Salud de los refugiados y migrantes
En la actualidad hay unos 1000 millones de migrantes en el mundo, lo que supone aproximadamente 1 de cada 8 personas. Entre ellos hay 281 millones de migrantes internacionales y 82,4 millones de desplazados forzosos (48 millones de desplazados internos, 26,4 millones de refugiados y 4,1 millones de solicitantes de asilo) (1). El ACNUR calcula que hay muchos millones de apátridas en todo el mundo.
La experiencia de la migración es un determinante clave de la salud y el bienestar. Los refugiados y los migrantes siguen figurando entre los miembros más vulnerables de la sociedad, y a menudo se enfrentan a la xenofobia, la discriminación, las malas condiciones de vida, de vivienda y de trabajo, y el acceso inadecuado a los servicios de salud, a pesar de que sufren frecuentemente problemas de salud física y mental.
La pandemia de COVID-19 ha planteado retos adicionales por el mayor riesgo de infección y muerte que experimentan los refugiados y los migrantes, y ha puesto de manifiesto las desigualdades existentes en el acceso y la utilización de los servicios de salud. Los refugiados y los migrantes también han sufrido el impacto económico negativo de los confinamientos y las restricciones a los viajes.
Los refugiados y los migrantes necesitan tener buena salud para protegerse a sí mismos y a las poblaciones de acogida. Tienen el derecho humano a la salud, y los países tienen la obligación de proporcionar servicios de atención de salud sensibles a los refugiados y los migrantes.
En 2020 la OMS estableció el Programa de Salud y Migraciones para proporcionar liderazgo mundial en cuestiones de salud y migración en el contexto del propio Plan de Acción Mundial de la OMS sobre la Promoción de la Salud de los Refugiados y los Migrantes 2019-2023
Los refugiados y los migrantes
suelen proceder de comunidades afectadas por guerras, conflictos o crisis
económicas, con vulnerabilidades relacionadas con las condiciones de sus
viajes, como el acceso inadecuado a los alimentos y al agua, el saneamiento y
otros servicios básicos. Corren el riesgo de contraer enfermedades
transmisibles y de sufrir lesiones accidentales, hipotermia, quemaduras,
embarazos no deseados y complicaciones relacionadas con el parto, así como
diversas enfermedades no transmisibles. Además, los refugiados y los migrantes
corren el riesgo de padecer una mala salud mental. La salud de los refugiados y
los migrantes también está fuertemente relacionada con los determinantes
sociales de la salud en las comunidades de acogida (por ejemplo, empleo,
ingresos, educación y vivienda).
Para promover la protección de la
salud pública para ellos y las poblaciones de acogida, los refugiados y los
migrantes deben tener un acceso equitativo a servicios de salud de calidad, sin
discriminación, exclusión ni estigmatización. Además, se necesitan respuestas
normativas públicas de carácter multisectorial que sean adecuadas para abordar
los determinantes sociales.
Los refugiados y los migrantes
también desempeñan un papel clave en materia de empleo en la prestación de
servicios sanitarios y sociales, y el acceso de las poblaciones a los servicios
de salud constituye un reconocimiento de esta contribución y favorece el
bienestar y la cohesión social.
El Programa de Salud y Migraciones de la OMS trabaja con los países para promover el derecho humano a la salud y el acceso a servicios de salud de calidad y culturalmente apropiados, con una adecuada protección social y financiera.
El Plan de Acción Mundial de la OMS sobre la Promoción de la Salud de los Refugiados y los Migrantes fue aprobado por la Asamblea de la Salud en 2019. El Plan de Acción Mundial forma parte de un marco internacional establecido por las Naciones Unidas para gestionar positivamente la migración mundial, que incluye los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y dos pactos mundiales, el Pacto Mundial sobre los Refugiados y el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
El Plan de Acción Mundial de la OMS tiene seis prioridades clave:
- promover la salud de los refugiados y los migrantes mediante una combinación de intervenciones de salud pública a corto y largo plazo;
- promover la continuidad y la calidad de la atención de salud esencial, al tiempo que se desarrollan, refuerzan y aplican medidas de salud y seguridad en el trabajo;
- abogar por la integración de la salud de los refugiados y los migrantes en las agendas mundiales, regionales y nacionales y por la promoción de políticas de salud y medidas de protección jurídica y social que tengan en cuenta a los refugiados y los migrantes; la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y los adolescentes refugiados y migrantes; la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas refugiadas y migrantes; y las alianzas y los mecanismos de coordinación y colaboración intersectoriales, entre países y entre organismos;
- mejorar la capacidad para abordar los determinantes sociales de la salud y acelerar el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la cobertura sanitaria universal;
- reforzar los sistemas de monitoreo de la salud y de información sanitaria; y
- apoyar las medidas para mejorar la comunicación sanitaria basada en pruebas y contrarrestar las ideas erróneas sobre la salud de los migrantes y los refugiados.
El Programa de Salud y Migraciones de la OMS tiene como objetivo aplicar el Plan de Acción Mundial para promover y garantizar los derechos de salud de los refugiados y los migrantes ejerciendo un liderazgo mundial en cuestiones de salud y migración.