La respuesta al brote de ebola en las provincias de Nord-Kivu e Ituri de la República Democrática del Congo se encuentra en una coyuntura crítica, amenazada por el empeoramiento de la inseguridad, la desconfianza de las comunidades afectadas y la extensión a nuevas zonas.
Hasta el 25 de septiembre, la enfermedad había afectado a 151 personas y matado a 101.
En las últimas semanas, una fuerte respuesta liderada por el gobierno y respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), otros organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil, dio lugar a una reducción constante de los casos semana tras semana.
Pero ahora existe el riesgo de que se pierdan esos avances que fue difícil conseguir.
En primer lugar, ha habido un aumento de la frecuencia y gravedad de los ataques de los grupos armados de oposición. Esos ataques han ocurrido con frecuencia alarmante en la ciudad de Beni (Nord-Kivu), base de la respuesta del Ministerio de Salud y los asociados., Un ataque reciente, ocurrido el 22 de septiembre, dejó 21 muertos, entre ellos 17 civiles.
En consecuencia, se le pidió a la OMS y otros organismos de las Naciones Unidas que detuvieran las operaciones en Beni, mientras la ciudad llora sus muertos. Hoy se han reanudado algunas operaciones, pero incluso un parón de solo dos días ha hecho que los trabajadores de la salud no puedan llegar a los contactos de los pacientes con ebola para controlar su salud ni investigar alertas de posibles casos.
Mientras, algunas familias han optado por cuidar a los parientes enfermos en el hogar, a menudo porque han sido mal informadas y por un temor natural a la enfermedad que está siendo explotado por los políticos locales.
Otras personas enfermas de ebola viajan mucho para buscar atención alternativa, con riesgo para sí mismas, sus familias y los trabajadores de la salud. Esto ha llevado la infección a nuevos lugares, como zonas de seguridad roja que son de difícil acceso y zonas fronterizas con Uganda, donde los equipos no pueden proporcionar acceso al tratamiento de los pacientes ni vacunar a sus contactos.
La OMS hace un llamamiento a todas las partes pertinentes y a los gobiernos o grupos que tienen influencia sobre esas partes, para que ayuden a proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles.
Asimismo, hace un llamamiento a los gobiernos de los países vecinos para que aceleren las actividades de preparación ya iniciadas, con el apoyo de la OMS, para garantizar un nivel de preparación adecuado en caso de que se enfrenten a casos de ebola.