Dr. Ties Boerma, Director del Departamento de Estadísticas Sanitarias y Sistemas de la Información
Desde hace ya algunos años, dirigentes de organismos de las Naciones Unidas y alianzas sanitarias mundiales han estado formulando llamamientos cada vez más enérgicos pidiendo más y mejores datos sanitarios.
Los dirigentes tenían buenas razones para hacer esos llamamientos. Los datos exactos y completos son esenciales para adoptar buenas decisiones en lo que respecta a gastos sanitarios, responder a necesidades sanitarias específicas de los países, y medir los progresos y las repercusiones de los programas de salud.

Los asociados y donantes internacionales, así como los ministerios nacionales de finanzas, exigen pruebas más sólidas de que las inversiones en salud están arrojando buenos resultados.
La salud es uno de los componentes del nuevo conjunto de objetivos de desarrollo sostenible que se ultimará más avanzado el año en curso. Más que nunca, este ambicioso programa exigirá que los países puedan mostrar dónde y cómo están progresando en la esfera de la salud.
Esto significa que cada país debe contar con sistemas de información sanitaria sólidos y fiables. Deben poder generar sus propios datos para hacer el seguimiento de los programas de salud e informar sobre los progresos.
Ahora mismo, el mundo no está en condiciones de hacerlo. A continuación se mencionan algunos problemas a ese respecto:
“Más de dos terceras partes de la población mundial vive en países que no producen estadísticas fiables sobre mortalidad desglosadas por edad, sexo y causa de defunción.”
Dr. Ties Boerma, Director del Departamento de Estadísticas Sanitarias y Sistemas de la Información
Prácticamente la totalidad de los 80 países de ingresos bajos y medianos bajos tienen importantes deficiencias en materia de capacidades, instrumentos y recursos para desarrollar sistemas de información sanitaria de calidad.
Más de las dos terceras partes de la población mundial vive en países que no elaboran estadísticas fiables sobre mortalidad desglosadas por edad, sexo y causa de defunción, uno de los indicadores de salud más importantes para conocer las prioridades sanitarias de un país.
Se están utilizando datos de baja calidad para orientar decisiones relativas a la asignación de los limitados recursos disponibles para el área de salud, lo que menoscaba la calidad de esas decisiones.
Se carece de un enfoque mundial coordinado entre los países y los asociados para el desarrollo en relación con el tipo de información que los países deberían recopilar para medir los progresos en materia de salud.
En la actualidad existen al menos 600 indicadores sanitarios respecto de los cuales se podría pedir información a los países en el contexto de diversos acuerdos, resoluciones y programas de organismos de las Naciones Unidas, asociados y donantes.
Los programas de los donantes suelen recopilar datos únicamente para enfermedades específicas, y consiguientemente los sistemas adolecen de fragmentación y duplicación.
Los países y los asociados para el desarrollo no han invertido prudentemente en el desarrollo de sistemas de información sostenibles que permitan recopilar datos sanitarios y ponerlos a disposición de quien los necesite, en tiempo real. El enorme crecimiento experimentado recientemente por la tecnología digital ofrece grandes oportunidades para mejorar radicalmente la información sanitaria.
Un punto de inflexión para los sistemas de información sanitaria
No obstante, todo esto puede cambiar. La Cumbre sobre Medición y Rendición de Cuentas para el logro de Resultados Sanitarios que tendrá lugar del 9 al 11 de junio permite avizorar un nuevo enfoque. La Directora General de la OMS, que ha abogado por la información y la rendición de cuentas ante los dirigentes mundiales del área de la salud, definirá el marco y hará un llamamiento en favor de mejores mecanismos de información y rendición de cuentas.
La OMS, junto con el Banco Mundial y la USAID, está encabezando actividades internacionales de colaboración destinadas a mejorar la medición y la rendición de cuentas en la esfera de la salud pública en los próximos 15 años. Nuestro objetivo consiste en ayudar a los países a dotarse de sólidos sistemas de información sanitaria.
Los dirigentes mundiales del área de la salud aprobarán una hoja de ruta para la medición y la rendición de cuentas en el ámbito sanitario, así como un llamamiento a la acción de cinco puntos. La hoja de ruta describe un enfoque común que los países y los asociados para el desarrollo pueden adoptar para mejorar la capacidad local de planificación, gestión y medición de sus programas de salud. El llamamiento a la acción propone medidas prioritarias relativas a inversiones, fortalecimiento de la capacidad, fuentes de datos, revolución digital y rendición de cuentas, y presenta metas mensurables para orientar esa labor.
Entre las metas se propone que los países que tienen sistemas electrónicos en al menos el 80% de los centros de salud puedan transmitir estadísticas sanitarias en tiempo real para 2025. Además, deberían poder recopilar y utilizar datos integrales de calidad desglosados, a fin de examinar los progresos en la ejecución de los planes nacionales e informar sobre los avances hacia el logro de los objetivos relacionados con la salud.
Para 2030, todos los nacimientos del mundo se deberían consignar en un sistema de registro civil, y todos los hospitales deberían utilizar la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS para informar de la causa de cada defunción que se produzca en ellos.
Después de la cumbre, los principales asociados mundiales y dirigentes nacionales seguirán trabajando para establecer un sistema mundial de colaboración en materia de medición y rendición de cuentas. La alianza tiene la finalidad de facilitar la armonización y acelerar el fortalecimiento de los sistemas nacionales y el seguimiento de los progresos hacia el logro de los objetivos.
La revolución en lo concerniente a los datos es crucial para mejorar la información sanitaria
El rápido crecimiento experimentado recientemente en la tecnología digital en los países de ingresos bajos y medianos ofrece considerables oportunidades para mejorar los datos sanitarios, pero muchas permanecen desaprovechadas por falta de recursos, capacidades y voluntad política para instaurar sistemas sostenibles.
Los acuerdos mundiales concertados esta semana hacen especial hincapié en apoyar a los países a fin de maximizar el uso de la tecnología de la información basada en normas abiertas, para mejorar los sistemas de información y conferir atribuciones a las instancias decisorias de todos los niveles mediante el acceso a la información en tiempo real.
100 indicadores sanitarios básicos
Esta semana, en coincidencia con la cumbre, la OMS publicará una lista mundial de referencia de 100 indicadores sanitarios básicos (Global Reference List of 100 Core Health Indicators).
“Este conjunto de 100 indicadores básicos... proporciona información concisa sobre la situación sanitaria y las tendencias en los países y en el mundo”.
Dr. Ties Boerma, Director del Departamento de Estadísticas Sanitarias y Sistemas de la Información
Elaborada en los dos últimos años por un grupo de trabajo interinstitucional presidido por la Directora General de la OMS, esta lista es un ejemplo de la actividad en curso destinada a armonizar y mejorar la información sanitaria y las mediciones entre los asociados para el desarrollo.
Este conjunto de 100 indicadores básicos acordados por la comunidad mundial ofrece información concisa sobre la situación sanitaria y las tendencias en los países y en el mundo.
El conjunto abarca toda la gama de prioridades sanitarias, incluida la salud maternoinfantil, las enfermedades infeccionas y las prioridades incipientes, tales como las enfermedades no transmisibles y la cobertura sanitaria universal.
Todos los indicadores se seleccionaron en función de su solidez científica y tienen un historial de uso para la medición en los países. La lista será un documento abierto que se actualizará periódicamente, a medida que surjan nuevas prioridades y cambien las intervenciones.
El objetivo de la lista mundial de referencia consiste en reducir los requisitos de notificación excesivos y duplicados que actualmente soportan los países, y mejorar la armonización. La lista servirá como criterio mundial para recopilar datos sanitarios en los países y coordinar las actividades de los asociados mundiales en el ámbito de la salud, o sea, exactamente lo que se necesita para aumentar la eficiencia y la disponibilidad de los datos y, de esa manera, mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.