Datos y cifras
- La cromomicosis es una infección subcutánea causada por hongos.
- Se presenta esporádicamente en climas tropicales y subtropicales, y se desconoce su incidencia a escala mundial.
- La infección puede provocar desfiguración y lesiones cutáneas verrugosas que se extienden lentamente a zonas adyacentes. Es causa de desfiguración y discapacidad y, en casos raros, de cáncer de piel.
- La cromomicosis se diagnostica con técnicas de laboratorio como la microscopía y el cultivo. Se están desarrollando métodos más precisos de diagnóstico molecular.
- Existen medicamentos antifúngicos seguros y eficaces para el tratamiento.
Panorama general
La cromomicosis es una infección esporádica que se observa en climas tropicales y subtropicales y que es causada por distintos hongos pigmentados, los más comunes de los cuales son Fonsecaea pedrosoi, Fonsecaea monophora y Cladophialophora carrionii. Otros hongos también pueden causar cromomicosis.
La cromomicosis puede causar discapacidad por agrandamiento de las extremidades, lo que puede conllevar incapacidad laboral y considerable estigmatización social. En raras ocasiones, los hongos causantes de la cromomicosis pueden infectar otros órganos, como el cerebro, o provocar cáncer de piel.
Grupos de riesgo
La cromomicosis afecta a personas sanas normales y se observa principalmente en adultos. Los trabajadores agrícolas son el grupo profesional más afectado.
Signos y síntomas
La cromomicosis se presenta como una serie de lesiones verrugosas en zonas expuestas de la piel, por ejemplo las piernas o los antebrazos. Estas lesiones pueden superar los diez centímetros de diámetro.
Algunas zonas de la piel también pueden mostrar un aspecto aplanado (en forma de placa) y presentar cicatrices centrales o atrofia, a pesar de lo cual no pican ni duelen. El dolor y el picor pueden aparecer en los cuadros moderados o graves de la enfermedad. En la superficie de las lesiones pueden verse pequeñas manchas oscuras que corresponden a conglomerados de células fúngicas pigmentadas, lo que constituye un indicio importante para el diagnóstico.
Las lesiones de gran tamaño provocan hinchazón y molestias agudas en las extremidades, con la consiguiente limitación del movimiento. En los cuadros prolongados, son frecuentes las infecciones bacterianas secundarias y el olor de las extremidades afectadas puede ser desagradable, lo que también puede conducir a la exclusión social. En las lesiones no tratadas de larga duración existe riesgo de desarrollo de carcinoma de las células escamosas de la piel.
Aunque la infección suele permanecer en una zona del cuerpo, puede producirse una diseminación local a través de los vasos linfáticos y, muy raramente, una propagación a través del torrente sanguíneo al sistema nervioso central.
Transmisión
La infección se produce cuando los hongos del medio natural invaden partes más profundas de la piel después de que esta haya resultado dañada por una abrasión superficial o una lesión punzante. Una persona infectada no puede transmitir directamente la infección a otras personas. Los vectores intermediarios, como los mosquitos, no transmiten la cromomicosis.
Tratamiento
La cromomicosis puede tratarse con itraconazol o terbinafina orales. También se han utilizado el voriconazol, la anfotericina B intravenosa y la flucitosina oral.
Otros métodos de tratamiento incluyen la aplicación local de calor, la crioterapia y la terapia fotodinámica. Se han practicado reducciones quirúrgicas, aunque es preciso hacerlo después de una quimioterapia inicial para evitar la recidiva local.
El tratamiento precoz es determinante y ofrece los mejores resultados al cabo de 3 a 6 meses. Los pacientes con cromomicosis de gran tamaño o extensión y que presentan hinchazón en las extremidades suelen requerir más de un año de tratamiento, y en estos casos puede haber linfedema residual.
No hay pruebas de que las distintas especies de hongos respondan de forma diferente a los antifúngicos recomendados para el tratamiento.
Desafíos
Las lesiones más tempranas de la cromomicosis consisten en pequeños bultos o nódulos elevados en la superficie de la piel, sin características diagnósticas específicas visibles. Por lo tanto, el diagnóstico depende de la demostración de la presencia de los característicos conglomerados de células fúngicas pigmentadas de paredes gruesas, unicelulares o multicelulares, conocidos como cuerpos muriformes o escleróticos, ya sea por medio de raspados de lesiones o de la histopatología de material de biopsia.
Se pueden encontrar conglomerados de estas células en las manchas oscuras que se observan en la superficie de las lesiones cutáneas, que constituyen los mejores puntos para efectuar un raspado cutáneo con una hoja de bisturí o para llevar a cabo una biopsia.
El cultivo o el diagnóstico molecular son útiles para confirmar el diagnóstico, pero las decisiones sobre el tratamiento pueden tomarse sin necesidad de identificar el organismo. Todos los métodos de diagnóstico de laboratorio requieren conocimientos y formación especializados, y en la actualidad no hay suficientes expertos en muchas zonas endémicas.
El costo de los antifúngicos eficaces en los países endémicos supone un problema importante y puede impedir que los pacientes completen con éxito el tratamiento, ya que a menudo no pueden permitírselos.
Repercusión mundial
La mayoría de los casos de cromomicosis se han producido en Centroamérica y la región septentrional de América del Sur, África, China y el Pacífico Occidental. El Brasil, Costa Rica, la República Dominicana, Madagascar y la República Bolivariana de Venezuela son los países que han notificado un mayor número de casos. Se desconoce la incidencia mundial de la cromomicosis.
Respuesta de la OMS
La cromomicosis se encuentra reconocida como una enfermedad tropical desatendida (ETD) y ha sido incluida en la Hoja de Ruta para las Enfermedades Tropicales Desatendidas 2021-2030, con el objetivo de aumentar la vigilancia y la visibilidad de la enfermedad.
En 2022, la OMS publicó un marco relativo a las enfermedades tropicales cutáneas desatendidas, con el fin de promover la integración de las distintas enfermedades cutáneas y respaldar el programa en desarrollo sobre las enfermedades cutáneas desatendidas.
Uno de los principales desafíos que plantea la cromomicosis es la falta de información sobre su prevalencia mundial, ya que actualmente no se notifican los casos. Se espera que los programas dedicados a las enfermedades tropicales cutáneas desatendidas proporcionen más datos sobre la incidencia de la infección.
La hoja de ruta 2021-2030 promueve la identificación precoz de las personas afectadas. Esto puede lograrse mediante la formación del personal de salud para mejorar la sensibilización y el reconocimiento de la enfermedad. Es esencial reforzar las capacidades relacionadas con las enfermedades tropicales cutáneas desatendidas. La cromomicosis se aborda en diversos recursos técnicos de la OMS, como la guía pedagógica y la aplicación móvil sobre las enfermedades tropicales cutáneas desatendidas, así como en un curso específico en línea que se encuentra disponible en la plataforma OpenWHO: Chromoblastomycosis: training for national and district-level health workers.