
Mensajes del Día Mundial de la Salud 2025
Comienzos saludables, futuros esperanzadores
Mensajes principales
Para mejorar la salud de las madres hay que respetar los derechos de las mujeres y las niñas
Mejorar la salud de las madres implica respetar los derechos de las mujeres y las niñas para que puedan planificar sus vidas y proteger su salud. Su capacidad de acción y su autonomía son fundamentales para reducir la mortalidad materna y neonatal y garantizar la salud de todas las personas.
Más allá de la supervivencia, es necesario realizar inversiones significativas para mejorar la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo
En todo el mundo, las mujeres necesitan tener acceso a profesionales de la salud que atiendan sus preocupaciones y satisfagan sus necesidades, incluso en los meses posteriores al embarazo, cuando millones de ellas carecen de un apoyo fundamental, a pesar de las consecuencias duraderas para su salud que pueden sufrir después del parto.
Podemos poner fin a las muertes evitables de madres y recién nacidos
La OMS insta a redoblar los esfuerzos en todo el mundo para garantizar el acceso de las mujeres y los recién nacidos a una atención de alta calidad, sobre todo en los países más pobres, durante las emergencias humanitarias y en los lugares vulnerables, donde se concentra la mayoría de las muertes maternas y neonatales.
Mensajes para los responsables políticos
Más allá de la supervivencia
Atención compasiva y respetuosa: los servicios no solo deben ser seguros y eficaces, sino que también deben garantizar que las mujeres, los recién nacidos y los cuidadores sean tratados con dignidad, empatía y respeto. Con ese fin, se debe ofrecer una atención compasiva a las personas afectadas por la muerte de un feto o por un aborto espontáneo. Esta atención debe aprenderse cursando una formación específica dirigida a los trabajadores de la salud y a las personas encargadas de asesorar a los afectados por estas pérdidas.
Apoyo posterior al parto: alrededor de un tercio de las mujeres sufren complicaciones de salud a largo plazo después del parto que pueden aumentar los riesgos en futuros embarazos. Según los cálculos, el 20 % de las nuevas madres sufren depresión o ansiedad posparto. En esta etapa crítica y en periodos posteriores, es importante aplicar un enfoque integrado que vincule la salud física, la salud mental y los servicios de apoyo social.
Políticas de conciliación familiar: las políticas y leyes de conciliación familiar son fundamentales a fin de que las mujeres reciban el apoyo adecuado para cuidar de su salud y la de sus bebés. Estas políticas incluyen la baja remunerada por maternidad (de al menos 18 semanas, aunque lo ideal es que sea de 6 meses o más), garantías jurídicas y apoyo en el lugar de trabajo para la lactancia materna.
Empoderamiento de las niñas y las mujeres: el acceso de las niñas a la educación reduce el riesgo de muerte materna. Es fundamental velar por que las niñas permanezcan escolarizadas y puedan tomar decisiones sobre su salud y su cuerpo para mejorar su salud.
Inversiones con gran repercusión
Revisiones durante el embarazo: los servicios de asistencia prenatal de alta calidad, que incluyen al menos ocho revisiones por parte de un profesional de la salud cualificado y una ecografía temprana, son fundamentales para que todas las mujeres tengan un embarazo saludable, para reducir riesgos y para detectar posibles complicaciones. Se estima que el 15 % de las embarazadas sufren complicaciones potencialmente mortales durante el embarazo o el parto.
Atención que salva vidas durante y después del parto: al menos el 70 % de las muertes maternas se deben a causas obstétricas directas, como las hemorragias y la preeclampsia. La mayor parte de estas defunciones y más del 40 % de los mortinatos ocurren durante el parto o el alumbramiento o poco después. Es imprescindible ofrecer atención de calidad a cargo de profesionales cualificados durante y después del parto, que incluya servicios de emergencias vitales en caso de complicaciones peligrosas.
Atender las causas indirectas: las enfermedades infecciosas y las afecciones de salud preexistentes, como la anemia, la infección por el VIH/sida, el paludismo y la diabetes, causan casi una cuarta parte de la mortalidad materna. Es indispensable mejorar la atención, la prevención y la detección temprana de estas afecciones que complican los embarazos y aumentan los riesgos para millones de personas en todo el mundo.
Atención inmediata al recién nacido: las muertes de recién nacidos representan casi el 50 % de las defunciones de niños menores de cinco años en el mundo, lo que equivale a 2,4 millones de vidas perdidas cada año. Todos los bebés requieren atención básica al nacer y durante su primer mes de vida, lo que incluye el apoyo a la lactancia materna, para que estén protegidos de infecciones, puedan respirar con normalidad y estén cómodos y bien alimentados.
Atención especial a los recién nacidos vulnerables: las complicaciones derivadas de la prematuridad y el bajo peso al nacer son la principal causa de muerte de recién nacidos y niños menores de cinco años. Dado que los neonatos pequeños y enfermos necesitan atención hospitalaria permanente, es necesario invertir de manera significativa en unidades especiales para recién nacidos, derivaciones rápidas y apoyo vital a las familias.
Énfasis en el personal de partería: se ha demostrado que los modelos en los que el personal de partería presta apoyo continuo a las embarazadas y los recién nacidos mejoran la supervivencia y reducen los partos prematuros y las intervenciones médicas innecesarias. Invertir en estos modelos y velar por que haya suficiente personal de partería bien capacitado es una estrategia rentable para mejorar la salud de las madres y los recién nacidos.
Acceso a la planificación familiar: según los cálculos, en los países de ingresos medianos y bajos hay alrededor de 218 millones de mujeres en edad reproductiva que necesitan anticonceptivos modernos y no disponen de ellos. Subsanar esta carencia puede suponer una reducción significativa de los embarazos no deseados y los riesgos que conllevan.
Soluciones para los lugares de bajos ingresos: es preciso investigar para encontrar soluciones rentables contra las principales causas de mortalidad materna y neonatal, sobre todo en los entornos de atención de salud de los países más precarios y en las situaciones de vulnerabilidad.
Poner fin a la mortalidad prevenible
Alcanzar las metas: la experiencia adquirida en todo el mundo demuestra que se puede avanzar y poner fin a las muertes evitables de madres y recién nacidos. Estas inversiones no solo tienen que ver con la supervivencia, sino con ofrecer a las mujeres y a sus hijos un futuro más prometedor y esperanzador.
Invertir en capital humano: según los cálculos (en inglés), en los países de ingresos medianos y bajos, cada dólar de los Estados Unidos invertido en salud materna y neonatal genera un retorno de entre 9 y 20 dólares. Los datos demuestran que el gasto en la salud de las madres y los recién nacidos es una inversión en capital humano, y no un costo, que contribuye al desarrollo económico y a mejorar la salud y la felicidad de las sociedades.
No dejar a nadie atrás: dada la alta concentración de muertes maternas y neonatales durante las emergencias humanitarias y en las situaciones de vulnerabilidad, será fundamental que las intervenciones generen el impacto deseado y se centren en estos contextos para reducir significativamente las muertes maternas y neonatales.
Mensajes para las embarazadas
Tras el parto
Después del embarazo se experimentan muchos cambios físicos y emocionales, algunos de los cuales pueden generar temor o desconcierto. Por eso es de utilidad saber qué cabe esperar después del parto:
- Recuperación física: muchas mujeres tienen pérdidas de sangre, calambres o molestias, y se sienten cansadas. Aliviar el dolor puede resultar de ayuda. Repose siempre que pueda, evite sobrecargarse durante las primeras semanas y pida ayuda mientras aprende a cuidar del bebé.
- Cambios emocionales: en los días posteriores al parto es habitual sentir una mezcla de emociones, como melancolía o tristeza, que se deben a los cambios hormonales. Si estos sentimientos son demasiado intensos o persisten por más de dos semanas, pida asesoramiento.
- Apego con el bebé: dedique tiempo al contacto piel con piel para fomentar el apego y ayudar a regular la temperatura y el ritmo cardiaco del bebé.
- Revisiones tras el parto: acuda a todas las visitas tras el parto para monitorear su recuperación y resolver cualquier duda.
- Señales de alerta: busque ayuda de inmediato si presenta: hemorragia intensa o coágulos grandes, enrojecimiento o hinchazón de las piernas, dolor de cabeza persistente, fiebre alta o vómitos, heridas que no cicatrizan, dolor en el pecho, dificultad para respirar o convulsiones.
Salud mental: solicite asesoramiento si se siente muy triste o ansiosa. Una de cada cinco mujeres sufre depresión o ansiedad posparto. Estas situaciones son comunes y se pueden tratar con ayuda profesional. En casos poco frecuentes, puede aparecer repentinamente una psicosis posparto, que es sumamente grave si no se trata. Esta psicosis puede manifestarse con síntomas como alucinaciones, delirios y cambios bruscos en el estado de ánimo. Se trata de una emergencia médica que requiere atención urgente.
Durante el embarazo
Búsqueda de atención: la OMS recomienda que, desde el momento en que una mujer sepa que está embarazada, acuda al menos a ocho visitas con un profesional de la salud. En estas consultas se monitorea la salud de la madre y el crecimiento del feto, además de detectar posibles complicaciones.
Pruebas importantes: se realizarán pruebas como ecografías, análisis de orina y de sangre, mediciones de la presión arterial, controles de la glucemia y un monitoreo del crecimiento del bebé. Estas pruebas son importantes incluso si la madre se siente bien, ya que no todas las afecciones producen síntomas evidentes.
Mantenerse saludable: para reducir los riesgos, asista a todas las citas prenatales y adopte unos hábitos de vida saludables:
- no fume ni consuma sustancias;
- haga ejercicio;
- vacúnese conforme a las recomendaciones;
- duerma de lado;
- siga las recomendaciones médicas para cuidar de su salud; y
- pida ayuda si algo le preocupa.
Señales de alerta: acuda inmediatamente al médico si presenta alguno de estos síntomas: hemorragia vaginal, dolor abdominal, visión borrosa, hinchazón repentina, dolor de cabeza persistente, cambios en los movimientos del bebé o lesiones en el abdomen. Aunque estos síntomas no siempre indican un problema grave, es mejor que la examine un médico.
Movimientos del bebé: generalmente, los movimientos fetales empiezan a percibirse entre las semanas 16 y 24 de gestación. Si estos movimientos disminuyen, desaparecen o se intensifican repentinamente, acuda a un servicio de urgencias. No confíe en los aparatos de control para comprobar los latidos del bebé en el domicilio, ya que no detectan ciertas complicaciones.
Conozca cuáles son sus derechos: todas las mujeres tienen derecho a tener un embarazo, un parto y un posparto saludables y sin riesgos durante los cuales se las trate con dignidad y respeto. También tienen derecho a estar acompañadas por la persona que escojan, a recibir información clara por parte del personal de salud, a que se les administre una analgesia adecuada, a moverse libremente durante el trabajo de parto y a decidir en qué posición dar a luz. Antes de la fecha prevista para el parto, hable con su equipo de salud para que la asesore y la ayude a tomar las decisiones que le resulten útiles durante el parto y el posparto.
Más información sobre la salud materna.
Mensajes para progenitores y cuidadores
Aborto espontáneo y muerte fetal
Ninguna embarazada está exenta del riesgo de perder a su bebé (ya sea por un aborto espontáneo o porque el feto nace muerto). Sin embargo, hay factores que pueden aumentar ese riesgo, como algunas infecciones y enfermedades crónicas, y el consumo de tabaco y alcohol.
Mensajes para los progenitores tras un aborto espontáneo o un mortinato
- Sea consciente de que está pasando por un duelo: perder un bebé es una experiencia especialmente traumática. Es importante que acepte sus emociones y se permita pasar por el duelo respetando sus sentimientos.
- Pida ayuda: acuda a grupos de apoyo o a profesionales de la salud mental. En algunos países hay trabajadores de la salud especializados en atender a personas que pasan por este trance. Contar su vivencia a otras personas que le entiendan puede ayudarla a superar la situación.
- Hable con sus seres queridos: explíqueles cómo pueden ayudarle. A veces es difícil saber qué decir o hacer, así que puede guiarles expresando lo que necesita de ellos.
- Cuídese: tómese el tiempo necesario para recuperarse descansando, buscando ayuda para mantener su salud mental y realizando actividades que le brinden bienestar.
- Planifique futuros embarazos, si lo desea: si quiere volverse a quedar embarazada, hable con su médico sobre la atención o el monitoreo adicionales que podría necesitar en adelante. La mayoría de las mujeres que han perdido a un bebé no sufren problemas en futuros embarazos.
Recuerde que no está sola. Muchas personas han vivido experiencias similares y existen recursos y sistemas de apoyo para ayudarla en este momento difícil. Si tiene dudas o necesita ayuda, hable con su proveedor de atención de salud.
Atención al recién nacido
La llegada de un recién nacido puede ser un momento emocionante y lleno de nuevos retos. Estos son algunos consejos básicos para ofrecer un futuro saludable al bebé:
- Asista a las revisiones médicas: programe todas las citas recomendadas para atender al recién nacido y asista a ellas para monitorear el crecimiento y el desarrollo del bebé. Estas visitas son importantes para detectar a tiempo cualquier problema de salud.
- Asegúrese de que el bebé duerme en buenas condiciones: los recién nacidos deben dormir boca arriba, sobre un colchón firme y sin ropa de cama blanda, almohadas ni juguetes. De esta forma, se reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
- Practique la lactancia materna: amamantar es muy beneficioso para el bebé, ya que le proporciona anticuerpos y nutrientes esenciales. Si encuentra dificultades para hacerlo, un profesional cualificado puede ayudarle a resolver muchos de los problemas más habituales.
- Fomente el apego y la interacción: dedique tiempo a tener en brazos a su bebé, hablarle y jugar con él. El contacto piel con piel y las interacciones mutuas ayudan a crear un vínculo afectivo y favorecen el desarrollo emocional y cognitivo del bebé.
- Aprenda a reconocer los signos de enfermedad: esté atenta a cualquier señal indicativa de que su bebé necesita atención médica, como fiebre, dificultad para respirar, vómitos persistentes, diarrea o un letargo inusual. Confíe en su instinto y pida consejo médico si algo le preocupa.
- Cuide de su propia salud: cuando se está muy pendiente de un bebé, es fácil descuidar el bienestar propio, a pesar de que es necesario para protegerse a sí misma y al niño. Tómese tiempo para descansar, pida ayuda si la necesita y busque asistencia médica si se siente muy desbordada, triste o ansiosa.
Señales de alerta: busque atención médica urgente si su bebé presenta fiebre, una erupción cutánea que aparece repentinamente y tiene aspecto de hematoma o hemorragia bajo la piel o no desaparece al ponerle un vaso encima; convulsiones, flacidez o dificultad para despertarse; problemas para respirar (podría refunfuñar o retraer la barriga al respirar); signos de ictericia (coloración amarillenta de la piel); vómitos persistentes o incapacidad para retener líquidos durante varias horas; diarrea, sobre todo si es sanguinolenta o se acompaña de fiebre; o signos de deshidratación (menos pañales mojados, boca seca o fontanela hundida).
Confíe en su instinto. Si percibe algo que le preocupa en su bebé, hable con su profesional de la salud para que le aconseje.
Más información sobre la salud del recién nacido.
Mensajes para la población general
Formas de colaborar y ofrecer su apoyo
Hay muchas formas de colaborar y contribuir a mejorar la salud de las madres:
- Ayude a concienciar: divulgue información sobre la campaña con las etiquetas #FuturosEsperanzadores (#HopefulFutures) y #SaludParaTodos (#HealthForAll).
- Participe: asista a nuestros eventos mundiales para informarse sobre lo que se necesita para poner fin a la mortalidad materna y neonatal.
- Done: haga aportaciones a la WHO Foundation, que apoya la labor de la OMS de proteger a las madres y los recién nacidos en países de todo el mundo.
- Cuente vivencias personales: haga a los demás partícipes de sus experiencias sobre el embarazo y el parto y dé las gracias a quienes prestan una atención de calidad.
Si conoce a alguien que está embarazada o que acaba de tener un bebé, hay muchas formas de ayudar y brindar apoyo: estar pendiente de ella, prestarle apoyo si lo necesita y ofrecerle comprensión y consuelo.

