riesgo de que surjan nuevas enfermedades zoonóticas mientras la pandemia actual siga activa.  Además, tomó nota de la importancia de que los Estados Partes mantengan la vigilancia para detectar nuevas enfermedades zoonóticas y mitigarlas.

El Comité decidió por unanimidad que la pandemia de COVID-19 sigue constituyendo un evento extraordinario que continúa afectando negativamente a la salud de las poblaciones de todo el mundo, presenta un riesgo de propagación internacional y de entorpecimiento del tráfico internacional, y requiere una respuesta internacional coordinada. En consecuencia, el Comité coincidió en que la pandemia de COVID-19 sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y ofreció al Director General el asesoramiento siguiente.

El Director General determinó que la pandemia de COVID-19 seguía constituyendo una ESPII. Aceptó el asesoramiento del Comité a la OMS y lo remitió a los Estados Partes como recomendaciones temporales en virtud del RSI.

El Comité de Emergencias volverá a reunirse en un plazo de tres meses o anteriormente, a discreción del Director General. El Director General dio las gracias al Comité por su labor.

Orientaciones para la Secretaría de la OMS

  1. Continuar colaborando con los Estados Partes en la aplicación de medidas sociales y de salud pública para controlar la transmisión, teniendo en cuenta la aceptabilidad, viabilidad, costos, efectos y el equilibrio entre las ventajas y los inconvenientes en cada contexto epidemiológico y socioeconómico.
  2. Continuar abogando por el acceso y distribución equitativos de las vacunas alentando a compartir las dosis vacunales  disponibles, ampliar la capacidad de producción local en los países de ingresos bajos y medianos, renunciar a los derechos de propiedad intelectual, aprovechar la transferencia de tecnología y potenciar la fabricación, y haciendo un llamamiento a la financiación mundial necesaria. Actualizar y difundir las orientaciones sobre el uso adecuado de las vacunas (en particular sobre temas como las dosis de refuerzo y el uso de vacunas heterógenas).
  3. Acelerar los trabajos con el fin de establecer medios actualizados para documentar el estado de los viajeros con respecto a la COVID-19, en particular la vacunación, los antecedentes de infección por SARS-CoV-2 y los resultados de las pruebas de detección efectuadas. Ello  incluye tanto la actualización provisional del documento de la OMS que contiene el certificado internacional de vacunación o profilaxis como de las soluciones digitales que permitan verificar la información pertinente. 
  4. Seguir fortaleciendo el marco mundial de seguimiento y evaluación de las variantes del SARS-CoV-2 y proporcionar orientaciones actualizadas para ayudar a los Estados Partes a establecer, aprovechar y ampliar las capacidades de secuenciación genómica, así como el intercambio oportuno de información, datos y muestras.
  5. Fortalecer las estrategias de comunicación a nivel nacional, regional y mundial para reducir la transmisión de la COVID-19 y contrarrestar la información errónea, en particular los rumores que alimentan la reticencia a la vacunación. Para ello será necesario reforzar los mensajes sobre la necesidad de mantener una respuesta integral de salud pública, en particular la aplicación continuada de las medidas sociales y de salud pública, independientemente de la cobertura de vacunación.
  6. Compilar información de los Estados Partes sobre el seguimiento hecho a las recomendaciones temporales y los progresos realizados en su aplicación.

Recomendaciones temporales para los Estados Partes

Si bien el Comité observó que hay matices en función de los diversos contextos regionales relacionados con la aplicación de las recomendaciones temporales, determinaron que las siguientes medidas eran cruciales para todos los países:

  1. Seguir aplicando las medidas sociales y de salud pública fundamentadas en la evidencia partiendo de un seguimiento en tiempo real de la situación epidemiológica y las capacidades de los sistemas de salud, teniendo en cuenta los posibles efectos acumulativos de dichas medidas. El uso de mascarillas, el distanciamiento físico, la higiene de manos y la mejora de la ventilación de los espacios interiores siguen siendo fundamentales para reducir la transmisión del SARS-CoV-2. Las medidas de salud pública establecidas en respuesta a casos individuales o conglomerados de casos, como rastreo de contactos, cuarentena y aislamiento, deben seguir adaptándose al contexto epidemiológico y social, y su aplicación debe garantizarse. Enlace a las orientaciones de la OMS.
  2. Aplicar una metodología de gestión de riesgos en las concentraciones multitudinarias que conlleve la evaluación, mitigación y comunicación de los riesgos. Reconociendo que en las concentraciones multitudinarias confluyen diferentes impulsores y grados de tolerancia al riesgo, es fundamental tener en cuenta el contexto epidemiológico (en particular la prevalencia de variantes preocupantes, la intensidad  de la transmisión, así como el rastreo de contactos y la capacidad de prueba) al realizar la evaluación de riesgos de acuerdo con las directrices de la OMS. Enlace a las orientaciones de la OMS (en inglés).
  3. Lograr las metas del llamamiento a la acción de la OMS para que al menos el 10% de la población de todos los países se haya vacunado en septiembre de 2021. Es necesario impulsar la solidaridad mundial para proteger a las poblaciones vulnerables de la aparición y propagación de variantes del SARS CoV-2. Teniendo en cuenta que muchos países ya han vacunado a sus poblaciones prioritarias, se recomienda que las dosis se compartan con los países con acceso limitado a las vacunas antes de ampliar los programas nacionales de vacunación a grupos de menor riesgo. Los programas de vacunación deben incluir a poblaciones vulnerables, como la gente de mar y las tripulaciones aéreas. Enlace a las orientaciones de la OMS (en inglés).
  4. Mejorar la vigilancia del SARS-CoV-2 y seguir notificando a la OMS para propiciar la rápida identificación, rastreo y evaluación de las variantes y el seguimiento continuo de la evolución de la pandemia. Para cumplir esta recomendación, puede que los Estados Partes necesiten fortalecer sus sistemas de vigilancia y notificación epidemiológicos y virológicos (y genómicos) o compartir muestras con los países que tengan dicha capacidad. Enlace a las orientaciones de la OMS.
  5. Mejorar el acceso a los tratamientos recomendados por la OMS contra la COVID-19,  en particular el oxígeno, y velar por su administración segura. Además, es importante que los Estados Partes realicen investigaciones clínicas y apoyen el acceso a la atención de los pacientes que sufren una afección posterior a la COVID-19 (también denominada COVID prolongada). Asimismo, los Estados Partes deben seguir investigando los tratamientos para prevenir la COVID-19, de ser factible. Enlace al recurso de la OMS (en inglés).
  6. Seguir aplicando un enfoque basado en los riesgos para facilitar los viajes internacionales y compartir información con la OMS sobre el uso de medidas para los viajes y su justificación en aras de la salud pública. De conformidad con el RSI, las medidas (por ejemplo, uso de mascarillas, realización de pruebas, aislamiento/cuarentena y vacunación) deben basarse en evaluaciones de riesgos, tener en cuenta las circunstancias locales y evitar imponer cargas financieras a los viajeros internacionales de conformidad con el artículo 40 del RSI. Enlace a las orientaciones de la OMS.
  7. NO exigir prueba de vacunación contra la COVID-19 para los viajes internacionales como la única vía o condición para permitirlo, debido al acceso limitado a escala mundial y la falta de equidad en la distribución de las vacunas contra la COVID-19.  Enlace al documento de posición provisional de la OMS (en inglés). Los Estados Partes deberían considerar la adopción de un enfoque basado en los riesgos para facilitar los viajes internacionales consistente en levantar medidas, como los requisitos de someterse a pruebas y/o cuarentena, según proceda, de acuerdo con las orientaciones de la OMS. Enlace a las orientaciones de la OMS.
  8. Reconocer todas las vacunas contra la COVID-19 incluidas en la Lista OMS de uso en emergencias (en inglés) en el contexto de los viajes internacionales. Además, se alienta a los Estados Partes a que incluyan información sobre el estado con respecto a la COVID-19, de conformidad con las orientaciones de la OMS, en el documento de la OMS que contiene el certificado internacional de vacunación o profilaxis; y a utilizar la versión digitalizada cuando esté disponible.
  9. Subsanar las deficiencias en la colaboración comunitaria y la comunicación en los ámbitos nacional y local para reducir la transmisión de la COVID-19, contrarrestar la información errónea y mejorar la aceptación de la vacuna anticovídica, según corresponda. Ello requerirá reforzar los mensajes sobre la necesidad de una respuesta integral de salud pública, en particular la aplicación continuada de las medidas sociales y de salud pública, junto con el aumento de la cobertura de vacunación. Enlace a los recursos de la OMS sobre comunicación de riesgos (en inglés).